Panorama Suizo 5/2021
Panorama Suizo / Octubre de 2021 / Nº5 9 Extender recetas para evitar el estado de emergencia La pandemia contribuyó a que la población juzgara en su justo valor la incansable labor de las enfermeras y los enfermeros. La iniciativa popular “Por un fortalecimiento del sector de enfermería”, que se someterá a votación el 28 de noviembre, desea que los electores brinden a estos trabajadores un merecido apoyo. Desde hace mucho tiempo, el personal de enfermería pugna por mejorar sus condi- ciones laborales, obtener más reconoci- miento y autonomía. Ahora, la Asociación Suiza de Enfermeras y Enfermeros (ASI) pretende alcanzar por fin estos objetivos en las urnas. “La que al final va a requerir asistencia será la misma sanidad pública, si no se toman medidas para que esta profe- sión resulte más atractiva”, advierte Yvonne Ribi, Directora de ASI. Los promo- tores de la iniciativa reclaman una mayor inversión en materia de formación básica y avanzada. Así, para poder contar rápida- mente con un mayor número de jóvenes profesionales diplomados, solicitan un au- mento salarial durante su formación. Con el afán de garantizar la seguridad de los pacientes y la calidad de su atención, la iniciativa exige que se incremente el nú- mero de trabajadores en cada turno. Los ho- rarios de servicio deberán ser más compa- tibles con la vida familiar. Las enfermeras y enfermeros deberán poder gozar de ma- yor independencia en su trabajo, por ejem- plo, para recetar, realizar y facturar ciertas prestaciones por cuenta propia. “Darles más responsabilidad contribuirá, además, a aliviar la carga laboral de los médicos”, co- menta Rebecca Spirig, Profesora de Enfer- mería ymiembro del comité de la iniciativa. Contrapropuesta del Parlamento: una estrategia para promover la formación Los políticos entienden las peticiones del personal sanitario. El Parlamento Nacional aprobó una contrapropuesta y acordó, entre otras medidas, una estrategia para promo- ver su formación. Para lograr este objetivo, el Estado brindará un apoyo de casi 500 mi- llones de francos y los cantones deberán su- fragar una suma equivalente. Para el comité de la iniciativa, esta contrapropuesta se queda corta, porque no incluye medidas destinadas a reforzar la satisfacción laboral de los enfermeros y enfermeras y prolongar su permanencia en la profesión. Tampoco atiende su exigencia de aumentar el perso- nal de cada turno. El 28 de noviembre, los electores tendrán la última palabra. El Consejo Federal, así como la mayoría de ambas Cámaras del Parlamento están en contra de la iniciativa. Se niegan a otorgar a este gremio un trato especial dentro de la Constitución. Las aseguradoras también se oponen, debido a que el personal sanitario podría prescribir ciertas prestaciones, lo que redundaría en un incremento de trata- mientos y, por ende, de costos. Los partida- rios sostienen lo contrario: se ahorrará tiempo y dinero, ya que en estos casos ya no será necesaria la firma de un médico. (ERU) en los serviciosmédicos y sociales disponibles en cada lugar, así como en la forma en que unos colaboran con otros. Es verdad que se están realizando esfuerzos por interconectar y optimizar los servicios de atención primaria. Sobre todo en las zonas rurales, existen consultorios comunitarios donde colaboran distin- tas áreas de especialidad. También existen modelos con sólidas es- tructuras extrahospitalarias y transferencia fluida hacia la atención clínica, que reciben, en parte, apoyo público. “Hemos evaluado algu- nos casos muy satisfactorios”, recalca la Profesora de Enfermería Re- becca Spirig. Sin embargo, falta voluntad política para impulsarlos e instrumentarlos a nivel nacional. Una opinión que comparte la inves- tigadora UrsulaMeidert: “Muchas autoridades solo actúan cuando no les queda otra opción”. Cada quien persigue sus propios intereses La complejidad del sistema dificulta la identificación de interrela- ciones y la puesta en marcha de reformas básicas a más largo plazo. Los políticos federales parecen evadir la toma de decisiones: se pier- den amenudo en debates de principios, que rara vez desembocan en algún compromiso. Varias propuestas de mejora fracasan ya en los consejos federales, en los que prevalecen actores de peso: el cuerpo médico, las aseguradoras de salud, la industria farmacéutica. Sin em- bargo, también el electorado suele tener una postura crítica frente a los planes de reformas. En 2012, por ejemplo, rechazó una pro- puesta destinada a mejorar la coordinación y la calidad de la aten- ción primaria. Quienes se oponen a toda innovación advierten de mayores gas- tos, haciéndose eco de una preocupación ampliamente compartida (véase el cuadro de texto “La población paga un alto costo”). No obs- tante, hay estudios que revelan que unificar las estructuras y optimi- zar los procesos contribuiría a cubrir los costos. Cuandomejora la co- laboración entre las distintas áreas de especialidad, el personal se sientemás satisfecho y permanecemás tiempo en el sistema de salud. Rebecca Spirig, quien forma parte del comité de la iniciativa, espera que ésta contribuya también a alentar la cooperación: “Un ‘Sí’ no solo permitiría impulsar las reformas que necesita el sector de enferme- ría, sino el sistema de salud pública en su conjunto”.
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