Panorama Suizo 2/2018
18 Panorama Suizo / Marzo de 2018 / Nº2 Sociedad ENTREVISTA: DANIEL DI FALCO Señor Osterwalder, el 50.º aniversario del “68” es este año un gran acontecimiento. Para usted representa un capítulo de su biografía personal. ¿Cómo se siente uno cuando ve la propia juventud en el museo? Uno se da cuenta de que ha finalizado una etapa en la que ha participado. Al mismo tiempo, uno hace balance de los acontecimientos. ¿Cuál es ese balance? Consta de dos vertientes. Teníamos in- quietudes: justicia social, igualdad de género, apertura social. En este sen- tido se han realizado importantes avances, el empeño ha merecido la pena. El segundo aspecto es que que- ríamos revolucionar la sociedad desde los cimientos con teorías del sigloXIX, las de tipo marxista, socialista, trots- kista y similares. Nada resultó de todo ello, afortunadamente para nosotros. ¿Por qué “afortunadamente”? En Suiza, nuestras ideas no tuvieron ninguna repercusión notable. En mu- chos países de América Latina fue dis- tinto, allí se produjeron revoluciones marxistas, muchas de las cuales acaba- ronde forma terrible. Secobraronvidas, al final incluso las de los propios mar- xistas. Eneseaspecto, enEuropa fuimos losprivilegiadosdelmovimientodel 68. ¿Esto se debió a que nadie tuvo que asumir la responsabilidad por el sueño de la revolución? Sí, y más aún: personas como yo pudi- mos incluso hacer carrera en el sis- tema de educación pública, pasando de maestro a profesor universitario. ...en ese mismo sistema que, en el fondo, usted pretendía derrocar como marxista. Exacto. Nuestras ideas eran tan funda- mentalistas como rudimentarias, in- cluso ingenuas: democracia asamblea- ria, economía planificada. Podría haber acabado mal. Muy mal. ¿Quiere decir de forma antidemocrática? Antidemocrática. Totalitaria. Caótica. En 1968, apenas contaba 21 años. Entonces, ayudó a fundar la sección zuriquesa de la LMR (Liga Marxista Revolucionaria), la cual surgió de una escisión del Partido Comu- nista del Trabajo. Sí, pero eso no sucedió hasta 1971. En un principio, en 1968 ocurrió algo dis- tinto: unmovimiento amplio, muy va- riado de inconformistas, es decir, de personas que estaban descontentas con el orden social y quemanifestaban este descontento fuera de las estruc- turas políticas tradicionales y por ende, también fuera de las “viejas iz- quierdas”. De ahí que todo el movi- miento abarcara más de un medio so- cial determinado. Al grupo de los inconformistas también se sumaron personas que anhelaban una renova- ción de la literatura o del teatro. Por otro lado, había personas que desea- ban una apertura del sistema educa- tivo. Por último, estaban quienes per- manecían totalmente ajenos a las cuestiones políticas. ¿Cómo se organizaba la gente en aquellos tiempos? Nos encontrábamos en las manifesta- ciones, en los bares y en los grupos de acción que perseguían un objetivo de- terminado, como la solidaridad con Vietnam, el empoderamiento de los sindicatos o, como he dicho antes, la renovación del teatro. Asimismo, los grupos políticos estaban todavía muy poco cohesionados. En nuestra región de Turgovia, contábamos con una ter- tulia de estudiantes, alumnos y apren- dices que se reunían para mantener debates, también con los representan- tes de la “antigua izquierda”. 1968 fue, por tanto, más que un movimiento estudiantil. Yo era estudiante, pero no sólo estába- mos comprometidos con las reformas estudiantiles, sino también con los aprendices o los trabajadores extran- jeros en Suiza. Uno ya no se lo puede imaginar en la actualidad, pero en aquel entonces había en las afueras de Frauenfeld un vertedero, flanqueado por un pueblo de barracas, en el que vi- vían los trabajadores italianos, separa- dos de sus familias que no podían acompañarlos hasta aquí. Así es cómo los trataba Suiza. Queríamos hacer algo para atajar esta situación. “Me alegro de que la revolución no haya cuajado” Hace cincuenta años parecía que en Suiza también había llegado el momento de cambiar el mundo de modo drástico. Fritz Osterwalder vivió los acontecimientos del 68 como marxista, antes de ejercer como profesor de pedagogía. ¿Qué ha quedado de todo aquello? A continuación, una conversación sobre errores y avances. Fritz Osterwalder Fritz Osterwalder, nacido en 1947 en Frauenfeld, estudiaba en 1968 historia y literatura alemana en Zúrich. En la actualidad, es conocido especialmente por sus investigaciones sobre las relaciones entre las ideas pedagógicas, la religión y el Estado. Se hizo famoso, en particular, por su mirada crítica respecto a las «expectativas sanadoras» que la sociedad dirige a la escuela, así como en cuanto al «culto» en torno a los reformadores de la pedagogía, como Montessori, Steiner o Pestalozzi. En 2012, Osterwalder se jubiló como profesor universitario del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Berna, donde había trabajado desde 2000. Con anterioridad, impartió clases de pedagogía en Karlsruhe y fue maestro, así como periodista, en Zúrich y Winterthur. DDF
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