Panorama Suizo 2/2021
Panorama Suizo / Abril de 2021 / Nº2 22 Sociedad Matar se considera un “daño material” De acuerdo con el Profesor deDerecho bernés Peter V. Kunz, el derecho suizo considera los animales como simples ob- jetos: “Desde un punto de vista jurídico, matar un animal no es un crimen, sino un daño material”. Incluir los dere- chos fundamentales de los primates en la Constitución su- pondría un cambio de paradigma, pues por primera vez se reconocerían seres no humanos como sujetos jurídicos. No pocos se oponen a esta iniciativa, debido, precisa- mente, a que pretende romper un tabú: otorgar derechos fundamentales a los primates volvería cuestionables los ex- perimentos con animales en la investigación farmacéutica o la detención de grandes simios en el zoológico de Basilea. La iniciativa surgió a propuesta de Sentience Politics , una “organización política que pugna por los derechos de los ani- males no humanos”, como lo expresa su Director, Silvano Lieger. Esta organización animalista aboga por alternativas vegetarianas en los comedores públicos de las ciudades sui- zas y promovió la iniciativa popular nacional contra la ga- nadería intensiva. Al exigir que se otorguen derechos fun- damentales a los primates, esta ONG retoma una causa que se remonta, entre otros, al filósofo australiano Peter Singer y a su best-seller publicado en 1975, “Liberación animal”. Solo consecuencias indirectas para el zoológico y la industria farmacéutica En un principio, el Parlamento basiliense declaró la inicia- tiva improcedente, pues temía que su inclusión en la Cons- titución cantonal contraviniera el derecho federal. Sin em- bargo, en otoño de 2020 el Tribunal Supremo Federal corrigió la política local y autorizó a los electores basilien- ses a decidir sobre tan sensible asunto, aunque con una li- mitación importante: solo el cantón de Basilea-Ciudad y sus dependencias estarían sujetos al artículo constitucional en caso de aprobarse la iniciativa. Para las entidades privadas, como la industria farmacéutica o el zoológico, un voto fa- vorable tendría a lo sumo consecuencias indirectas. ¿Significa eso que los derechos fundamentales para los primates solo están dando pie a un debate puramente in- telectual, sin ningún alcance concreto? “Esta iniciativa no es meramente simbólica”, asevera la reconocida especia- lista en derecho animal y climático Charlotte Blattner, Pro- fesora Asistente del Departamento de Derecho Público de la Universidad de Berna. Desde hace varios años, Blattner estudia los aspectos éticos y legales de la iniciativa sobre los derechos de los primates. “La cuestión de fondo es sa- ber si nosotros, como sociedad, seremos capaces de encon- trar una manera de respetar y proteger realmente los in- tereses básicos de los animales, es decir, su derecho a la vida y a la integridad física y mental”, comenta Blattner. ¿Protección animal o explotación animal? Suiza, primer país del mundo que elevó la dignidad animal a rango constitucional, en 1992, dispone actualmente de una ley de protección animal muy estricta en comparación con otros países. Apesar de ello, las estadísticas revelan que solo se castigan unas 2000 infracciones anuales, con mul- tas que no suelen exceder de unos cientos de francos. En opinión de Blattner, la preocupación por el bienestar ani- mal es tan solo superficial, pues a fin de cuentas prevalecen los intereses humanos sobre los intereses de los animales: por ejemplo, cuando las leyes y reglamentos definen hasta en sus menores detalles los métodos de matanza permiti- dos. “En pocas palabras, afirma Blattner, las leyes de pro- tección animal bien podrían llamarse leyes de explotación animal”. De ahí que Blattner considere la iniciativa sobre los pri- mates un primer paso hacia un debate social de mayor am- plitud sobre relaciones más justas entre humanos y anima- les, pero no solo aquellos quemás se parecen a los humanos. “Los cerdos de cría, por ejemplo, no tienen ningún interés en sentir dolor ni morir”, añade. Es importante compren- der que el hecho de otorgar derechos fundamentales a los animales no significa que los humanos perdamos los nues- tros. Más bien ocurre lo contrario: “Allí donde se trata mal a los animales, suele suceder que las personas también su- fren”. En los criaderos industriales, las condiciones labora- les son generalmente difíciles. En cambio, ciertas investi- gaciones recientes han demostrado que en las regiones en las que se promueven los derechos animales, las personas también gozan de una mejor protección y los sectores más desfavorecidos de la población tienenmejores oportunida- des. A largo plazo, la concesión de derechos fundamenta- les a los animales plantea todo un desafío. Porque si mira- mos hacia el futuro, surge la pregunta existencial de si po- dremos seguir explotándolos y si el veganismo no pasaría a ser la única alternativa viable. Este tema es objeto de po- lémicas discusiones en los medios científicos, señala Char- lotte Blattner, pero cuenta con respaldo mayoritario. Si- guiendo al filósofo Markus Wild, podríamos extrapolar esta idea al cambio climático: ante la dramática disminu- ción de la biodiversidad, el ser humano se verá obligado a reconsiderar su relación con los animales, si es que quiere sobrevivir. Si la enfocamos desde este punto de vista, la iniciativa sobre los primates podría brindar a los prima- tes humanos un impulso esencial para su supervivencia. sentience-politics.org JÜRG STEINER ES PERIODISTA Y REDACTOR DEL PERIÓDICO “BERNER ZEI TUNG”
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