Panorama Suizo 5/2019

Panorama Suizo / Septiembre de 2019 / Nº5 16 temprana edad. Envió el manuscrito durante años a va- rias editoriales hasta que, en 1939, fue publicado en la editorial izquierdista Büchergilde Gutenberg, que apos- taba por lo nacional para la defensa intelectual del país. Después escribió otras obras autobiográficas en dialecto de Klettgau, con títulos como “ De Hannili Peter ” (histo- ria de su niñez), “ Wält uhni Liecht ” (informe de una ope- ración de los ojos), “ De Studänt Räbme ” (su escolaridad en el colegio de Schaffhausen) o “ De ander Wäg ” (sus años en Zúrich y su decisión por el dialecto). En 1950, publicó dos extensos tomos en los que narra su aventura en Ru- sia, de 1913 a 1918, bajo el título “ Pjotr Ivanowitsch ”. Este libro fue su éxito más espectacular; contiene elementos autobiográficos, así como una dramática historia de amor ficticia. El paisaje y la sociedad rusos cobran gran autenticidad en la novela y Bächtold enriqueció el dia- lecto de Klettgau con nuevas palabras, oraciones y diá- logos para acercarlo más al ruso. Y a pesar de que en esta novela los rusos hablan perfectamente el dialecto de Kle- ttgau, se pueden reconocer los personajes con acento ex- tranjero o con un defecto de articulación. Sin añorar Estados Unidos En 1953, Bächtold escribió “ De Silberstaab ”, donde narra su estancia en EE. UU. en el dialecto de Klettgau, pero sin la intensidad y la cercanía de su obra sobre Rusia. Esto es perfectamente comprensible en vista del juicio que emite acerca de los dos países: “A los Estados Unidos se les admira y después uno se olvida de ellos. No se siente añoranza por este país. Por Rusia se siente cariño, y lo que se ama nunca se olvida”. Hasta su muerte con 90 años en 1981, Albert Bächtold escribió 14 libros en el dialecto de Klettgau. Casi nadie se ocupa de ellos fuera de Schaffhausen, pero todavía se pueden solicitar en la editorial Meier de Schaffhausen. Tras su muerte se vendió un extenso terreno que poseía en Meilen, lo que permitió que sus obras se publiquen una y otra vez, por lo que todavía seguirán disponibles dentro de 500 años. CHARLES LINSMAYER Sobraban muchos profesores cuando el maestro de pri- maria de 22 años, Albert Bächtold, dejó su puesto en 1913 después de dos años y aceptó la propuesta de un suizo en el extranjero de trabajar como profesor particular en la finca señorial Baranowitschi, cerca de Kiev. Allí vivió los días más dramáticos de la historia rusa moderna: la caída del zar, el fracaso del gobierno republicano de Ké- renski, el regreso de Lenin y la revolución, que lejos de hacer de él un comunista, lo convirtió en enemigo del marxismo. Regresó a Suiza en octubre de 1918, en el tren que Lenin puso a disposición de los suizos en el extran- jero y luchó allí por sus compatriotas expulsados de Ru- sia. Para reunir dinero para ellos viajó a Estados Unidos, donde dictó ponencias, visitó la tristemente célebre cár- cel de Sing Sing y se topó por casualidad con una em- presa que ofrecía proyectores de cine portátiles con el lema “El cine en tu bolsillo”. A Bächtold le gustó la idea y se convirtió en su representante suizo. En poco tiempo amasó una fortuna, condujo el automóvil más caro de la época y se casó en segundas nup- cias con la modelo más bella de la casa de moda Grieder. Hasta que el sueño se esfumó en la cri- sis económica de 1929. De pronto pobre y solo, Bächtold intentó sobrevivir como periodista. Entusiasmado por Knut Ham- sun, escribió la novela “ Der grosse Tag ”, de la que leyó extractos en el círculo de poetas de Rudolf Jakob Humm, en su célebre “Raben- haus”. La velada fue un fracaso; pero como había traducido antes un capítulo al dialecto de Klettgau, los presentes le aconsejaron que escribiera sólo en dialecto. Bächtold se convierte en el “Homero de Klettgau” Así surgió su primer libro en dia- lecto, “ De Tischtelfink ”, un home- naje a su padre que falleció a Pjotr Ivánovich habla dialecto de Klettgau El escritor Albert Bächtold vivió la Revolución rusa como suizo en el extranjero y relató sus vivencias en el dialecto de Schaffhausen. “Ante nuestros ojos, a plena luz del día, muere uno de los mayores valores culturales y nadie mueve un dedo. Tene- mos dinero, interés y tiempo para todo, menos para nuestra lengua materna.” (Del discurso de Bächtold con motivo de la entrega del Premio de Literatura del Lago de Constanza, en 1966). Literatura

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