Panorama Suizo 3/2020
Panorama Suizo / Junio de 2020 / Nº3 Mediterraneización aplazada “¡Abajo los Alpes, que se vea el Mediterráneo!” Así rezaba el lema de un movimiento juvenil de los años ochenta, que denunciaba la estrechez demi- ras de la cultura burguesa en Suiza. Cabe reco- nocer que desde entonces se ha hecho realidad esta anhelada amplia- ción de horizontes. Por- que el Mediterráneo se acerca, al menos en el mapa climático. Al caer el sol, a los días de calor les suceden noches tro- picales, lo cual crea un auténtico ambiente su- reño y mediterráneo. Desde hace algunos vera- nos, la vida al norte de los Alpes también tiende a desarrollarse cada vez más al aire libre. Al ins- talar sillas y escenarios en las plazas, las ciuda- des contribuyeron a animar el espacio público. Calles enteras se convirtieron en bares al aire li- bre; los parques se transformaron en cines bajo las estrellas y las orillas de los ríos y lagos en zo- nas de barbacoas y áreas de esparcimiento. Mi- les de personas disfrutaban así de los encantos del verano, mientras que otras se incomodaban por el ruido y los olores. Este año, todo es diferente. Durante los últimos meses, la epidemia del coronavirus ha obligado a la gente a retirarse a sus viviendas. En vez de la mentalidad abierta propia del ambiente me- diterráneo, el lema ahora es “ social distancing ”. ¿Cómo cambiará esta experiencia radical del distanciamiento prescrito nuestra vida coti- diana en las ciudades? No cabe duda de que esto será algún día tema de investigación para los sociólogos. En el mejor de los casos, la crisis del coronavirus pasará pronto y el espíritu cívico continuará vivo. En ese caso, las ciudades no se- rán sólo más mediterráneas, sino también más humanas. Lo que no pasará será la crisis climá- tica y los desafíos que deberán enfrentar las ciu- dades ante las olas de calor. THEODORA PETER, REDACTORA DE PANORAMA SUIZO tensas zonas libres y espacios verdes en las calles. La ciudad de Ginebra apuesta por aumentar sus áreas verdes. Con este fin, las autoridades aprobaron el ve- rano pasado un plan estratégico que incluye el reverdecimiento como parte del planmaestro comunal. Ya en el marco del programa “Urbanature” los jardineros municipales plantaron casi 1 200 árboles y 1,7 millones de plantas en los espacios públicos. Ade- más, según el gobierno municipal, se necesita un cambio de paradigma en la movilidad, con una reducción del tráfico individual motorizado. Así se podría reverdecer los patios interio- res que actualmente se usan como aparcamientos. Los árboles no sólo re- frescan la ciudad, sino que también atrapan las finas partículas de polvo del aire. La ciudad de Berna persigue tam- bién una estrategia a diferentes nive- les. Por ejemplo, los pavimentos sólo se sellarán cuando sea necesario para el tráfico o el acceso de los discapaci- tados. Mientras que un pavimento de asfalto se seca inmediatamente tras la lluvia, el agua se filtra por los pavi- mentos de gravilla y puede evaporarse posteriormente. “Tenemos que recon- siderar todo el circuito del agua”, afirma Christoph Schärer, Director de “Stadtgrün Bern”. El agua no debe fluir lo más rápidamente posible a la cana- lización, sino quedarse donde está para contribuir al enfriamiento me- diante la evaporación, o a la irrigación de la vegetación. “Cada metro cua- drado no sellado es un metro cua- drado ganado”. En Berna, las numero- sas fuentes y corrientes de agua contribuyen al enfriamiento, como el arroyo que se ha dejado al descubierto en el casco antiguo de la ciudad. Crece la demanda de nuevas especies de árboles En su afán de volverse una ciudadmás verde, Berna apuesta cada vezmás por árboles “exóticos” adaptados al cam- bio climático. Muchos de los árboles nacionales, como el tilo de hoja ancha y el arce blanco, no soportan mucho calor ni sequedad. Por eso, en Berna se planta el roble cabelludo. Este árbol de hoja caduca es originario del sureste de Europa y soporta, además del calor, también inviernos fríos o las heladas tardías de la primavera, más frecuen- tes en los últimos años. Pero el respon- sable de Stadtgrün no hablaría de una “mediterraneización”, al menos no por lo que a los árboles se refiere. Las calles sin sombra entre hileras de edificios y las superficies selladas aumentan mucho el calor en las ciudades. En la foto, la Europaallee en Zúrich. Foto Keystone 9
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