Panorama Suizo 4/2018
11 Panorama Suizo / Julio de 2018 / Nº4 JÜRG MÜLLER La política agrícola es uno de los ám- bitos más controvertidos y sensibles de la política helvética, y no es raro que las demandas de los agricultores y los interesesmacroeconómicos se contra- pongan de manera inconciliable. Ahora, dos iniciativas populares pre- sentadas por los partidos ecológicos y de izquierda vienen a enriquecer el ya cargadísimo debate sobre el futuro de la agricultura suiza. Ambas serán so- metidas a votación el 23 de septiem- bre próximo. Exactamente un año antes, el pue- blo aprobó, con casi el 79%de votos a fa- vor, la contrapropuesta a una iniciativa popular de la Asociación Suiza de Agri- cultores. Desde entonces, losprincipios para la seguridad alimentaria figuran en la Constitución Federal. Sus puntos clave son: asegurar las bases de la pro- ducción, especialmente las tierras de cultivo, garantizar una producción ali- mentaria adaptada a las condiciones lo- cales y eficiente en el uso de los recur- sos, así como una agricultura y una in- dustria alimentaria orientadas al mercado. Además, se lepondrá frenoal desperdiciode alimentos. Lapropuesta de entonces ya incluía las demandas de lasdos iniciativasque se sometenahora a debate: fair food (alimentos equitati- vos) y soberanía alimentaria. Estas tres iniciativas tienen ciertos puntos en co- mún. Noprosperaron los llamamientos paraque se retiraran las dos iniciativas pendientes. Por una alimentación de calidad Con la iniciativa popular Fair food “por unos alimentos saludables, produci- dos en condiciones ecológicas y equi- tativas”, los Verdes exigen normas eco- lógicas y sociales para los productos importados. Y es que, a tenor de los promotores de la iniciativa, los eleva- dos estándares para la protección de los animales en Suiza no impiden que, a través de las importaciones, acaben en las estanterías de las tiendas carne y huevos procedentes de granjas in- dustriales. Incluso en Europa suelen estar al orden del día unas “condicio- nes laborales escandalosas”. Debido a la liberalización comercial, la agricul- tura industrial ejerce presión sobre los precios en todo el mundo, lo que re- sulta difícilmente compatible con unos salarios dignos. Por tanto, la iniciativa exige que la Confederación refuerce las condicio- nes marco para garantizar alimentos de calidad, asegurando que éstos se produzcan de forma respetuosa con el medio ambiente, los recursos natura- les y los animales, en condiciones la- borales dignas. Los productos agríco- las importados deberán cumplir estos requisitos. La Confederación favore- cerá los productos importados proce- dentes del comercio equitativo; deberá establecer normas para la autoriza- ción de alimentos y piensos, así como para la declaración de sus métodos de producción y procesamiento. Además, la Confederación podrá incrementar los aranceles de importación. Por otro lado, se fomentará el procesamiento y la comercialización de alimentos re- gionales y estacionales, y se frenará el despilfarro de alimentos. Como a menudo suele suceder, el Consejo Federal respalda estas deman- das “en principio”, aunque considera que será problemático satisfacerlas: se precisarán controles nuevos, engorro- sos y costosos, para verificar que los productos agrícolas importados cum- plen efectivamente los requisitos de la iniciativa. Además, es probable que surjan conflictos de índole comercial. El referendo popular es sencillamente incompatible con las obligaciones de Suiza ante laOrganizaciónMundial del Comercio (OMC), laUE, así como los Es- ¿Ecológica y social o cara y peligrosa? Justo un año después de la votación popular sobre seguridad alimentaria, el 23 de septiembre de 2018 el tema de la alimentación volverá al primer plano: ese día se someterán a votación dos iniciativas populares sobre la producción alimentaria. La agricultura en el punto de mira: cose- cha de patatas en Kerzers (cantón de Friburgo). Fotografía de Keystone
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