Panorama Suizo 6/2020
Panorama Suizo / Noviembre de 2020 / Nº6 14 Sociedad gal, el retorno del castor y del lince ocurrió bajo la supervisión de espe- cialistas y con el respaldo de los me- dios políticos. En la actualidad existe una base legal para el reasentamiento y la propagación de especies previa- mente exterminadas. Apesar de la normativa existente, prácticamente todo reasentamiento plantea debates de principios. La pre- gunta es siempre: ¿cuántos de estos animales puede soportar el país sin que surjan problemas graves, como los que se presentan cuando asolan las cosechas o devoran animales de granja? La ley define cuándo y qué animales pueden ser sacrificados. No obstante, el tema suele encender las pasiones: algunos se encolerizan cuando estos animales causan des- trozos, y otros cuando se abaten por estemotivo. El ejemplomás reciente de estas recurrentes y acaloradas dis- cusiones es la reforma de la ley de caza, rechazada por voto popular el 27 de septiembre de 2020. Antes de la votación, el punto más debatido era si el lobo merecía ser protegido. En el proyecto de reasentamiento del Stockhorn se ha optado desde un principio por debatir los detalles de tan sensible tema con los propietarios de pastos alpinos y campesinos: “Nos dicen que temen que los íbices com- pitan con sus rebaños por el pasto y quizá les transmitan enfermedades”, comenta Alfred Schwarz. Habrá que enfrentar grandes desafíos Actualmente, la solicitud para el pro- yecto del Stockhorn está siendo estu- diada por el Inspector Federal de Caza Reinhard Schnidrig, máximo responsable de la fauna salvaje en Suiza. Para él, la reintroducción del íbice en Suiza ha sido básicamente “un éxito”. Pero los próximos cien años no dejarán de plantear grandes desafíos. “Antiguamente, el pro- blema era la caza no regulada, mien- tras que hoy lo es la explotación in- tensiva de las montañas”, comenta Schnidrig. El auge de las actividades al aire libre supone un acoso cons- tante a los íbices y otros animales sal- vajes por parte de los deportistas de montaña. Si bien el interés por la na- turaleza debe aplaudirse, no debe producirse a costa de los animales salvajes: “Por eso, para cada reasen- tamiento se necesita tambiéndiseñar un enfoque de gestión de usos”. Tam- Un imponente macho en las montañas del Valais: imágenes como éstas son muy del gusto de los ope- radores turísticos, quienes desean aho- ra reasentar íbices en el Stockhorn. Foto: Willi Zengaffinen bién el cambio climático afecta a los animales: el íbice no tolera las altas temperaturas y por ello escala a altu- ras cada vez mayores. Actualmente en el parque nacional las hembras vi- ven con sus cabritos, en promedio, 120 metros más arriba que hace 25 años. Se están acercando cada vez más a los territorios de verano de los machos. “Esto podría causar a largo plazo una mayor competencia por el alimento dentro de la especie”, ad- vierte Lozza. Pero los íbices no sólo se ven afec- tados por factores externos, sino también por su falta de diversidad ge- nética. Las poblaciones actuales son descendientes de aquellos pocos ani- males introducidos desde Italia: se trata de un patrimonio genéticomuy limitado en la actualidad. A esta limi- tación genética se debe probable- mente que algunas poblaciones se re- produzcan con menor intensidad. A esto se suman los problemas que ge- nera la endogamia, como la propen- sión a ciertas enfermedades. Por eso, opina Reinhard Schnidrig, sería con- veniente que las nuevas poblaciones se formaran tanto a partir de anima- les nacionales, como extranjeros. Aún está por verse si el Stockhorn albergará algún día íbices extranje- ros. Demomento los responsables del proyecto esperan que éste reciba luz verde por parte de las autoridades. Su objetivo es introducir los primeros animales ya en la primavera de 2021. MIREILLE GUGGENBÜHLER ES PERIODISTA INDEPENDIENTE Y VIVE EN THUN.
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