Panorama Suizo 6/2018

Panorama Suizo / Noviembre de 2018 / Nº6 16 Sociedad realizan el servicio nacional estén expuestas, con una pro- babilidad suficiente, a ser víctimas de tales agresiones”, ex- plica el tribunal. En términos generales, no existen suficien- tesevidenciascomoparapoderafirmarqueelreclutamiento por tiempo indeterminado equivale a trabajo forzoso, una práctica que condena el derecho internacional. Un cambio radical de rumbo En 2006, Suiza decidió acoger a todos los desertores que huían del reclutamiento forzado bajo la bandera de Eritrea, a raíz de lo cual la tasa de reconocimiento de los solicitan- tes de asilo eritreos se elevó del 6 al 82%. Este período ha terminado. “Los eritreos son el grupomás numeroso de so- licitantes de asilo en Suiza. Por lo tanto, existe una enorme presión política para reducir su número, ante la cual el De- partamento Federal de Justicia y Policía cede cada vezmás”, considera Peter Meier, portavoz de la Organización Suiza de Ayuda a los Refugiados. “Esta política no se relaciona con el hecho de que los re- fugiados provengan de este país en particular, o con los problemas a que daría lugar esta comunidad, que no causa ninguno, sino con el número de personas que la integran”, dice Tzeggai Tesfaldet. Este trabajador social considera que “tal disuasión está dando sus frutos, ya que las llega- das están disminuyendo, aunque el cierre de la ruta del Mediterráneo central juega un papel importante”. Ade- más, las nuevas solicitudes de asilo se examinan ahora desde este punto de vista, lo que reduce las posibilidades de obtener protección. Batalla por la imagen de los refugiados Dos argumentos, difundidos por los medios de comunica- ción, pueden haber influido en la imagen de los eritreos en Suiza. El primero hace referencia a la dificultad que tendría esta población para integrarse. “Un gran número [de eri- treos] sólo ha tenido acceso a una educación deficiente [...], la mayoría no conoce nuestro sistema de escritura y, por lo tanto, debe volver a alfabetizarse ”, argumenta la SEM. Un estudio de esta dependencia indica que desde 2002, todos los estudiantes eritreos deben completar su educación se- cundaria en una escuelamilitar, y que posteriormente sólo un número limitado está autorizado a cursar estudios en uno de los establecimientos de enseñanza superior del país. Los demás están obligados a cumplir el serviciomilitar. En el CSP, Aldo Brina nos recuerda que la admisión temporal no está relacionada con la integración. Otro argumento es el hecho de que algunos refugiados hayan regresado a sus países para pasar allí sus vacaciones. “En 2017, la SEM retiró el estatuto de refugiado a cuatro ciu- dadanos eritreos que se dirigían a Eritrea. Durante el pri- mer semestre de 2018, hubo nueve casos de este tipo”, in- forma Emmanuelle Jaquet von Sury. Según un informe de la Oficina Europea de Apoyo en materia de asilo, fechado en mayo de 2105, a los eritreos exiliados al parecer se les dio la oportunidad de ingresar en el país para visitar a sus familias. Para ello, o para obtener cualquier documento oficial, deben haber pagado un impuesto del 2% sobre la renta, que Eritrea exige a to- dos losmiembros de la diáspora. “Yo no pago este impuesto, que se utiliza sin ninguna transparencia y que secuestra los derechos de los refugiados”, puntualiza Tzeggai Tesfaldet. Parlamentarios invitados a Eritrea hablan a favor del país La percepción del régimen autoritario de Asmara puede ha- ber sido influenciada por el viaje de cuatro parlamentarios suizos, en febrero de 2016. El Consejero Nacional del PDC, Claude Béglé, interrogado en Eritrea por Radio Télévision Suisse , consideró que este país “se está abriendo”. ¿Corren los desertores repatriados el riesgo de sufrir malos tratos? “Dado que los observadores de los derechos Un país que se vacía Cada mes, 5 000 personas en promedio huyen de Eritrea, un país dirigido por Isaías Afeworki y su partido único. No se celebran elecciones y la Constitución nunca ha entrado en vigor. La comunidad eritrea establecida en Suiza se estima en 35 000 personas. En 2015, alrededor del 25 % de las solicitudes de asilo europeas se presentaron en Suiza. La diáspora eritrea se estima en un total de casi medio millón de personas, para un país de cinco millones de habitantes. humanos no pueden visitar Eritrea y que el Comité Inter- nacional de la Cruz Roja no está autorizado a visitar las cár- celes, es imposible verificarlo”, señala laOficina Europea de Apoyo al Asilo. La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Coo- peración se vio “obligada, en 2006, a poner fin a su compro- miso de varios años en Eritrea, en vista de las dificultades a las que se enfrentaron los grupos de apoyo sobre el te- rreno”, informa la SEM.

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