Panorama Suizo 3/2021

Panorama Suizo / Junio de 2021 / Nº3 17 Ciencia SUSANNE WENGER “¡Y, sin embargo, semueve!” Estas son las palabras que, en el sigloXVII, habría pronunciadoGalileoGalilei en respuesta a la Inquisición, cuando lo obligaron a abjurar su teoría, con- traria a la cosmovisión papal, de que la Tierra giraba alre- dedor del Sol. Retomando su ejemplo, se podría decir: “¡Y, sin embargo, se expresan!” Los aludidos son en este caso los investigadores del grupo de trabajo que asesora al gobierno federal suizo en esos tiempos de pandemia. ¿Es la compa- ración conGalileo excesiva? Quizás sí. Sin embargo, ciertos comentaristas del país la usaron hace poco, preguntando si el Parlamento quería que regresáramos a esa sombría época. ¿Qué pretendían los parlamentarios? Ni más ni menos que prohibir al grupo de trabajo que hiciera declaraciones públicas, a fin de evitar que comentara las medidas adop- tadas por el Consejo Federal ante la pandemia. Esta exigen- cia fue formulada por la influyente Comisión Económica del Consejo Nacional, antes de la deliberación en torno a la Ley sobre la Covid-19, en primavera. Tras recibir duras crí- ticas, la Comisión redujo sus exigencias y el Consejo Nacio- nal terminó rechazando el proyecto, con 116 votos en con- tra y 78 a favor. No obstante, el asunto pasó a la historia como el decreto “mordaza”. Surge la desconfianza en la capital federal El grupo de trabajo está integrado por casi 70 expertos de distintas universidades e institutos de investigación suizos. Están representadas varias especialidades, desde la epide- miología y la economía hasta la ética. Este foro honorífico publica regularmente sus “ policy briefs ”, en los que hace ba- lance de la situación basándose en datos ymodelos. Sus pu- blicaciones reflejan una sólida evaluación científica. Algu- nos miembros del grupo de trabajo no solo intervinieron en las ruedas de prensa de la Oficina Federal de Salud Pú- blica, sino también en entrevistas y en las redes sociales. Se- gún el mandato celebrado con la Confederación, están au- torizados a hacerlo en su calidad de investigadores: un juego de equilibrio, en el que no todosmostraron igual habilidad. Al encontrarse en el centro de la atención, algunos die- ron rienda suelta a su frustración por ver que el sector po- lítico no siempre acata sus recomendaciones. Esto despertó críticas, antes siquiera del proyecto “mordaza”. Se acusó al grupo de trabajo de fomentar el alarmismo, ejercer presión sobre las autoridades y carecer de consenso entre sus pro- pios miembros. La desconfianza se desató cuando el orga- nismo advirtió de la tercera ola, justo cuando los partidos conservadores intentaban convencer al Consejo Federal de que relajara las medidas por la pandemia. En los debates posteriores, la UDC, el PLR y el Centro centraron sus ata- ques en la falta de coherencia interna del grupo de trabajo. “Las declaraciones contradictorias de este equipo han con- tribuidomás a inquietar a la población que a ayudarla”, sen- Y, sin embargo, se expresan Algunos parlamentarios pretendían prohibir al grupo de científicos en- cargado de asesorar al gobierno federal en materia de pandemia que hiciera declaraciones en público. No lo consiguieron; pero el decreto “mordaza” dio mucho de qué hablar. Continúan tensas las relaciones entre científicos y políticos. Una actitud mesurada ante la curva del núme- ro de casos: incluso durante el bullicioso debate en torno al de- creto “mordaza”, el mi- crobiólogo y director del grupo de trabajo, Martin Ackermann, destacó por su serena objetividad. Foto Keystone

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