Panorama Suizo 6/2021

Panorama Suizo / Diciembre de 2021 / Nº6 6 Tema Clave THEODORA PETER El 21 de noviembre de 2022 se disputará el primer partido de la CopaMundial de Fútbol enQatar. Este rico país petrolero adquiere gran cantidad de armas para proteger su territorio y sus estadios, siendo Suiza uno de sus proveedores: Qatar compró equipos antiaéreos, por un valor de casi 200 millones de francos, a la empresa Rheinmetall Air Defence, cuyos cañones, desarrollados y fabricados en Zúrich, son capaces de derribar drones y misiles con extrema precisión. El Consejo Federal aprobó su exportación a pesar de los numerosos interrogantes que suscita el país de destino enmateria de derechos humanos, entre otros, por la explotación de los trabajadores migrantes durante las obras del Mundial. Todavía en una evaluación de 2019, el Departamento Federal de Asuntos Exteriores suizo llegó a la conclusión de que Qatar vulnera los derechos humanos de forma grave y sistemática. Aunque este incumplimiento debería ser motivo de exclusión para la exportación de material bélico, el Consejo Federal invocó una cláusula de excepción, que él mismo aprobó en 2014: si tan solo existe un “riesgo limitado” de que las armas sean utilizadas en el país de destino con el fin de violar derechos humanos, esto no puede ser motivo para impedir su exportación. O, como reza la versión oficial, los cañones antiaéreos no son aptos para reprimir a la población de este país. Armas en manos equivocadas En Suiza, la exportación de material bélico suscita cada vez mayor oposición por parte de la sociedad civil, sobre todo en vista de que la prensa ha revelado en los últimos años que ciertas armas exportadas de forma regular desde Suiza han caído en manos equivocadas. Así, unas granadas demano que Suiza vendió en 2003 a los Emiratos Árabes Unidos aparecieron años más tarde en la guerra civil siria. Qatar, por su parte, entregó ilegalmentemuniciones suizas a rebeldes libios hace diez años, lo que en su día provocó una suspensión temporal de las exportaciones. Para quienes sostienen una posición crítica, estos ejemplos dejan claro que las exportaciones de armas entrañan graves riesgos, llegando incluso a poner en entredicho la reputación de Suiza como país defensor de los derechos humanos. En 2018, una amplia alianza de organizaciones para la defensa de los derechos humanos, asociaciones humanitarias y partidos políticos promovió la llamada “Iniciativa de corrección”. El objetivo de esta iniciativa popular era que se consignaran en la Constitución las líneas rojas que no deben cruzarse en este ámbito, como la prohibición de exportar armas a países que vulneren sistemáticamente los derechos humanos o que estén involucrados en guerras civiles o conflictos armados. Los promotores querían evitar que el Consejo Federal cediera a la presión de la industria armamentística y facilitara las exportaciones. En pocos meses se recogieronmuchas más de las 100 000 firmas que requiere una iniciativa popular. Sin embargo, ésta no llegó a las urnas, porque el Parlamento comprendió el mensaje de la sociedad civil y otorgó reconocimiento legal al endurecimiento de los criterios de exportación: al ver satisfechas sus demandas, los promotores retiraron la iniciativa. Mayor control democrático La “Iniciativa de corrección” permitió evitar “que la situación empeorara”, reconoce Josef Lang, uno de sus promoLa industria armamentística suiza se pone a la defensiva La carrera armamentística a nivel mundial favorece el auge de esta rama industrial en Suiza. Pero ¿cómo puede un país neutral y con tradición humanitaria justificar la exportación de armas? Bajo la presión de la sociedad civil, el sector político suizo se ve obligado a tomar cartas en el asunto. Un artículo suizo muy solicitado para la exportación: el vehículo blindado Piranha, del fabricante Mowag. Foto Keystone

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