Panorama Suizo 2/2020

Panorama Suizo / Abril de 2020 / Nº2 16 junto. El daño sería incomparablementemás grave. La sim- ple sospecha de que se puedan piratear las votaciones per- judicaría al sistema democrático. Por eso, los requisitos de seguridad que debe cumplir la votación electrónica sonmu- cho mayores que los de cualquier otro sistema electrónico. Por eso es que no tenemosmuchos amigos entre los provee- dores de sistemas de votación electrónica. Pero también se puede manipular el voto por correo y, de hecho, varios miles de votos enviados pierden su validez, por ejemplo, porque les falta la firma. De hecho, esto tampoco es comparable. El voto por correo puede ser objeto demanipulaciones aisladas, pero no a gran escala. En el caso de la votación electrónica, el temor es que alguien pueda acceder al servidor y modificar el resultado de la votación por completo. Las voces críticas exigen, y con razón, que seamos precavidos cuando se trata de nuestros procesos democráticos. Por eso, tenemos que explicar lo que hacemos para que la votación electrónica sea lomás se- gura posible. ¿Existen alternativas a la votación electrónica para que los suizos en el extranjero puedan ejercer su derecho a voto que por ley les corresponde? ¿Por ejemplo, el envío electrónico de la documentación electoral? El envío electrónico no me parece una buena idea. Es indu- dablementemenos seguro que una votación electrónica to- talmente fiable. Además, sólo beneficiaría a aquellos suizos que viven en países en los que los servicios postales son de- masiado lentos para que la documentación llegue y regrese a tiempo, pero son lo suficientemente rápidos para garan- tizar que lleguen a tiempo a Suiza. Por otra parte, la vota- ción electrónica no está pensada sólo para los suizos en el extranjero: también permitiría a 350 000 ciegos y perso- nas con discapacidad visual en Suiza ejercer su derecho a voto. El envío electrónico, en cambio, no les serviría de nada. Entonces, ¿por qué no votar en la embajada del país de residencia? Cuando vivía enMoscú, podía entregar directamente el so- bre con mi voto para que se fuera con la valija diplomática. En cambio, si hubiera vivido en Vladivostok o Irkutsk, esto nome hubiera parecido una idea tan buena, pues habría te- nido que viajar a Moscú en avión para cada votación. Otra propuesta que se plantea es poder designar a una persona en Suiza para que rellene la papeleta de votación según las instrucciones del elector que se encuentra en el extranjero. Pero, ¿quieren realmente los suizos en el extranjero desis- tir del secreto de voto? Naturalmente estamos abiertos a mejoras. Por ejemplo, hemos ampliado en una semana el plazo a partir del cual se envía la documentación electoral. Pero tam- bién podrían implementarse otras alternativas en caso de que se ponga fin a la votación electrónica en forma democrática. ¿No podría la “Quinta Suiza” tener su propio distrito electoral? Para eso tendría que cambiarse la Constitución. Actualmente, 760 000 suizos viven en el extranjero. Ellos podrían promover una iniciativa popular. Sin embargo, me temo que eso no cambie nada respecto a los problemas del servicio postal en algunos países de residencia. El fondo del problema no es realmente el canal de votación, sino más bien el sentimiento de injusticia que experimentan los suizos en el extranjero. El día de las votaciones se hace patente que no todos los suizos gozan de los mismos derechos que por ley les corresponden. Comprendo la frustración de quienes desean participar en la toma de decisiones y no pueden hacerlo. Pero el voto por correo se introdujo bajo reserva de que no podía garantizarse la entrega de la documen- tación electoral a su debido tiempo. Lo recuerdomuy bien, porque en aquel entonces dirigía el Servicio para suizos en el extranjero, del De- partamento Federal de Asuntos Exteriores. Cuando el correo brasi- leño entregaba la documentación electoral demasiado tarde, eso no confería ningún derecho para exigir que se repitiera la votación en Suiza. Por lo demás, la postura suiza a este respecto es bastante tole- rante. Los suizos en el extranjero mantienen sus derechos políticos incluso si viven en el extranjero desde hace varias generaciones. Esto también es algo que no debe olvidarse. Acerca de nuestro entrevistado: Walter Thurnherr es Canciller Federal desde 2016 y es, por lo tanto, la máxima autoridad en materia de elecciones y votaciones. Nació en Argovia y cursó estudios de Física. Antes de ocupar su cargo actual desempeñó distintas funciones en la administración federal y en el servicio diplomático, en particular en Moscú y Nueva York. Thurnherr durante la entrevista de “Panorama”: “Nunca existirá una seguridad absoluta”.

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