Panorama Suizo 1/2018
11 Panorama Suizo / Enero de 2018 / Nº1 Política JÜRG MÜLLER No cabe duda de que se trata de una votación de gran ca- lado. De acuerdo con el Ministro de Finanzas Ueli Maurer, se trata “posiblemente del proyecto de leymás importante de la legislatura”. Por una vez, todas las fuerzas políticas concuerdan: el 4 demarzo se conformará el nuevo régimen financiero, que entrará en vigor en 2021. De no aprobarse este proyecto de ley, la Confederación se quedaría sin di- nero. Es necesario que el presupuesto federal siga contando con los ingresos que se recaudan a través de los impuestos federales directos y del impuesto sobre el valor agregado. El régimen financiero actual vence en 2020. Es una característica del federalismo helvético que el ré- gimen fiscal federal tenga una validez limitada en el tiempo. Con la votación se prorrogará hasta 2035. El Consejo Federal pretendía, en un principio, modificar el régimen financiero federal de modo que le permitiese recaudar ambos impues- tos por tiempo indefinido. Durante las consultas semanifestó cierta resistencia, por loque a la postre se prorrogará tan sólo otros 15 años. El argumento principal es el siguiente: la dura- ción limitada y la votación popular confieren a este régimen mayor legitimidad democrática. El impuesto federal directo y el impuesto sobre el valor agregado son las dos principales fuentes de ingresos de la Confederación: representanmás del 60 % de todas las finan- zas federales. Puestoque el nuevo régimenfinancierode 2021 exige una enmienda de la Constitución federal, deberá pre- sentarse a votación ante los ciudadanos y los cantones. “El proyecto de ley más importante de la legislatura” El 4 de marzo se votará un nuevo régimen financiero. Alain Berset necesita ahora la resistencia de un corredor de fondo Para el Consejero Federal Alain Berset, el pasado 24 de septiembre podría haber marcado el inicio anticipado de su pri- mer año de presidencia. Sin embargo, ese día el pueblo decidió rechazar la gran reforma de las pensiones, por lo que el conflicto por asegurar las jubilaciones lo acompañará durante todo el año de su mandato. MARKUS BROTSCHI Hasta ahora, la carrera de Alain Berset había sido más rápida de lo que suele ocurrir en la política suiza. Con 31 años, este francófono de la localidad friburguesa de Belfaux fue elegido para el Consejo de los Estados y, con 39, para el Consejo Federal. Tras seis años en el cargo asume ahora el turno de presidencia, siendo a sus 45 años con mucho el más joven del gobierno nacional. Con Berset ingresó, en 2010, una nueva generación de políticos socialdemócratas en el gobierno nacional: Berset representa una política de izquierdas que no pone énfasis en lo ideológico, es pragmático y táctico al mismo tiempo. El traje y la corbata le sientan mejor que a mu- chos políticos burgueses. Berset, que tras graduarse pasó un año como pianista de bar en Brasil, ha insuflado dinamismo en la clase política. Ingenioso, pero con los pies en la tierra Berset es el hombre adecuado para comparecer ante los medios durante su año de mandato. Siempre halla el tono correcto, es encantador, ingenioso, pero siempre perma- nece con los pies en la tierra. Le gusta mezclarse con el pueblo, es un buen comunicador y también conecta con la generación más joven: los estudiantes de una escuela profesional que asistieron como público al programa de la televisión suiza “Arena” sobre la reforma de las pensiones se peleaban por hacerse selfis con el Consejero Federal. Este friburgués francófono se siente tan a gusto en el ambiente internacional como en el local, ya sea en el Foro Económico Mundial (WEF) de Davos, en el Festival de Cine de Locarno o en el Festival Federal de Canto Tirolés de 2017. En su año de mandato, tiene previsto visitar el WEF y los Juegos Olímpicos de Invierno, en Corea del Sur. Asi- mismo, recibirá a los jefes de gobierno de los países de habla alemana en la reunión conjunta que se celebrará en Suiza. En el país, el Presidente seguirá ejerciendo, principal- mente, como jefe de su departamento, donde tendrá que lidiar con dos asuntos peliagudos: el seguro de salud y las pensiones. Su elección hace seis años significó la vuelta del importante Departamento de Interior a manos del Partido Socialista, después de nueve años con dos Conseje- ros liberales luchando con el aumento de las primas del seguro de salud y las consecuencias demográficas. Desde el principio, Berset demostró ser un líder enérgico y creati- vo, que enfrenta las reformas en lugar de posponerlas. La reforma simultánea del primer y el segundo pilar era su ambicioso proyecto, que estuvo a punto de concretarse. Podría haber hecho historia. Sin embargo, el 24 de septiem- bre de 2017 faltaron unos puntos porcentuales y la mayoría de los cantones para poner fin a 20 años de bloqueo a la reforma de las pensiones. Realpolitik del día a día Después de la fallida reforma de las pensiones, Berset aterrizó definitivamente en la política suiza del día a día, donde los grandes avances sólo suceden raras veces y el trabajo perseverante lleva al éxito. El antiguo sprinter convertido en mediofondista de 800 metros necesita ahora la resistencia de un corredor de fondo para volver a poner en marcha las urgentes reformas en el Parlamento y someterlas a un referendo popular. Quizá llegó a plantearse cambiar al Departamento de Asuntos Exteriores, tras la renuncia de Didier Burkhalter. Estaba capacitado para ello, ya que superó con éxito las pruebas de selección para la carrera diplomática. No obstante, su partido difícilmente le habría perdonado dejar la política social en manos del nuevo Consejero Federal del PLR, Ignazio Cassis. Por su parte, aunque los parlamentarios conservado- res se alegraron de la derrota de Alain Berset en el referendo, no aprecian mucho su fuerte influencia dentro del Consejo Federal. Hace dos años, cuando se preguntó a Cassis por el socialdemócrata, el entonces líder del grupo del PLR contestó: “Es un Consejero Federal condenada- mente bueno, por desgracia para los representantes conservadores”. Y añadió que si bien el Estado era el centro de la acción política de Berset, éste no era un “ideólogo de izquierdas”. MARKUS BROTSCHI ES CORRESPONSAL PARLAMENTARIO DEL “TAGES-ANZEIGER” Y DEL “BUND”.
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