Panorama Suizo 1/2021

Panorama Suizo / Febrero de 2021 / Nº1 23 Dibujo del caricatu- rista Felix Schaad, ante el alza alarman- te de las cifras de de- funciones. sar de su excelente sistema sanitario. Al ser interrogado al respecto en un programa de radio a mediados de noviem- bre, el Ministro de Finanzas Ueli Maurer respondió que la mayoría de las víctimas teníanmás de 80 años. El gobierno, declaró Ueli Maurer, había “ponderado los pros y contras”. Como protesta ante la indiferencia que prevalecía en la po- lítica y la opinión pública, varios activistas encendieron ve- las en la Plaza de la Confederación de Berna. Hasta Navidad habían fallecido más de seis mil personas por coronavirus. La ciencia da la voz de alerta, pero en vano Cuanto más grave se volvía la situación, más enardecidos se volvían los debates. No solo los epidemiólogos recomen- tra la pandemia. En retrospectiva, consideró erróneo que Berna y los cantones no hubieran impuesto desde octubre medidas más firmes ante el incremento de casos. Los límites de la responsabilidad individual enuna pande- mia altamente contagiosa, la lentitud del sistema de gobierno suizo, un federalismo descoordinado, las deficiencias en la oportuna elaboración de una estrategia contra la segunda ola, la prevalencia de los intereses de grupos reducidos sobre la ra- zón científica, el temor a las consecuencias económicas de un cierre de producción, son algunos de los factores que genera- ron la debacle del coronavirus en Suiza. En el extranjero se ob- servóconperplejidadlagestiónde lapandemiaenelpaís. “Suiza, el paísmenos endeudadodelmundo, prioriza el ahorroante la vidahumana”, titula la célebrepublicaciónestadounidense Fo- daban medidas más drásticas, sino también los economis- tas: de nada servía a la economía tener a una población en- ferma. Los partidos políticos, que habían respaldado al Consejo Federal en primavera, abandonaron su reserva: en la sesión de invierno en el Palacio Federal, el PSS y los Ver- des reclamaron medidas más decididas y un mayor apoyo a la industria para ayudarla a superar las consecuencias eco- nómicas de la pandemia. En cambio, el PLR y la UDC se opu- sieron tan enérgicamente a toda intervención restrictiva y generalizada, que terminaron imponiendo sus exigencias: en Suiza las estaciones de esquí abrieron sus pistas, mien- tras que Europa luchaba por una reglamentación conjunta. Losmedios cuestionabancada vezmás la estrategia suiza. La revista digital Republik preguntaba: “Medidasminimalis- tas contra la covid-19: las estaciones de esquí reciben su re- galo de Navidad. ¿Qué valores sigue considerando Suiza in- negociables?”. “Esperarmata”, dictaminó inclusoel periódico Neue Zürcher Zeitung , que en general había respaldado la es- trategia liberal y regionalmente diversificada de lucha con- reign Policy . La revista alemana Der Spiegel opina que Suiza se considera invulnerable, una creencia con raíces históricas. Aumenta la presión sobre el Consejo Federal. En víspe- ras de las festividades, los grandes hospitales dan la voz de alerta: su personal está agotado. Después de eso, el gobierno federal toma las riendas y endurece las reglas en todo el país. Se cierran los restaurantes, centros deportivos, museos e instalaciones de ocio. La Presidenta Federal Simonetta Som- maruga apela a la población: “Necesitamos a todo el país”. Sin embargo, las medidas eran en parte contradictorias y menos drásticas que en otros países europeos. Las tiendas permanecieron abiertas, al igual que las pistas de esquí en los cantones turísticos. Mientras tanto, el Foro Económico Mundial, que tradicionalmente se celebra en Davos, echa un jarro de agua fría al anunciar que trasladará su edición 2021 a Singapur. La situación epidemiológica de Suiza se ha- bía vuelto demasiado delicada para la élite económica. Información actualizada: www.sciencetaskforce.ch

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