Panorama Suizo 2/2018
6 Panorama Suizo / Marzo de 2018 / Nº2 MARC LETTAU En materia cervecera, la sede del gobierno federal suizo ocupa una posición estratégica. Los comensales del res- taurante “ Galerie des Alpes ”, en el interior del Palacio Fe- deral, disfrutan de una hermosa vista, no sólo a la cordi- llera alpina, sino también a la cervecería situada al pie de la colina de Gurten, cuna de la tradicional cerveza de Berna. Sin embargo, pese a esta cercanía, el Palacio Fede- ral no ofrece esta cerveza. Para aplacar su sed, los parla- mentarios o consejeros federales pueden elegir entre otras numerosas cervezas locales, procedentes de Burg- dorf y Einsiedeln. De hecho, la cervecería del Gurten ya es cosa del pasado: el sitio alberga actualmente suntuo- sas mansiones y empresas innovadoras. La cervecería, fundada en 1864, apagó la sed de la capital durante más de un siglo; pero luego se vio engullida por la vorágine de las reestructuraciones económicas y fue adquirida, en 1970, por el grupo Feldschlösschen, la mayor cervecería suiza: ésta elabora actualmente, en su sede social de Rhe- infelden (cantón de Argovia), una cerveza denominada “Gurten”. Esta historia es característica de un proceso que, en otras ciudades, tuvo repercusiones mucho más dramáti- cas que en la pausada Berna. A modo de ejemplo, en Fri- burgo, la clausura de la cervecería Cardinal, fundada en 1788, supuso una auténtica crisis de Estado. Tras años de declive imparable, Cardinal cerró definitivamente sus puertas: una conmoción para el gobierno de entonces, cuyo presidente Beat Vonlanthen se declaró “muy triste” porque se desplomaba algo propio, todo un símbolo de la propia historia comercial. Hoy en día, Cardinal persiste únicamente comomarca, ya que las botellas proceden de Rheinfelden. “The Last Eichhof” Estos dos episodios ilustran las dimensiones hasta enton- ces inauditas que alcanzó en Suiza la concentración del mercado de la cerveza, debido principalmente al desmo- ronamiento del cártel cervecero de este país; sin embargo, este proceso acabó engullendo también a los peces gordos. Así, la empresa Feldschlösschen AG sació, en un principio, su propia sed mediante la adquisición de numerosas cer- vecerías regionales, antes de ser adquirida a su vez por la cervecera danesamultinacional Carlsberg, en el año 2000. Por aquel entonces también se encontraba de compras en Suiza el consorcio cervecero holandés Heineken, el cual adquirió la cerveza de los Grisones “Calanda Bräu” (que tomó así la nacionalidad holandesa), así como la cerveza “Eichhof”, de Lucerna. En esta ciudad, precisamente, un grupo de estudiantes de la ETH de Zúrich lanzó en ese en- tonces el videojuego “ The Last Eichhof ”, en el que se tra- taba de evitar, por medio de disparos virtuales, la adqui- sición de esta cervecería por parte del enemigo. Todo fue en vano: sólo sirvió para hacer más audibles los lamentos en torno a la globalización del mercado cervecero. Hoy, una generación después, el panorama es total- mente distinto: si bien la cerveza que se consume en Suiza sigue procediendo en más del 60% de las cervecerías con- troladas por Carlsberg (Feldschlösschen) y Heineken (Ei- chhof y Calanda), se han establecido centenares de peque- ñas y minúsculas cervecerías, que se enfrentan a las gigantescas redes de las empresas multinacionales. Mien- tras que Suiza contaba en 1991 con tan sólo 31 cervecerías en actividad, esta cifra actualmente supera las 900. Nin- gún otro país del mundo presenta una densidadmayor de cervecerías en relación con el número de habitantes. En su conjunto, los actores de este nicho comercial participan en el mercado con unas 5 000 cervezas distintas. De la “Öufi” a la “Sierrvoise” Todo parece indicar que está aflorando un sentimiento ge- neralizado de patriotismo local. En Soleura se bebe ahora preferentemente cerveza “Öufi”, elevando así el once [ öuf es la variante dialectal de elf , once] a la categoría de nú- mero oficial de la ciudad. Por su parte, Sierre apuesta por la cerveza “La Sierrvoise”[juego de palabras que podría tra- ducirse como “la Sierrveza”]. Burgdorf se mantiene fiel al eslogan de su taberna local “ Bier braucht Heimat ” [la cer- A cada barrio su cerveza La botella se destapa con un suave silbido, la cerveza fluye en la jarra y las burbujas suben a la superfi- cie, formando la característica espuma. Al poseer Suiza la mayor densidad de cervecerías del mundo, ninguna otra nación ofrece tantas opciones para llenar la jarra. Esto constituye en parte una respuesta a la gran crisis cervecera que atravesó el país y al declive de muchas marcas tradicionales. Tema Clave
RkJQdWJsaXNoZXIy MjYwNzMx