Panorama Suizo 3/2018

14 Panorama Suizo / Mayo de 2018 / Nº3 Sociedad cluso ciertos temas más triviales calientan los ánimos. Por ejemplo, es muy grande el descontento por la apropiación comercial del espacio público, por su reducción y “desfigu- ración”, en palabras del periódico NZZ . Por otro lado, están quienes se alegran de ello, pues la invasión de las bicicletas de alquiler confirmaría que la cultura del compartir está ganándole cada vez más terreno a la del poseer. ¿Incluir las bicicletas en la Constitución Federal? El revuelo actual en torno a las bicicletas de alquiler nodebe ocultarnos una tendenciamás general. Puedeque las bicicle- tas de alquiler acaben imponiéndose; puede que varios pro- veedores acabendesapareciendo. De loque no cabe duda, es que la importancia de las bicicletas en las ciudades suizas irá en aumento, independientemente del mercado de alquiler. Muchas municipalidades han incluido el fomento de la bici- cleta en suagenda política. Dehecho, las ciudades están cam- biando: desde hace tiempo, la moda de vivir en el campo ha cedido ante el apremio por volver a la ciudad. De ahí que las ciudades se vean confrontadas anuevos desafíos, entre otros en el ámbito de la movilidad: si no quieren sufrir en mayor grado aún el impacto del transportemotorizado individual, deben fomentar, además del transporte público, el “tránsito lento”, es decir, los desplazamientos apie o enbicicleta. Todo esto genera un debate ideológico. Para los círculos izquier- distas y ecológicos, la bicicleta es la opción ideal para luchar contra la contaminación del aire, el ruido y la reducción del espaciourbano. En cambio, los partidarios del transporte au- tomovilístico sienten que se les toma como rehenes, pues sa- benquenopueden crearsemás carriles para ciclistas sinque se reduzca el espacio disponible para los automóviles. Sin embargo, la tendencia ya está trazada, aunque sea a grandes rasgos. Ante la presión de la iniciativa popular que exige anclar el fomento de la bicicleta en la Constitución Fe- deral, no tardó en intervenir el Consejo Federal, y aunque su contrapropuesta es menos ambiciosa que la iniciativa a favor de la bicicleta, reconoce la importancia de ésta y de fo- mentar su uso. Después del Consejo de los Estados, el Con- sejo Nacional respaldó asimismo enmarzo la propuesta del Consejo Federal a favor de la bicicleta. El pueblo tendrá la última palabra. Cada vez más hogares sin coche Como quiera que sea, puede que la política vaya a la zaga de la realidad, pues la movilidad urbana está evolucionando desde hace mucho tiempo. Así, en varias grandes ciudades suizas, menos de la mitad de los hogares poseen todavía un automóvil propio: una austeridad que se debe, ante todo, a la notable eficacia del transporte público. Sin embargo, la ampliación del transporte público es costosa y se ve limi- tada por la densidad urbana. Por consiguiente, si las muni- cipalidades promueven la bicicleta como medio de trans- porte, el objetivo de esta política no es sólo reducir el transporte motorizado individual, sino también aliviar la frecuente congestión de autobuses y tranvías. Con ese planteamiento concuerda Evi Allemann, Presi- denta de la Asociación Suiza de Tránsito y Ambiente y Con- sejeraNacional socialista, queacabade ser elegida al gobierno cantonal deBerna. Si bienconsideraqueel transportepúblico reviste suma importancia enSuiza, afirmaque laproporción de bicicletas se duplicará, en particular en los espacios urba- nos, hasta representarmás del 20%del total de losmediosde Los suizos y los medios de transporte De los casi cuatro millones de suizos que todos los días van de su casa al trabajo y viceversa, un 54 % lo hace en coche o en moto, y un 31 % usa el transporte público; un 9 % se desplaza a pie, mientras que un 7 % recorre el camino en bicicleta. También entre los jóvenes en formación son 7 % los que se dirigen a su centro de estudio en bicicleta. La proporción de hogares sin automóvil va en aumento, especialmente en las ciudades: hoy por hoy Berna encabeza la lista con un 56,8 %, seguida de Zúrich con un 52,8 %, Basilea (52,1 %) y Lausana (46,3 %). La última posición entre las grandes ciudades le corresponde a Ginebra, con un 40,9 %. transporte. Sin embargo, Suiza aún está muy lejos de alcan- zar los niveles de ciertas ciudades eminentemente ciclistas como Copenhague, debido a que el transporte público suizo es demasiado eficaz. Como quiera que sea, para desconges- tionar las ciudades serápreciso fomentar el usode labicicleta. Para lograrlo, ¿quémedidasdebenadoptarse? Según laes- pecialistaenpolíticade transporte senecesitanciclovías yca- rriles bici claramente reconocibles y seguros; asimismo, hay que paliar la congestión de los puntos neurálgicos. Con fre- cuencia, la sensación de inseguridad impide que la gente use la bicicleta a diario. A tenor de Allemann: “Demasiada gente reconoce que, simplemente, tiene miedo”. Además, se nece- sitansuficientes lugaresparaestacionar lasbicicletas. ¿Es esto una alusión indirecta a los problemas que ocasiona la inva- sión de las bicicletas de alquiler que carecen de estaciona- mientofijo? “La anarquía en el usode la bicicleta desvirtúa la imagende estemediode transporte”. Todos necesitamos aca- tar unas “reglas del juegomuy claras”, además de unos acuer- dos vinculantes entre proveedores y autoridades municipa- les. Ella misma se sujeta a reglas muy claras en materia de movilidad: nunca seponeal volante, ni siquiera tiene licencia de conducir: algo que, como ya lo hemos mencionado, ya no resulta tan extraño en las ciudades suizas.

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