Panorama Suizo 1/2018
15 Panorama Suizo / Enero de 2018 / Nº1 ron a lo largo del siglo XIX sus propios trineos. Además del trineodeDavos, el de Grindelwald sigue gozando de am- plia aceptación.Muy conocidos sonasi- mismo los de Bergün, Goldiwil o el ori- ginario de la región de Grön, en el Justistal, denominado Grönländer. Año tras año Burri brinda la prueba de que nada cambia en el mundo del trineo tradicional. ¿O tal vez sí? ¿Qué hay de todas esas bases deslizantes de plástico o de esos tri- neos deportivos ultramodernos, diri- gibles y rápidos? “Lo original se man- tiene”, asegura Burri. Conoce las tendencias modernas y construye asi- mismo un “modelo más deportivo”, aunque lo que más lo emociona es aquello que ha resistido la prueba del tiempo. Sin embargo, ha aceptado uno de los cambios evidentes: en sus ini- cios, el propósito principal del trineo era el de transportar pequeñas cargas por las aldeas nevadas; en la actuali- dad, es un artilugio de ocio. Los modernistas del mundo de los trineos se sorprenden al ver el gran nú- mero de trineos de Davos y similares que se siguen fabricando. Para ellos, los que montan en el difícilmente maneja- ble trineo de Davos son personas cha- padas a laantigua. Sinembargo, aunque nocabedudadeque los trineos clásicos sonmás lentos, deslizarsepor el blanco manto invernalmientras la nieve le sal- pica a uno el rostro, es una experiencia que llena de felicidad. Para el construc- tor de trineosBurri, el poder de esta tra- dición es el que contribuye a su éxito perdurable. Además, los niños han cre- cido con trineos sencillos, no con esos modernos bólidos sofisticados. La des- ventaja del trineo de Davos constituye, almismo tiempo, suventaja: “Dadoque no alcanza gran velocidad, tampoco re- sulta tan peligroso”. 120 pistas de trineo acondicionadas En Suiza, unos dos millones de perso- nas se desplazan en invierno por las pistas de trineo, es decir, por las más de 120 pistas acondicionadas, que per- miten disfrutar de descensos de varios kilómetros. Y el número de estas ofer- tas comerciales no deja de aumentar. Por si fuera poco, cada pista supera a la anterior. Con sus 15 kilómetros de largo, la pista de trineo más larga del mundo permite admirar las cumbres nevadas del Eiger, del Mönch y del Jun- gfrau, desde el Faulhorn hasta Grin- delwald, pasando por Bussalp. Ello pone de manifiesto algo más: los pres- tadores de servicios comerciales ya han descubierto y atraído desde hace tiempo a los un tanto anacrónicos amantes del trineo. Sin embargo, mon- tar en trineo también repunta fuera de las pistas, en prácticamente cualquier superficie nevada con suficiente incli- nación. ¿Percibe Paul Burri este auge? Pro- duce año tras año de 200 a 300 trineos. Este invierno superó incluso el millar. Sin embargo, él lo considera humilde- mente una “casualidad”, porque un único pedido voluminoso ha incre- mentado la cifra. Los demás construc- tores de trineos del país tampoco se quejan. Aparte de los “tradicionalistas” como Burri, hay empresarios que han lanzado al mercado trineos de lujo con exclusivas series limitadas, equipadas con herrajes de latón. A la postre, tam- bién los trineos “made in Davos” tie- nenmayor demanda. En esa localidad se había llegado a detener la produc- ción, en 1954. Pero Paul Ardüser, un nativo de Arosa, ha vuelto a entrar en el negocio. El mayor productor de Suiza, 3R AG en Sulgen, vende cada temporada hasta 5 000 trineos de todo tipo. El director de 3R, Erwin Dreier, no cree que desaparecerá el tri- neo deDavos, porque “a fin de cuentas, forma parte del patrimonio cultural suizo”. Pero regresemos al taller de Paul Burri. Nuestro artesano trabaja con el orgullo de quien sabe “construir un trineo con sus propiasmanos, de prin- cipio a fin”. Con cuidado corta en dos mitades las piezas demadera dobladas, y entretanto secas, para obtener dos patines curvos de forma idéntica. Se- leccionamadera especialmente bonita para las patas del trineo, entre los pa- tines y la superficie del asiento. A ojo de buen cubero corta las tablas del asiento. Conmano segura dobla las ba- rras de acero y las atornilla a los pati- nes de madera. De esta manera va fa- bricando un trineo tras otro. La pila de trineos sigue creciendo en su pequeña empresa. Contemplando esta pila, Bu- rri asevera: “El trineo existirá siem- pre”. El trineo, ese medio de trans- porte que recuerda un poco una pieza de museo, se refleja también en su creador. A Burri le gustan las co- sas anticuadas. ¿Ofrece su producto de calidad por Internet? De ningún modo. ¿Se le puede encargar un tri- neo por correo electrónico? No, no se puede. Ya saben todos dónde locali- zarlo: “Me podrán encontrar en Lohnstorf”. Por tanto, será mejor lla- mar a la puerta de la pequeña carpin- tería, en esa misma callejuela en la que Burri se lanzaba cuesta abajo, en su infancia. Un clásico suizo El trineo de madera de 80 a 130 centímetros de largo, que lleva grabado el logotipo “Davos”, es todo un clásico suizo. Su nombre se remonta a la pri- mera carrera histórica en trineo, que se celebró en Davos en 1883, a raíz de la cual también se fundó el “Davos Toboggan Club”, dominado por los bri- tánicos. Los carpinteros de carretas de Davos empezaron fabricando los primeros trineos para turistas. En 1888, el pionero del esquí Tobias Branger presentó su “trineo deportivo de Davos”, creando así el prototipo del “trineo de Davos” que hasta la fecha se sigue usando. mul
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