Panorama Suizo 3/2021

Panorama Suizo / Junio de 2021 / Nº3 20 construido por el suizo Bernard Stamm en 2007. “Es un barco en el que yo no aguantaría dos días”, co- menta Bernard Schopfer. “Mientras todo va bien, es un velero como cual- quier otro; pero en cuanto sobreviene un problema, uno se da cuenta de su enorme potencia”, explica Alan. Si el spinnaker cae al agua, hay que contar con hasta seis horas de trabajo para volver a subir a bordo los 400metros cuadrados de velaje. Con estas velas, cambiar de amura tarda aproximada- mente una hora. El barco vibra como una auténtica caja de resonancia. “Su constantemovimiento impide que el cuerpo se relaje.” ¿Y el confort? “Un cubo para el baño y una botella que se aprieta para la ducha.” Para un mari- nero de agua dulce o un aficionado, la velocidad de un IMOCA sería espan- tosa cuando va alcanzando los 30 nu- dos o más (60 kilómetros por hora). “Pero aquel que se acostumbra, a los 20 nudos tiene la impresión de avanzar como tortuga.” Una vez terminada la carrera, Roura y su equipo volvieron al tra- bajo de inmediato. “Estamos buscando un nuevo patrocinador, a ser posible suizo”, señala Aurélia, la esposa de Alan, que se encarga de las comunicaciones. “La Fabrique” tenía el patrocinio de la marca de pana- dería homónima radicada en el cantón de Vaud. La Vendée es un pro- yecto de tiempo completo. bajar en otro astillero. Una llamada te- lefónica los guio hacia Granada, donde el multimillonario Georges Cohen estaba construyendo un palacio en una isla privada. Georges Roura diri- gió un equipo de ocho antillanos, en- señándoles los oficios de techador y hojalatero, que causarían furor en el sitio. A Alan le tocó ser administrador de un pequeño puerto. “Era un trabajo de lameculos”, dice riendo. Los jefes eran agradables. La familia disponía de una casa construida sobre pilotes. Alan tenía 15 años cuando llevó a va- ros magnates a pescar en aguas pro- fundas, entre ellos a Serge Dassault. Más adelante, el personal de abordo se reduciría a Georges y Alan, quienes enfilaron con “Ludmila” ha- cia el Océano Pacífico. El barco tenía 40 años. El piloto automático no fun- cionaba. Los dos suizos llegaron a Ta- hití tras 22 días en el mar. “Dormía- mos encima del timón.” Alan tenía entonces 17 años. Mientras estamos charlando en la cocina, su padre entra repentinamente: un hombre esbelto, con las manos arrugadas, de cabello blanco y demirada intensa, sonriente y franco. Alan lo describe como “un excelente navegante”. ¿Cuál es su de- finición de un buen navegante? “Algu- ien capaz de llegar del punto A al punto B, sin importar lameteorología, y que trae su barco de vuelta en buen estado, sin haber asumido riesgos in- útiles”, resume el hijo. Más adelante, padre e hijo evitarían por poco un ac- cidente en el mar, por una avería frente a Nueva Caledonia. Se salvaron gracias a una reparación improvisada en medio de olas de diez metros. La llamada de la carrera en alta mar El viaje de los Roura en el “Ludmila” acabaría en Nueva Caledonia. Más tarde, Alan tendría su primera expe- riencia con la carrera en alta mar. “A diferencia de navegantes suizos comoDominiqueWavre, AlanRoura no se formó en el mundo de la regata, sino en el mar”, comenta el ginebrino Bernard Schopfer, navegante y co- nocedor de la historia de la vela. Gra- cias a su experienciamarina y técnica de primer orden, Roura participó sucesivamente en todos los grandes clásicos: Mini-Fastnet, Mini-Transat, la regata transatlántica Jacques Vabre. Al final de este periplo, el joven se topó con la Vendée Globe –el “Ever- est de losmares”, como suele decirse– que completaría dos veces siendo el benjamín de los participantes. La Vendée 2016-2017, en la que acabó en el 12º puesto, fue para él toda una aventura de descubri- miento y placer. En 2021, Alan Roura terminó como 17º tras sufrir dos averías, navegando la mitad del re- corrido con una quilla bloqueada en el eje de “La Fabrique”. Un barco sin ningún confort “La Fabrique”, segundo buque de este nombre, es un velero del tipo IMOCA El navegante solitario Alan Roura en su “Fabrique”, un barco que vibra como una auténtica caja de reso- nancia: su constante movi- miento impide que el cuer- po se relaje. Foto Keystone

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