Panorama Suizo 1/2021

Panorama Suizo / Febrero de 2021 / Nº1 6 ­ prosperó: aunque argumentó que el derecho al voto, ins- crito en la Constitución, abarcaba también a las mujeres, los jueces consideraron que este razonamiento era “algo tan nuevo como temerario”. Muy alto el precio a pagar Desde inicios del siglo XX, cada vez más mujeres –y hom- bres– empiezan a abogar por el sufragio femenino. Mien- tras el gobierno federal aborda el asunto con lentitud, al- gunos cantones toman cartas en el asunto. Los cambios sociales de finales de los años 1960 logran vencer final- mente las reticencias de la Confederación. El último can- tón en introducir el voto femenino fue Appenzell Rodas Interiores, en 1990, por orden del Tribunal Federal. “Siempre se necesitó mucha voluntad para todo”, co- menta Hanna Sahlfeld. Fue reelegida en 1975 con amplia mayoría de votos, pero posteriormente dimitió. Debido a su actividad política, su esposo no pudo encontrar trabajo en la Suiza Oriental. La familia abandonó Suiza y empezó una nueva vida cerca de Colonia. Hanna Sahlfeld es una de esas pioneras que allanaron para las mujeres de las si- guientes generaciones el camino hacia el Palacio Federal. En su honor se colocaron placas en sus antiguos pupitres. “La lucha valió la pena”, concluye Sahlfeld, aunque ella y su esposo tuvieron que pagar un alto precio por ello en su vida personal. Hoy en día, la igualdad de género se da por sentada. “Sin embargo, agrega, si las mujeres no defienden estos logros, podrían volverlos a perder muy rápidamente”. Para mayor información sobre los cincuenta años del sufragio femenino en Suiza, consúltese www.ch2021.ch EVA HIRSCHI En 2019, fueron 84 las mujeres elegidas al Consejo Nacio- nal: 20 más que en 2015. Desde la introducción del sufra- gio femenino, en 1971, nunca se había visto un incremento tan espectacular. Y nunca antes había sido tan elevado el porcentaje de mujeres en el Consejo Nacional: 42%. Por su parte, el Consejo de los Estados registró al menos un cam- bio de tendencia: después de doce años con cada vez me- nos mujeres, el porcentaje femenino alcanzó un nuevo ré- cord: 26%. “Es una señal positiva y que, además, urgía; refleja el espíritu de la época, así como la huelga de las mu- jeres”, afirma Kathrin Bertschy, Consejera Nacional por parte de los Verdes Liberales. Esta bernesa es Copresi- denta de alliance F , una asociación suprapartidista de or- ganizaciones de mujeres que pugna, entre otras cosas, por una representación de géneros más equilibrada en el in- terior del Parlamento. Asimismo, alliance F es correspon- sable de la campaña “ Helvetia ruft ” [“Helvetia te llama”], cuyo objetivo es impulsar sistemáticamente a potencia- les candidatas. “Hemos urgido a los partidos y a los responsables de las listas a incluir amujeres en las listas, colocándolas en buena posición; asimismo, hemos organizado talleres y progra- mas de orientación para candidatas”, explica Flavia Kleiner, una de las iniciadoras de “ Helvetia ruft ”. “Nuestro objetivo no es lograr la imparcialidad, sino una representación co- rrecta de la población suiza. Al fin y al cabo, las mujeres constituyen la mitad de la población”, asevera Kleiner. El objetivo: superar un retraso de 170 años Pero, ¿por qué tuvieron que pasar 50 años para que aumen- tara significativamente la presencia femenina en el Parla- mento? “Es como en una carrera de relevos”, explica Klei- ner: “los hombres cuentan conuna ventaja de unos 170 años; por eso no es sorprendente que lleve tiempo alcanzarlos”. Las estructuras fueron hechas por hombres para hombres, agrega Bertschy: “Cuando se introdujo el sufragio femenino, Las mujeres ante su derecho de voto y de elegibilidad Desde hace cincuenta años, las mujeres suizas tienen derecho al sufragio, tanto activo como pasivo. Su presencia en los órga- nos políticos va en aumento. No obstante, para lograr una re- presentación de género equitativa queda camino por recorrer. Un motivo de gran impacto: el sacudidor de alfombras. Cartel de campaña contra la propuesta de sufragio femenino, impulsada por el cantón de Zúrich, en 1947. Foto Keystone “Un pueblo libre necesita mujeres libres”, rezaba uno de los argumentos de los partidarios del proyecto (1946). Archivo de Carteles del Museo de Diseño de Zúrich

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