Panorama Suizo / Diciembre de 2021 / Nº6 9 Krauer investiga su historia en el marco del proyecto “Swiss Tool of Empire”. Ante la miseria y la emigración, muchos políticos de entonces se alegraban de ver “que los suizos pobres optaban por el ejército colonial”, escribe Krauer. Además de huir de lamiseria, muchos mercenarios iban en busca de aventura. La imagen romántica del servicio en los trópicos no tardaba en darse de bruces con la dura realidad: por ejemplo, en Indonesia casi la mitad de los mercenarios murió durante sumisión. Además, los suizos que servían en el extranjero no podían aspirar a tener carrera militar. Muchos se arrepentían de su decisión y acudían al cónsul suizo con la esperanza de que pudiera rescindir su contrato, la mayoría de las veces en vano. Desde 1927, el código penal militar prohíbe el serviciomilitar para países extranjeros. A pesar de ello, después de la Segunda Guerra Mundial unos 240 mercenarios eran sentenciados todos los años por alistarse en la Legión Extranjera francesa. En la actualidad solo se conocen casos aislados. Las autoridades también aplicaron todo el peso de la ley a los casi 800 voluntarios que, entre 1936 y 1939, combatieron en España contra el fascismo, junto a los republicanos. Sin embargo, al cabo de setenta años el Parlamento rehabilitó a estos activistas que lucharon por la libertad y la democracia. Prohibidas las empresas de mercenarios Desde 2013 están explícitamente prohibidas en Suiza las empresas demercenarios. Las empresas de seguridad con sede en el país no pueden participar en conflictos armados en el extranjero, ni reclutar mercenarios para ese fin. Suiza asume así responsabilidad, subrayó en su momento la Ministra de Justicia, Simonetta Sommaruga (PSS), durante la presentación de la ley: “No podemos ser indiferentes a lo que hagan en el extranjero las empresas con sede en Suiza”. THEODORA PETER Más información sobre el tema Soldados suizos al servicio de países extranjeros (Archivo Federal): revue.link/soldaten Soldados suizos en Indonesia (Museo Nacional): revue.link/kolonialarmee Las restricciones afectan a unas 200 empresas que suelen solicitar autorización para exportar su material bélico. Según estima la Confederación, la industria suiza de seguridad y defensa emplea a entre 10000 y 20000 personas, incluyendo a los proveedores. Estas empresas también fabrican artículos militares que no se consideran material bélico, porque no pueden usarse como armas ofensivas: tal es el caso, por ejemplo, de los aviones de entrenamiento del fabricante suizo Pilatus. Estos aviones pueden exportarse a países como los Emiratos Árabes Unidos, Jordania o Arabia Saudita, involucrados en la guerra en Yemen. En el futuro, las exportaciones de cañones “made in Switzerland” al emirato de Qatar dependerán de cómo evalúe el Consejo Federal la situación de los derechos humanos en ese país. Actualmente, Qatar no participa en conflictos bélicos como el de Yemen. No obstante, según expertos en Oriente Medio, esta rica nación del Golfo Pérsico aspira a convertirse en una potencia regional. Con ello aumenta el peligro de que se vea involucrada en futuros conflictos, lo que a su vez podría conllevar violaciones del derecho internacional humanitario. Suiza, como Estado depositario de las Convenciones de Ginebra, no puede tener ningún interés en que esto ocurra. Contratado para matar: el mercenario Gall von Untervalden en sus coloridos atuendos. Xilografía de los años 1520-1530. Foto Keystone
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