Panorama Suizo 6/2020
Panorama Suizo / Noviembre de 2020 / Nº6 10 Sociedad SUSANNE WENGER Cuando a principios de octubre se dis- paró de pronto el número de conta- gios por coronavirus en Suiza, el vete- rano epidemiólogo basiliense Marcel Tanner habló claro: Suiza había sido menos restrictiva que sus vecinos en el combate a la pandemia; “por eso, declaró el científico, todos los ciuda- danos debemos comprender que ahora somos corresponsables de la evolución de la situación”. La estrate- gia suiza no funciona sin disciplina en materia de distanciamiento e higiene, contrariamente a lo que se creyó du- rante un tiempo. Cuando lasmedidas se relajaron cautelosamente tras el confinamiento y no se constató un au- mento de los contagios, el Consejo Fe- deral anuló rápidamente otras restric- ciones: fue palpable el alivio colectivo. “Podemos con el corona”, alardeaba enmayo el Ministro del Interior suizo Alain Berset. La Presidenta Federal Si- monetta Sommaruga habló de la “nueva normalidad”. Esto significaba que si bien el virus seguía presente, con la adopcióndemedidas complementa- rias era posible restablecer las liberta- des habituales y revitalizar los secto- res golpeados. Volvieron a abrir los restaurantes, clubes, tiendas, colegios y oficinas. De nueva cuenta estaba per- mitido viajar o manifestarse, aunque con un plan de protección, y en parte conun registro obligatorio. Así pintaba la “nueva normalidad”. También el Parlamento volvió a reunirse y, a me- diados de junio, la Confederación de- volvió el poder a los cantones, po- niendo fin a la situación excepcional que le confirió competencias especia- les, en virtud de la Ley de epidemias. Verano relajado En vez de imponermedidas a nivel na- cional, se consideró más conveniente reaccionar ante cualquier foco de con- tagio local. Suiza siguió una estrategia de contención y tests. Con el afán de romper rápidamente las cadenas in- fecciosas, los cantones apostaron por el seguimiento de los contactos. Todo individuo que hubiese estado cerca de una persona contagiada, era avisado y, de ser necesario, puesto en cuarentena. Fueronmiles los afectados: desde tras- nochadores y miembros de asociacio- nes deportivas hasta asistentes a cere- monias religiosas, e incluso un Consejero Federal. Cuando, a partir de junio, volvieron a dispararse los con- tagios, la Confederación volvió a inter- venir, por tiempo limitado: ordenó el uso obligatorio de mascarillas en el transporte público de todo el país y prescribió la cuarentena para quienes regresaban de zonas de riesgo. Muchos suizos pasaron las vacacio- nes de verano en su país. El ambiente eramás relajadoque enprimavera, aun cuando se tuvo que prescindir de los grandes festivales al aire libre y de los festejos nacionales del 1 o . de agosto. Las manifestaciones contra las restriccio- nes que aún seguían vigentes por el co- ronavirus no atrajeron a las masas. Cuando la tasa de contagios volvió a aumentar entre julio y septiembre, esto no fue motivo de gran preocupa- ción: las cifras eran inferiores a las de marzo y abril, había menos hospitali- zaciones ymuchasmenosmuertes. Sin embargo, varios científicos dieron la voz de alerta, entre ellos la viróloga gi- nebrina Isabella Eckerle: Suiza debía actuar para evitar peores consecuen- cias. Y aunque ciertos cantones endu- recieron sus medidas, la Confedera- ción continuó relajándolas, por ejemplo autorizando la celebraciónde eventos masivos. Preocupación en otoño A partir de octubre volvieron a cele- brarse partidos de fútbol y de hockey sobre hielo ante más de un millar de espectadores y se pudo asistir otra vez a conciertos, aunque bajo estrictasme- didas de protección y previa autoriza- ción cantonal. A finales de febrero, Suiza había sido el primer país euro- peo en prohibir los eventos masivos; ahora se apresuraba a relajar las medi- das. “Debemos aprender a vivir con el virus”, declaró Alain Berset. Las aso- ciaciones deportivas y las institucio- nes culturales se alegraron de este paso, aunque la mayoría de cantones habría preferido esperar hasta fin de año: delicados malabarismos. En los primeros días de octubre se dispararon los contagios. Mientras que a principios de junio daban posi- tivomenos de veinte personas al día, a finales de octubre eran más de 7 000, un nuevo récord desde el inicio de la pandemia. La tasa de casos positivos en los tests superó el valor umbral por encima del cual la OMS considera que un país ya no tiene controlada una Con el invierno que se aproxima se disparan los contagios Después del confinamiento de primavera, Suiza relajó significativamente las medidas para contener la propa- gación de la pandemia. A pesar de que se tomaron otras medidas complementarias de prevención, el número de contagios volvió a dispararse en otoño. Ahora ha llegado al país la segunda ola.
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