Panorama Suizo 5/2018

Panorama Suizo / Septiembre de 2018 / Nº5 11 avivó por una sentencia del Tribunal Federal, que dio prio- ridadal Acuerdo sobre la libre circulacióndepersonas (ALCP) a expensas del derecho federal: “La iniciativa de autodeter- minación pretende evitar que tales sentencias puedan dic- tarse en el futuro y, a primera vista, promete una solución simple. Sin embargo, la iniciativa no elimina la libre circula- cióndepersonas, que tantodisgusta a laUDC, ni proporciona claridad jurídica: el ALCP, por ejemplo, fue sometido a refe- rendo en elmarcode los acuerdos bilaterales I, por loque, se- gún los términos de la iniciativa de autodeterminación, si- gue siendo determinante para el Tribunal Federal. Por lo tanto, en caso de conflicto deciden los jueces de Lausana”. La cuestión central de los derechos humanos En cambio, afirma Kathrin Alder, en caso de aprobarse la iniciativa, la Convención Europea de Derechos Humanos (CEDH) ya no sería determinante para el Tribunal Federal: “Cuando se ratificó la Convención, algunos tratados inter- nacionales importantes aún no se habían sometido a refe- rendo. Por lo tanto, en el futuro prevalecería el derecho constitucional, lo que acarrearía consecuencias jurídicas poco claras”. La periodista del NZZ escribe: “Los promoto- res de la iniciativa golpearon al perro cuando querían gol- pearle al amo: porque más que a los jueces ‘extranjeros’ de Estrasburgo, aborrecen a sus ‘propios’ jueces de Lausana. Finalmente, el Tribunal Federal dictaminó que la CEDH y el ALCP debían prevalecer sobre el derecho federal. Con la iniciativa de autodeterminación, la UDCpretende reforzar la democracia directa. En realidad, lo que pretende es de- bilitar al poder judicial, es decir, al Tribunal Federal. Lejos de crear una jerarquía coherente entre el derecho nacional y el internacional, la iniciativa crea incertidumbre jurídica”. Con toda seguridad, la cuestión de los derechos huma- nos desempeñará un papel clave en la batalla electoral. De aprobarse la iniciativa, el Consejo Federal advierte de “un debilitamiento de la protección internacional de los dere- chos humanos, en particular de las garantías de la CEDH”. Incluso podría ser que Suiza ya no pudiera aplicar las dis- posiciones de la CEDH. “A largo plazo, tampoco se descarta que Suiza quede excluida del Consejo de Europa, lo que equivaldría a una renuncia a la CEDH”. Sin embargo, el Con- sejo de Europa y la CEDH son “de vital importancia” para Suiza, con vistas a la estabilización del Estado de derecho, la democracia, la seguridad y la paz en toda Europa. También en el Parlamento, los opositores a la iniciativa acusaron a sus promotores de querer derogar los derechos fundamentales, lo que equivale a una amenaza de tiranía por parte de lamayoría. Aprobar la iniciativa supondría re- nunciar a la CEDH, a pesar de que ésta brinda a los ciuda- danos y ciudadanas la posibilidad de defenderse incluso en contra del Estado, de ser necesario. AHans-Ueli Vogt, Profesor de Derecho en Zúrich, miembro del Consejo Nacional de la UDC y padre espiritual de la SBI, todos estos argumentos lo traen sin cuidado. En una entre- vista concedida a Weltwoche , a la pregunta de si no estaba socavando los derechos humanos, respondió: “No. La pro- tección de los derechos humanos en Suiza no depende de un tribunal extranjero. Los derechos humanos ya se encuen- tran protegidos en nuestra Constitución”. Por el contrario, la organización “ Schutzfaktor M ” [Factor de protección de los derechos humanos] afirma: “Necesita- mos la CEDH, aunque nuestra Constitución garantice los de- rechos fundamentales. Porque estos derechos fundamenta- les ‘no están grabados en piedra’: una mayoría de votantes y de cantones puedemodificar laConstitución. De estamanera, los derechos fundamentales garantizados en laConstitución puedenmodificarse, e incluso derogarse, por ejemplo sobre la base de una iniciativa popular”. Schutzfaktor M lleva años luchandocontra la iniciativade laUDC, juntoconmás de cien organizaciones suizas. Se perfila una encarnizada batalla electoral. Muestra de ello es lo que ocurrió durante el debate parlamentario. Tho- mas Aeschi, líder del grupo parlamentario de la UDC, no dudó en hablar de un “golpe de Estado” de los opositores a la iniciativa, quienes querían privar al pueblo de toda au- todeterminación. Roger Köppel, miembro del Consejo Na- cional de la UDC, dio otra puntilla: “Lo que está sucediendo es un derrocamiento en frío del pueblo. Es la toma del po- der, una especie de golpe de Estado, por una exaltada clase política que no está dispuesta ni es capaz de proteger los de- rechos del pueblo, al que ha prestado solemne juramento”. La “élite política, embriagada de poder, está decidida a con- fiscar brutalmente la soberanía popular”. Köppel describió a sus oponentes políticos del Consejo Nacional como “anti- demócratas que se autoproclaman representantes del pue- blo, mientras que están más próximos a los países extran- jeros que a Suiza”. ¿Deben los cuernos de vaca elevarse a rango constitucional? El 25 de noviembre de 2018, Suiza votará también la “Iniciativa Hornkuh ”, que pretende restablecer la dignidad de los animales de cría y reclama una ayuda financiera urgente, garantizada por la Constitución, para dejar intactos los cuernos de vacas y cabras. En el centro del comité de la iniciativa está el granjero de montaña Armin Capaul. Los opositores argumentan que los cuernos deben extirparse para evitar accidentes; además, mantener a los animales con o sin cuernos sería una decisión empresarial. En cambio, sus promotores y una minoría verde de izquierda en el Parlamento consideran que la quema de cuernos supone tortura y dolor para los animales y contraviene la Ley de Protección Animal. El Consejo Federal y la mayoría parlamentaria rechazan la iniciativa. (JM)

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