Panorama Suizo 1/2020
Panorama Suizo / Enero de 2020 / Nº1 20 Política STÉPHANE HERZOG Los países occidentales no tienen prisa en ocuparse de sus ciudadanos detenidos en Siria y en Irak. Al noreste de Siria, los viajeros yihadistas se encuentran encerrados en prisio- nes a cielo abierto y en campos. En Irak, los sospechosos de actividades terroristas para el Estado Islámico (EI) están detenidos en prisiones. En ese país sometido a fuertes ten- siones, ya han sido condenados a muerte varios occidenta- les, sin que se llegaran a ejecutar las penas. Los observado- res denuncian los procedimientos penales plagados de irregularidades. En Siria, las familias capturadas durante la caída de los últimos bastiones del califato, en 2019, viven en condicio- nes “apocalípticas”, según los términos del Comité Interna- cional de la Cruz Roja (CICR). Tal es el caso del campo de Al- Hol, donde viven cerca de 73 000 personas, entre ellas 67 000 mujeres y niños, según el CICR. En esta parte de Si- ria, desestabilizada por la intervención turca de este otoño, 12 000 personas están acusadas de ser combatientes del EI, señala Mehmet Balci, Presidente de la ONG Fight for Huma- nity (FFH). En total serían unos veinte individuos los que estarían en posesión de un pasaporte suizo en la región, aclara el Servicio de Inteligencia de la Confederación. Tres hombres jóvenes de nacionalidad suiza están encarcelados en Siria, añade Jean-Paul Rouiller, responsable del Terro- rism Joint Analysis Group en el “Geneva Center for Security Policy” (GCSP). El Departamento Federal de Asuntos Exte- riores (DFAE) no tiene conocimiento de ningún caso de ciu- dadano suizo acusado o detenido en Irak. Sin embargo, en- tre los detenidos occidentales condenados amuerte en Irak figura un joven que se ha criado en Turgovia y que es titu- lar de un permiso C. «En este caso, Suiza no tiene que ac- tuar», subraya este especialista. ¿A quién corresponde juzgar los crímenes? ¿Qué hacer si se llegaran a pronunciar condenas a muerte contra ciudadanos suizos? Las autoridades procuran que “las diligencias judiciales y la ejecución de las penas se lle- ven a cabo en los Estados donde los delitos fueron cometi- dos, respetando los estándares internacionales”, señala el DFAE. ¿Yde lo contrario? Correspondería a Suiza “procesar a sus ciudadanos tan pronto como regresaran al país o por medio de un Estado con el que pudiera cooperar a través de la asistencia judicial”, puntualiza el DFAE. Ciertamente, la pena capital se ha quedado en la teoría. Ningún proceso judicial se ha entablado todavía en el no- reste de Siria y la pena demuerte no se practica en esta parte del país. “La situación sería diferente si las fuerzas kurdas que administran los campamentos de prisioneros del EI de- cidieran dejar salir a estas personas hacia la Siria de Bashar al-Ásad, donde sí existe la pena demuerte y donde no se dan las garantías de un juicio equitativo”, advierte Mehmet Balci. Una docena de combatientes europeos ya fueron tras- ladados a Irak y condenados amuerte, recuerda el GCSP. En este caso, al menos desde un punto de vista jurídico, Suiza tendría la obligación de repatriar a sus ciudadanos, consi- dera Jean-Paul Rouiller. El destino de los combatientes del EI y de sus familias también está relacionado con cuestiones políticas. Por un lado, los kurdos desearían juzgar a los combatientes res- ponsables de atropellos en la región, subraya el Presidente de FFH. Por su parte, Jean-Paul Rouiller añade “que en Irak, los prisioneros occidentales son para el gobierno una pa- lanca de presión en el marco de negociaciones para obtener recursos en la lucha contra el terrorismo”. En relación con la pena de muerte, “Suiza debería hacer algo en este con- texto para mantener la coherencia con su estatus de líder internacional en la lucha contra la pena capital, dentro del Consejo de los Derechos Humanos de laONU”, afirma Alain Bovard, de Amnistía Internacional. Una política considerada “insostenible y peligrosa” “¿No sería este país capaz de repatriar a veinte personas y de juzgarlas llegado el caso? Sería extraño. De hecho, Suiza ya atiende en su territorio casos de personas radicalizadas”, insiste Mehmet Balci. La inacción de Suiza y de los países occidentales en relación con los menores constituye un tema aúnmás candente. “Suiza examinará caso por caso las posibilidades de repatriación de los menores si el interés superior del niño así lo exige”, asegura el DFAE. Este depar- tamento considera que la presencia de niños —se trataría demenos de diez niños suizos—en esta región en crisis “es Los detenidos de la yihad sitúan a Suiza ante un dilema Los ciudadanos suizos detenidos en Irak y Siria conformarían un grupo de unos veinte individuos, entre ellos mujeres y niños. Los derechos fundamentales de estas personas, combatientes o no del Estado Islámico, no están garantizados. La Confederación no contempla su repatriación.
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