Panorama Suizo 1/2021
Panorama Suizo / Febrero de 2021 / Nº1 18 Política EVEL INE RUTZ Unas veces son seis cifras, otras ocho; a veces letras, otras números. Quienes navegan por Internet guardan una buena retahílade contraseñas, a lasque se sumanotrosdatos, losde iniciode se- sión: nombre, dirección de correo elec- trónicoonúmerode cliente. Parapedir alimentos en línea, comprar entradas para el teatro o pagar facturas hay que dar el santo y seña, sin contar con que los procedimientos de identificación y autenticación no son homogéneos. Con el afán de evitar una mayor “proliferación” y fijar normas claras, en 2019 el Parlamento promulgó una nueva ley: la Ley federal sobre servi- cios de identificación electrónica (LSIE), que se someterá a votación el 7 demarzo de 2021, sienta las bases para una identidad electrónica (e-ID). “El objetivo es garantizar un inicio de se- sión calificado”, subrayó la Consejera Federal Karin Keller-Sutter en el Par- lamento. Los usuarios de servicios en línea podrán hacerlo en toda con- fianza: su identidad estará protegida por un marco legal. No se trata, em- pero, de un pasaporte digital, aclaró la Consejera. Una pieza clave para la votación electrónica La e-ID está destinada a facilitar y ha- cermás seguros el uso de las aplicacio- nes electrónicas gubernamentales y la realización de operaciones comercia- les en línea, evitando confusiones y ataques de piratas informáticos. Están previstos tres niveles de seguridad. El más elevado, el reconocimiento facial, se usaría para datos especialmente sensibles, como el intercambio de in- formación sobre la salud, el cálculo electrónico de impuestos o las votacio- nes por Internet. Estas últimas po- drían llevarse a cabo en forma total- mente digital gracias a la e-ID: todos los documentos y datos de acceso es- tarían disponibles en línea. Las auto- ridades no tendrían que enviar el PIN por correo, como era el caso en el sis- tema de votación electrónica recién suspendido. Tanto los proveedores como la población podrían decidir li- bremente si desean o no hacer uso de la identidad avalada por el Estado. Hacer realidad este proyecto re- quiere de la colaboración entre el sec- tor público y el privado. La idea es que la Confederación verifique y registre la existencia de la persona y sus datos de identidad. Luego serían las empre- sas privadas y las administraciones cantonales y municipales las que emi- tirían la e-ID. Estos proveedores de identidad (IdP, por sus siglas en inglés) se encargarían de las tarjetas, las me- morias USB o las aplicaciones e-ID. Un grupo de expertos independientes, la Comisión Federal para la e-ID (Eid- com), autorizaría y supervisaría a los proveedores de identidad (IdP). ¿Será el mercado capaz de brindar las mejores soluciones? Con esta distribución de tareas, el Consejo Federal y una mayoría del La controvertida alternativa a la proliferación de contraseñas En Suiza, el uso de los servicios en línea debe ganar en sencillez y seguridad. Para ello, el Consejo Federal y el Parlamento tienen previsto crear una identidad electrónica (e-ID). Sin embargo, se trata de un plan contro- vertido. El 7 de marzo, los electores se pronunciarán en torno a la introducción de la e-ID. Un PIN de autenticación que se recibe por correo y se introduce manual- mente en el sistema in- formático: hasta ahora, ninguno de los medios de votación electrónica ensayados en Suiza ha sido totalmente digital. Sin embargo, esto podría lograrse gracias a una identidad electrónica controlada por el Estado. Foto Keystone
RkJQdWJsaXNoZXIy MjYwNzMx