Panorama Suizo 3/2018
19 Panorama Suizo / Mayo de 2018 / Nº3 público a un viaje de descubrimiento musical. Pero advierte: “Tenerme amí como guía no es nada fácil”. A Kopatchinskaja le molesta que los conciertos de música clásica carez- can de vitalidad, que tantas cosas si- gan siendo iguales desde hace siglos. “¡Un concierto debe cambiar un poco la vida de cada quien!”, exclama. Consi- dera que en la actualidad los concier- tos demúsica clásica con frecuencia se parecen a un mausoleo de composito- resmuertos. “La gente viene a admirar un cadáver; éste debe reposar con dig- nidad, sin moverse en absoluto. Pero no estoy aquí para repetir lo mismo por enésima vez”, concluye la intér- prete. “Quien quiera oír eso, que se ponga un CD. Yo no soy una fotocopia- dora “. Una artista profunda y amante del riesgo Patricia Kopatchinskaja combate con ahínco los estereotipos en el mundo de la música clásica. El arte no puede ser lo que ya se conoce. “El arte debe plantear preguntas y ponerlo todo pa- tas arriba”, afirma con convicción esta artista profunda y amante del riesgo, cuyomensaje empieza a ser escuchado. Además del Grammy del año 2017, se ha llevado el Grand Prix suizo de mú- sica, uno de los galardonesmás impor- tantes en su ámbito. Kopatchinskaja está presente en festivales internacio- nales, compone, graba discos, toca música de cámara y da conciertos con lasmejores orquestas del mundo. Ade- más, a partir del otoño de 2018 asu- mirá la dirección artística de la re- nombrada Camerata Bern. ¿De dónde saca su vena creativa, su profundamu- sicalidad y su capacidad creadora? Pa- tricia no lo piensamucho: de su padre, Viktor Kopatchinski, un virtuoso to- cador de címbalo, ha heredado la obs- tinación y la pasión; de la madre, la violinista, la calma y la intensidad al tocar música. El entorno de su infan- cia le ha puesto los pies en la tierra. Kopatchinskaja nació en Chisináu, Moldavia, unode los paísesmás pobres de Europa. Su infancia fue difícil, pero también feliz, nos cuenta, y recuerda el pueblo pintoresco en el que se crió con sus abuelos entre gallinas y campos de maíz, mientras sus padres iban de gira por la Unión Soviética como músicos populares profesionales. El padre cose- chómucho éxito comomúsico, perono era miembro del partido. Además, dado que en Moldavia las fuerzas de ocupacióncambiabanconstantemente, el futuro era siempre incierto. “Mi pa- dre no podía viajar al extranjero. Por ello, huimos. “La emigración la condujo a Viena, donde su familia y ella vivían enunentornode granpobreza. Noobs- tante, la joven violinista tuvo suerte. Gracias a una beca se mudó a Berna, donde ahora se siente segura. Esta ciu- dad no sólo es importante para su tra- bajo, nos explica, sino también para su alma, que de vez en cuando precisa su momento de calma. “Berna es tran- quila y agradable. Aquí nomedistraigo ypuedo centrarme en loesencial. Hasta que vuelvo a ponerme en marcha. “Pa- tricia Kopatchinskaja ha escalado el Olimpo de la música clásica. Hasta la cima. Con todo, apunta que no ha al- canzado todavía la meta. Su mente in- quieta la impulsa sin cesar a buscar nuevos secretos musicales. “Ésa es mi meta en la vida”. MARIANNE MÜHLEMANN ES EDITORA CULTURAL EN EL PERIÓDICO BUND . Patricia Kopatchinskaja Patricia Kopatchinskaja nació en 1977 y creció en Chisináu (Moldavia), en el seno de una familia de músicos. En 1989, la familia emigró a Austria. En Viena, Kopatchinskaja estudió violín y composi- ción, antes de irse a Berna en 1998 gracias a una beca. Ha recibido numerosos galardones, entre otros, al ganar el concurso Henryk Szeryng, cele- brado en México (2000); el premio International Credit Suisse Group Young Artist Award (2002) y el Förderpreis Deutschlandfunk (2006). Ganó asimismo el Grand Prix suizo de música (2017), dotado con 100 000 francos suizos y, en enero de 2018, un Grammy en la categoría “Mejor actua- ción de música de cámara”. La violinista también se hizo famosa entre el público en general gra- cias a la aduana suiza que confiscó el valioso violín Guarneri que le habían prestado, un suceso que acaparó los titulares. Kopatchinskaja está casada con el ex neurólogo y autor Lukas Fierz. Tienen una hija y viven en Berna. En el otoño de 2018, Kopatchinskaja asumirá la dirección artísti- ca de la Camerata Bern. MM Una artista que combate con ahínco los estereotipos en el mundo de la música clásica: Patricia Kopatchinskaja. Fotografía: Keystone
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