Panorama Suizo 5/2020

Panorama Suizo / Septiembre de 2020 / Nº5 12 Reportaje via. En el verano de 2019 tuvimos du- rante quince días una temperatura de 30 grados.” En 2006, La Brévine regis- tró otro récord: 36 grados. El frío del clima y el calor de los corazones Sin embargo, las noches de verano si- guen siendo frescas y a partir de me- diados de agosto pueden volver las he- ladas. En cualquier caso, los turistas llegan a La Brévine con el termómetro enmente. “Los visitantesme dicen que no hace tanto frío como pensaban”, re- lata el dueño del almacén de artículos deportivos. De todos modos, aunque el frío haya disminuido unos grados en invierno, en las partes elevadas del va- lle, que mide unos veinte kilómetros de largo, el frío hace que el trabajo de los campesinos sea mucho más rudo allí que en otras partes de Suiza. Tal es el caso de Kevin y Grégory Huguenin, quienes empiezan su jornada al lado de sus cien bovinos en Le Cernil, a unos 1 200 metros de altitud. A las cinco de lamadrugada, tienen que gol- pear a veces las puertas con una pala para descongelarlas y usar un soplete para calentar los extremos de los tu- bos de los abrevaderos. “Es una lucha continua contra el frío”, resume Gré- gory, quien se acuerda del primer in- vierno en que empezó a trabajar en Le Cernil, con el termómetro que mar- caba los 15 grados bajo cero y casi 30 bajo cero en su granja de Le Brouillet. A pesar de ello, o tal vez gracias a ello, los dos jóvenes hermanos, que forman la séptima generaciónde los Huguenin en el valle, aman su tierra. El calor de los corazones es la respuesta a la du- reza de los elementos. “Aquí puedes llamar a cualquier puerta y te invitan a comer”, dice Kevin. “El valle tiene pocos habitantes, alrededor de 1 500, pero la gente es muy dada a compar- tir”, resume su hermano. Las noches frescas de verano En verano, el valle y sus tres pueblos, donde sólo La Brévine acumula ré- cords de frío, se transforman en un re- manso de sol y de frescura nocturna. A dos kilómetros del pueblo, el Lac de Taillières, que se congela en invierno, ofrece sus aguas pardas a quienes gus- tan de la tablavela o del kitesurfing . El altiplano se parece a una estepa; es un lugar ideal para los amantes de la ca- minata; allí existe un sendero bor- deado de mojones, que fueron coloca- dos en 1819 para señalar los linderos con Francia. Un paseo histórico ofrece Los secretos del frío El clima gélido de La Brévine obedece a varios factores. Uno de ellos es que el pueblo se encuentra en una depresión cerrada, donde el frío se estanca. Este fenómeno meteorológico, llamado “lago de aire frío”, necesita una alta presión atmosférica, un cielo despejado y que no haya ni viento ni nieve. Cuando esto ocurre, los puertos y las cimas de los alrededores pueden pre- sentar diferencias de temperatura de hasta casi 30 grados con respecto al fondo del valle, como se desprende de un estudio realizado a fines de 2014 por el Instituto de Geografía de la Universidad de Neuchâtel. (SH) 18 carteles que permiten hacerse una idea de esta tierra de nieve y de frío. En la parada número 13, adonde nos llevó Geneviève Kohler, Presidenta de la So- ciedad de embellecimiento local, des- cubrimos un hermoso edificio habi- tado por los padres de los hermanos Huguenin. En la casa se esconde una fuente de agua ferruginosa, antaño aprovechada por sus propiedades cu- rativas. Otra historia relacionada con el agua es la del arroyo del pueblo, lla- mado Bied: éste desaparece en una es- pecie de embudo natural y resurge en Val-de-Travers. Este embudo se sitúa en medio del pueblo de La Brévine; se parece a un cañón. En 2018 se atascó, provocando una inundación. “La gente tenía 30 centímetros de agua en sus casas”, recuerda el alcalde. Por su parte, el dueño del “Hôtel-de-Ville” considera que éste es uno de los facto- res que explican el clima siberiano de La Brévine: “En otros valles de la re- gión de Neuchâtel, las aguas siguen su curso en la superficie y se llevan el frío”, opina Jean-Daniel Oppliger. “Pero aquí, el Bied desaparece y el frío se queda.” ¿Será cierta esta explica- ción? Es un misterio, pero en La Bré- vine la crudeza del clima necesita por fuerza toda una serie de explicaciones. Una imagen de postal de La Brévine. Cuan- do hay suficiente nie- ve, el pueblo atrae a quienes gustan de caminar con raque- tas y, sobre todo, de practicar el esquí de fondo. Foto Keystone Reproducido con autorización de swisstopo (BA200147)

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