Panorama Suizo 2/2022

Panorama Suizo / Abril de 2022 / Nº2 22 Cultura JÜRG STEINER Grande y grandiosa: estos son los dos calificativos con los que la alcaldesa de Zúrich, Corine Mauch, describió la ampliación del Kunsthaus, diseñada por DavidChipperfield, al inaugurarla en otoño de 2021. Tales superlativos denotan la ambición que la capital económica a orillas del Limago alberga a través de su museo de arte –más bien modesto hasta la fecha– gracias a la colaboración del arquitecto británico: convertirse en una metrópoli digna de ese nombre y atraer a un público mundano, aficionado al arte cuidadosamente escenificado. Con su construcción, que costó 206millones de francos suizos, Chipperfield ha creado sin duda alguna el marco ideal para lograrlo. Berna posee el Centro Paul Klee, Basilea el Museo de la Fundación Beyeler, ambos diseñados por Renzo Piano; y ahora Zúrich los supera a ambos gracias a Chipperfield y hace de su Kunsthaus uno de los más grandes museos de Europa. Un imponente cubo que alberga un escenario luminoso El Kunsthaus se ubica en el barrio universitario de Zúrich, una zona densamente edificada a dos pasos del centro, que desciende en pendiente suave hacia el lago. Allí construyó Chipperfield un imponente cubo de piedra caliza beige del Jura. A pesar de su fachada calada por una serie de láminas paralelas, el edificiomacizo suscita la crítica demuchos habitantes, quienes ven el él un ostentosomonolito que transmite una visión elitista del arte. Sin embargo, lo que apenas nadie pone en duda es que el cubo alberga en su interior un luminoso escenario, muy apropiado para acoger con dignidad las más refinadas obras de arte. Pero debido precisamente a su afán de brillar con el arte, Zúrich ha despertado algunos incómodos recuerdos del pasado. Porque la ampliación del Kunsthaus se ha diseñado en parte para exhibir la prestigiosa colección del antiguo industrial zuriqués Emil G. Bührle (1890-1956): un préstamo permanente de 170 obras, entre las que figuran cuadros de Van Gogh, Gauguin, Cézanne y Renoir, gracias a los cuales Zúrich se eleva prácticamente al nivel de París, capital de los impresionistas… si no fuera por el nombre de un controvertido fabricante de armas: Bührle. Amante del arte y exportador de armas La increíble historia de este personaje está documentada desde hace tiempo por medio de una serie de investigaciones críticas. En 1924, Emil G. Bührle fue enviado de Alemania a Zúrich para que continuara desarrollando en suelo neutral un cañón antiaéreo, en la fábrica demáquinas herramienta Oerlikon. No podía hacerlo en Alemania, debido al Tratado de Versalles que prohibía a los alemanes reconstruir su industria armamentística. Bajo la dirección de Bührle, Oerlikon se convirtió pronto en la El nuevo museo de arte de Zúrich lidia con el peso del pasado Zúrich quería brillar a los ojos del mundo con la elegante ampliación del museo Kunsthaus, obra del arquitecto David Chipperfield. Pero la ciudad se ve envuelta ahora en una controversia en torno a obras de arte robadas por el traficante de armas Emil G. Bührle. Emil G. Bührle (1890–1956): amante del arte y fabricante de armas.

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