Panorama Suizo 5/2018

Panorama Suizo / Septiembre de 2018 / Nº5 5 Buzón El turismo está transformado las montañas suizas en un “parque de diversión” Gracias por su maravillosa contribución sobre el desarrollo turístico en Suiza y el debate secu- lar sobre su sentido y su sinsentido. Yo mismo provengo de una región turística de los Griso- nes, por lo que estoy familiarizado con esta pro- blemática. No debe olvidarse quemiles de pues- tos de trabajodependendel turismo. Sin turismo, la región alpina sería un lugar sin apenas uso ni futuro para los jóvenes. No obstante, como alpinista, puedo tranquilizar a todos los críticos del turismo: cuando estoy en la cima de unamontaña ymiro ami alrededor, veo aúnmuchas, muchas montañas que están completamente vírgenes. RETO DERUNGS, HIGUEY, REPÚBLICA DOMINICANA Soy consciente de que los negocios están contaminando to- dos los lugares impolutos del mundo. Todo lo que sé procede de mi propia experiencia, cuando estuve en Interlaken, ha- ciendo senderismo en el Oberland bernés. Mi padre nació en Berna ymi mujer y yo habíamos viajado desde el estado de Washington hasta Suiza por primera vez. Incluso me corté el dedo con una navaja Victorinox el día an- terior, el día en que cumplí 60 años. Me pareció oportuno de- jar un poco de sangre en la tierra de mis antepasados. Subimos hasta Mürren en una telecabina, bajo un cielo azul. Las impresionantes vistas del Eiger, Mönch y Jungfrau nos dejaron asombrados mientras caminábamos hacia Gim- melwald. En el recorrido conocimos a un lugareño que tam- bién estaba festejando su cumpleaños. Era una excursión que él hacía todos los años. Están los que echan de menos la Suiza del pasado y los que, como yo, se sienten cautivados por la de hoy. Si tenemos una visión inspirada, que no consista en lu- crar a toda costa con los turistas, quizás el cambio no destruya la Suiza del mañana. Hay que ir hacia adelante con gran sen- sibilidad, sin retroceder jamás. TREVOR GLOOR, WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS Para mí, no se trata de satanizar el turismo en sí, sino de esta- blecer los límites entre lo que puede considerarse tolerable y lo que no. Por supuesto, esto es algo sumamente subjetivo. Sobre todo, me pregunto con qué derecho las personas que preten- den invertir capitales y maximizar sus ganancias, ya sean sui- zos o extranjeros, se apoderan de los paisajes —montañas, la- gos, mares y ciudades—, con todas las consecuencias que de sobra conocemos: se disparan los precios de terrenos e inmue- bles, los alquileres y costes de alojamiento; los lugareños son desplazados de sus tierras. Nosotros, los suizos ricos, lo tene- mos fácil: cuando nuestras montañas se llenan de turistas ex- tranjeros, subimos a un avión y nos vamos a los Andes, a Nepal. Creo que ya es hora de acabar con ese frenesí de crecimiento, a costa de la naturaleza y las personas. No basta con comprar en el supermercado productos ecológicos o presuntamente regionales, sino que también debemos cuestionar nuestra propia forma de actuar —empezando precisamente con el monte Rigi—. HANS REICHERT, FRÁNCFORT DEL MENO, ALEMANIA Magdalena Martullo-Blocher sigue los grandes pasos de su padre Es como su padre, clamando contra Eu- ropa, pero chupando del bote europeo sin escrúpulos, al más puro estilo “haz lo que yo digo, no lo que yo hago”. MICHEL PIGUET, COMENTARIO EN LÍNEA Escaleras para gatos: las discretas pasarelas de los mininos helvéticos Hola: lo siento, pero no estoy de acuerdo con su afirmación de que “probablemente los gatos no necesiten este tipo de ayuda para resolver los problemas de su vida cotidiana.” Los gatos ne- cesitan libertad y, dependiendo de la planta en que se encuentre el piso de sus amos, no pue- den salir al exterior cuando les apetezca. Con demasiada frecuencia vemos casos de gatos que saltaron al vacío ymurieron o aparecieron gravemente he- ridos. Además, estas “escaleras” son un área de juegos ideal y, por lo tanto, mejoran su salud porque se mueven, a di- ferencia de los gatos que todo el tiempo están encerrados. Creo que es una excelente iniciativa y, por mi parte, voy a construir inmediatamente una “escalera de gallinero” para mi gato. LILIANE ENJOLRAS, LE GRAU-DU-ROI, FRANCIA Gracias por su encantadora contribución sobre las escale- ras para gatos. A mí también me llamaron la atención las numerosas escaleras para gatos, enmi última visita a Suiza. No me imaginaba lo típicas que son estas construcciones, hasta que leí la revista Panorama . Es amor a los animales plasmado en forma de infraestructura. Aunque esta inicia- tiva puede parecer rara, para mí se trata de algo deliciosa- mente extravagante. HELEN MEIER, AUSTRALIA

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