Panorama Suizo 5/2021

Panorama Suizo / Octubre de 2021 / Nº5 14 Crêtelongue, en el valle del Ródano, el agricultor enseñaba a los presos lapoda de los árboles frutales. Utilizó lahuelga de hambre como arma. “Batí todos los récords conmis 120días sincomer.”En su juventud, Rappaz tambiénparticipó en un atraco a un banco, que le costó una condena de 42meses de prisión. En su granja de Charrat, llamada L’oasis , el productor de cannabis jugaba con las ambigüedades de la ley. Su can- nabis salía en forma de cojines, tisana, aceite o fibras. Algunosmédicos firma- ban prescripciones para la compra de productos conTHC. La suerte se torció en2006, cuando el Tribunal de distrito deMartigny lo condenó a cinco años y ochomeses de reclusión por violación grave de la ley federal sobre los estupe- facientes, por lesiones corporales leves, lavado de dinero, infracción grave con- tra el reglamento de tránsito y contra varias leyes del seguro social. “Entre 1997 y 2001”, escribió Le Nouvelliste ci- tando las palabras del fiscal, este agri- cultor de Saxon, “el mayor traficante de cannabis en Suiza”, habría organi- zado un tráfico “colosal” de estupefa- cientes, vendiendo ilegalmente cinco toneladas de cannabis para uso recrea- tivo, por un volumen de negocios de cinco millones de francos. Además, Rappaz disponía de “gigantescas” re- servas en la fábrica de Chavalon, de unas 52 toneladas aproximadamente, con un valor de mercado de 35 millo- nes de francos. La sentencia condena- toria se haría firme tras la apelación. Una condena considerada severa El que en su día fuera objetor de con- ciencia, rechaza las cuentas de la jus- ticia y no se arrepiente de nada. “Con- sagré mi vida a defender una planta prohibida por razones erróneas y a en- sayar y demostrar sus múltiples usos: terapéuticos, recreativos, industria- les.” Aba Neeman, su abogado desde 1995, opina que “la justicia del Valais quiso deshacerse de él, condenándolo a una larga pena, porque cada vez que salía de la cárcel por hechos similares, volvía a sus actividades del cannabis.” En aquel entonces soplaban vientos fa- vorables para la liberalización del can- nabis, “pero los jueces aplican la ley y no se rigen por consideraciones políti- cas”. Por otro lado, para alguien que declara inspirarse en Gandhi, sor- La Confederación supervisará un programa piloto de distribución de marihuana La Confederación está supervisando la puesta en marcha de un programa piloto de distribución de marihuana. En 2020, esta pro­ puesta había suscitado la oposición de los senadores de la UDC y del PDC. “El cannabis es más nocivo que el tabaco, y el número de personas dependientes va en constante aumento”, declaró en su momento Peter Hegglin (PDC/ZG). Varias entidades públicas parti­ ciparán en esta distribución, que se realizará bajo la dirección de la Oficina Federal de Salud Pública. En Ginebra, por ejemplo, se encomendó a la Universidad la realización de los ensayos previs­ tos para 2022, lo que permitirá, entre otras cosas, ampliar los conocimientos acerca de los efectos de un acceso controlado al cannabis sobre la salud física, psíquica y social de los consumi­ dores. Para ello serán necesarias toneladas de cannabis con THC. La Confederación apuesta por productos suizos y, “de ser posible”, orgánicos, cultivados gracias a exenciones legales. (SH) prende la acusación por lesiones cor- porales. Al parecer, los hechos consis- tieron en un par de cachetes que Rappaz propinó a una chiquilla en ocasión de un viaje que hizo con una amiga a Laos, como lo confirma su abo- gado. ¿Acaso es su cliente un personaje ansioso de dinero? “No es alguien que se deja sobornar, es un idealista. Siem- pre tenía deudas y descuidaba sus ne- gocios”, considera Aba Neeman. Por suparte, Gabriel Bender recalca que “Rappaz fue condenado a varios años de prisión por el cannabis, mien- tras que el productor de vino Domini- que Giroud, condenado por evasión fis- cal, no pasó ni un año entre rejas. Es un sistema arcaico. Para santificar al bebe- dor de vino, hay que sacrificar al fuma- dordehachís.”Unperiodistaginebrino que entrevistó a Rappaz lo recuerda como un personaje centrado en sí mismo: “Rappaz seencontraba aislado”, recalca. “Me arrojé hacia el frente, un poco como Winkelried”, reconoce el propio Rappaz. Rappaz, ya jubilado, vive ahora en su ho- gar de Isérables. Los “hermosos geranios” que cultiva en su bal- cón son, por supues- to, plantas de canna- bis. Foto: Stéphane Herzog Sociedad

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