Panorama Suizo 5/2020

Panorama Suizo / Septiembre de 2020 / Nº5 13 Política THEODORA PETER EnZambia, los vecinos de unamina de cobre padecen enfermedades de las vías respiratorias por la presencia de nubes de gases sulfurosos. En Austra- lia, uno de cada cuatro niños de la ciu- dad minera de Mount Isa presenta ni- veles excesivos de plomo en la sangre. En ambos casos se trata de empresas cuyo propietario mayoritario es el grupo suizo Glencore. En la mina de cobre de Zambia se superaron con cre- ces los valores de referencia de la Or- ganizaciónMundial de la Salud (OMS). Entretanto, el antiguo horno de fun- dición está fuera de servicio. Glencore afirma que todas sus empresas han he- cho mucho para reducir la carga de sustancias nocivas. En Australia, el grupo financió anuncios de televisión paramostrar a la población local cómo eliminar el polvo contaminado de sus viviendas. Pero, según afirman los crí- ticos, esto sólo combate los síntomas. Otros consorcios suizos de materias primas también han sido objeto de re- iteradas críticas por sus prácticas co- merciales. Por ejemplo, no se puede descartar que el oro bruto refinado en Suiza provenga deminas dudosas, con condiciones de trabajo que atentan contra los derechos humanos (véase Panorama 3/2019). Mediante la iniciativa “Por empre- sas responsables – para proteger al ser humano y al medio ambiente” (cono- cida, de forma más sucinta, como la iniciativa “Multinacionales responsa- bles”), una alianza de 120 organizacio- nes de beneficencia, instituciones re- ligiosas, sindicatos y organizaciones medioambientales y de derechos hu- manos, pretende exigirmayor respon- sabilidad a los grupos multinaciona- les con sede en Suiza. Esto afectaría a casi 1 500 empresas. Las multinacionales ante sus responsabilidades ¿Deben las grandes compañías suizas responder por los daños a las personas y al medioambiente que hayan causado en otros países? Es lo que exige la iniciativa “Multinacionales responsables”, presentada en 2016. Después de años de tira y afloja en el Parlamento, el pueblo se pronunciará al respecto el 29 de noviembre. Los grandes grupos no sólo deberían someterse a un proceso de diligencia debida, sino responder además por los daños que ellos, o las empresas que controlan, hayan causado por vulne- rar los derechos humanos o las norma- tivas medioambientales. Concreta- mente, los perjudicados podrían reclamar daños y perjuicios ante un tribunal civil suizo. Y para no tener que responder por los cargos que se le imputen, la empresa debería demos- trar que ha hecho todo lo posible para cumplir con su obligación de diligen- cia debida. Enconados debates en el Parlamento La iniciativa estremeció al mundo de la economía, que advierte en ella una amenaza a sus operaciones globales y a la libertad empresarial. Entre la po- blación, en cambio, despertó mucha simpatía, según revelan las encuestas. A continuación se desataron en el Par- lamento Federal enconados debates en busca de una propuesta de compro- miso. El Consejo Nacional quería apo- yar a los promotores de la iniciativa y establecer nuevas reglas de responsa- bilidad en la legislación sobre las so- ciedades anónimas, con lo que se ha- bría cumplido la exigencia básica de la iniciativa. Sin embargo, el Consejo de los Es- tados se opuso y una mayoría consi- deró que semejante regulación era in- necesaria y perjudicial para la economía. Finalmente, ambas cáma- ras del Parlamento acordaron una contrapropuesta indirecta, menos drástica, que se limita a un simple de- ber de información: las empresas sólo Escenas cotidianas en la ciudad zambia- na de Kankoyo, don- de hay quien vive jus- to al lado de la mina de cobre de Mopani. Foto de archivo 2015 Keystone

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