Panorama Suizo 5/2018
Panorama Suizo / Septiembre de 2018 / Nº5 17 Sociedad MARC LETTAU En el cuarto de estar de Rita Solter- mann, una bernesa natural de Nie- derönz que pronto cumplirá 80 años, hay flores, flores y flores... y 350 cerdi- tos de porcelana. Es una vista que hace sonreír. Pero los cerditos son un re- cuerdo de una infancia que fue cual- quier cosa menos florida. Rita Solter- mann fue explotada con seis años en una familia campesina de Emmental que no tenía hijos. Allí, Rita fue la de- cimocuarta niña que trabajó esclavi- zada en las escarpadas laderas de la granja familiar: como mano de obra gratis. Tenía que levantarse a las seis de la mañana, primero daba de comer a las gallinas, y después a los cerdos. El olor del establo se le pegaba al cuerpo, y después tenía que marcharse co- rriendo a la escuela sin duchar. Rita Soltermann lo dice abiertamente: “Apestábamos”. Después de la escuela tocaba cambiarse y seguir trabajando. Las tareas escolares no estaban pre- vistas en el día a día laboral, por lo que su bagaje escolar permaneció escaso por el resto de su vida. No pudo apren- der ninguna profesión, porque le to- caron las peores cartas: “Cuando em- piezas así, haces ‘trabajos temporales’ por el resto de tus días. Toda tu vida eres un cero a la izquierda”. La jinete a lomos de un cerdo Dar de comer a los cerdos: esto era el rayo de esperanza en el día a día de la niña. Le gustaban los cerdos. Se con- virtieron en sus compañeros, e incluso le proporcionaban momentos de feli- cidad: “A veces salía del establo cabal- gando a lomos de una hembra”. En la A pesar de la “reparación”, hay cosas que no se arreglan De niña, Rita Soltermann fue víctima de explotación por parte de una familia campesina de Emmental. Desde entonces su vida ha sido la de un “cero a la izquierda”. Si bien estima que son muy importantes las medidas adoptadas por la Confederación para reparar el sufrimiento de los afectados, considera que esta reparación no puede en absoluto borrar las cicatrices del pasado. Rita Soltermann, antigua niña explotada, rodeada de flores en la actualidad: “No haber sentido amor es lo más doloroso”. Fotografía: Danielle Liniger escuela la apodaron “ Söirittere ”: Rita, la jinete de los cerdos. Rita Soltermann es una de las mi- les de víctimas demedidas coercitivas estatales. Su destino es el típico para aquellos niños a los que las autorida- des robaron su infancia... y lo hicieron por razones “asistenciales”. Muchos hijos de familias socialmente vulnera- bles fueron explotados; otros fueron llevados a instituciones que los daban en adopción. Los niños de las comuni- dades yeniches fueron arrancados de sus familias para garantizarles un “buen” futuro. Otras víctimas incluso fueron operadas y esterilizadas por or- den del Estado. Desde hace años, Suiza mantiene un debate sobre la repara- ción de este oscuro capítulo de su his- toria nacional que duró hasta 1981. LaConfederaciónyahadadoun impor- tantepaso eneste sentido, al abordar el
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