Panorama Suizo 6/2019

14 Panorama Suizo / Noviembre de 2019 / Nº6 Luchando por obtener justicia Ursula Biondi tenía 17 años cuando, en 1967, fue internada en el correccional de Hindelbank. No había cometido ningún delito, pero la Agencia Tutelar de Zúrich la internó en un “cen- tro de reeducación cerrado” al quedarse embarazada siendo menor de edad. Antes, la joven había estado en un internado para señoritas del cual escapó varias veces. En casa tenía frecuentes altercados con sus padres por sus salidas y sus gustos en cuestión de moda y de música. El padre, de raíces italianas, no quería llamar la atención porque había solicitado la nacionalidad suiza, y por eso sus padres aceptaron que volviera a ser internada. Pero no sabían que el “centro de reeducación” era una cárcel de mujeres, en la que también había delincuentes. Ursula no pudo hacer allí ninguna forma- ción profesional y, cuando dio a luz a su hijo, las autoridades se lo quitaron y la forzaron para que lo diera en adopción, a lo que ella se negó. Le devolvieron el bebé tres meses más tar- de. Después de un año en Hindelbank, donde realizaba trabajo forzado en la lavandería, se le concedió la libertad en 1968. Se mudó al anonimato de Ginebra, donde formó una familia y se estableció profesionalmente como informática en una organización de la ONU, además de trabajar en el ámbito social. “Tuve suerte”, dice, “y trabajé duro para ganármela”. Cuenta que estuvo muy traumatizada y durante mucho tiempo tuvo miedo de que se descubriera que había estado internada en Hindelbank. La injusticia vivida no le dejaba paz. En 2002, Ursula Biondi publicó su autobiografía, que fue retomada por la revista “Beobachter”. Después, Biondi luchó durante años en primera fila por la reconsideración y reparación de los “internamientos administrativos”, un término que advierte como eufemístico: “En realidad, se trata de una espantosa arbitrariedad de las autoridades”. Aunque el informe de la comisión de expertos haya cumplido su objetivo, algo molesta aún a esta comprometida mujer, a la que la Universidad de Friburgo otorgó el doctorado honoris causa en 2013. Debido a la rehabilitación tardía de los “internados”, las generaciones siguientes nunca tomaron conciencia de las libertades por las que se tuvo que luchar. “A nosotros nos encerraban por vivir de una manera que hoy resulta totalmente aceptable”. Para que los jóvenes de hoy estén alerta ante cualquier arbitrarie- dad estatal, Biondi imparte conferencias en colegios. Sociedad Ursula Biondi con el uniforme de la prisión, en 1967. Como madre joven recibió “asistencia administrativa”. Foto fuente privada/PAD Ursula Biondi tuvo finalmente la valentía de publicar un libro en el que narra su historia. Foto Jos Schmid informe final y recomendó otras me- didas de reparación, que incluyen desde prestaciones financieras adicio- nales para las víctimas, hasta la suge- rencia de crear una “casa de la otra Suiza” para dar a conocer los hechos. Estas recomendaciones fueron recibi- das por la Ministra de Justicia, Karin Keller-Sutter. Queda pendiente la de- cisión de prorrogar o no el plazo ven- cido para la indemnización de solida- ridad de 25 000 francos por persona, lo que permitiría que más afectados pudieran solicitarla, como aquellos que viven en el extranjero y no han po- dido cumplir el plazo. Represión en el Estado de derecho El informe de la comisión de exper- tos, que abarca cuatrocientas páginas de datos históricos, ha obligado al país a encarar su pasado. Y hay que decirlo: para personas al margen de la sociedad como los pobres o inadapta- dos, hasta hace poco Suiza era un lu- gar incómodo, e incluso represivo. Había ciudadanos de segunda clase, y sólo a unos pocos les preocupaba. A continuación, ofrecemos un resumen de los principales hallazgos de la CIE: ■ ■ Al menos 60 000 personas fueron sometidas a internamientos adminis- trativos en el siglo XX, en un total de 650 instituciones. Este número, ma- yor de lo esperado, significa que el in- ternamiento administrativo no era algo inusual, al margen del derecho penal suizo, sino que era parte del mismo sistema. ■ ■ La justicia administrativa arre- metía principalmente contra la clase baja: pobres ymarginados sin trabajo, sin relaciones sociales o familiares. Pero también se detenía a algunas mi- norías como los yeniches y, tras la Se- gunda Guerra Mundial, también a jó- venes rebeldes. ■ ■ Las decisiones de internamiento las tomaban las autoridades del sis- tema de milicia: concejos municipa- 2011 y 2016, el Consejo Federal se dis- culpó dos veces, se promulgó una ley de rehabilitación y el Parlamento de- cidió conceder una indemnización de solidaridad a los afectados. Además de las víctimas de internamientos ad- ministrativos, otras personas tam- bién exigen que se reconozca su su- frimiento y se les indemnice: quienes fueron internados por la fuerza en hogares de acogida o en familias aje- nas, así como las personas esteriliza- das en contra de su voluntad (Pano- rama Suizo, 5/2018). El Consejo Federal creó la CIE para investigar los internamientos admi- nistrativos, una labor a la que se dedi- can más de treinta investigadores. Tras cuatro años de trabajo, en los úl- timosmeses la Comisión ha publicado diez tomos que incluyen retratos de los afectados. Este otoño presentó su

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