Panorama Suizo 2/2022

Panorama Suizo / Abril de 2022 / Nº2 7 entrada– a Europa. Ambos paísesmantienenun constante diálogopolítico en el más alto nivel, lo que en ocasiones ha sido motivo de disgusto. Muchos suizos recuerdan la visita de Jiang Zemin en 1999, cuando simpatizantes tibetanos, acogiéndose a un derecho democrático muy arraigado en Suiza, se manifestaran en el centro de Berna: esto irritó al dirigente chino, quien hizo esperar al Gobierno suizo y acortó la recepción oficial, sin ocultar su enojo. Posteriormente, cuando Ruth Dreifuss, entonces Presidenta de la Confederación, abordó el tema de los derechos humanos, la situación se agudizó aún más. Zemin terminó declarando: “Han perdido a un amigo”. El régimen controla su imagen Las manifestaciones de enojo no solo son palpables en la arena política: las compras de empresas e inmuebles, así como las inversiones chinas en el fútbol helvético, causan malestar en Suiza. Como ningún otroGobierno, el Partido Comunista de China (PCCh) intenta controlar lamanera como se le percibe en el extranjero: en Suiza, invierte cuantiosos recursos para observar sistemáticamente los debates en torno a la República Popular que ocurren en la diáspora, en las instituciones de enseñanza, en los círculos económicos, así como en el ámbito cultural. También hay representantes del PCCh que participan en actos públicos: en la Universidad de Zúrich, por ejemplo, causaron revuelo al sacar la cámara cuando se hicieron preguntas que a su juicio eran inapropiadas. Asimismo, la Embajada china de Berna intervino cuando estudiantes de la Escuela Superior de las Artes de Zúrich rodaron una película sobre las protesSimbolismo involuntario: el “encuentro” entre el Primer Ministro chino Li Keqiang y el Consejero Federal y Ministro de Economía, Johann Schneider-Ammann (Pekín, 2013). Foto Keystone tas en Hong Kong. También fue muy sonado el caso de un estudiante de doctorado de la Universidad de San Galo (HSG): en 2021, su profesora le dio la espalda porque había criticado al Gobierno chino en Twitter; tras una breve estancia en una universidad china, el estudiante intentó en vano matricularse de nueva cuenta en la HSG. Para poner fin al conflicto, el alumno tuvo que cambiar de carrera, tras tres años de investigación doctoral. La HSG, que desarrolla programas de intercambio y proyectos de formación e investigación con universidades chinas, ha anunciado entretanto que se expone a riesgos tales como la transferencia incontrolada de conocimientos o la autocensura. Autocensura en el campo de la investigación RalphWeber, Catedrático del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Basilea, sitúa estos incidentes dentro de una perspectivamás amplia. Se trata, afirmaWeber, de un problema estructural que afecta a muchas universidades europeas. “El tema de la autocensura se plantea para todos aquellos investigadores que trabajan en el ámbito de los regímenes autoritarios”. La actitud de China desafía a las instituciones de enseñanza, y también cada vezmás a las empresas y a los políticos. El politólogo ha estudiado cómo el Gobierno chino afianza su influencia en Suiza. “Los esfuerzos del partido estatal chino son sistemáticos”, afirmaWeber, pues este dispone de una intrincada red de asociaciones y organi- zaciones conchabadas con agentes locales. “Así es como intenta grabar sus mensajes en nuestras mentes”. Cualquiera que tenga negocios en China debe tratar con el Partido Comunista. ¿Hasta dónde conviene ha-

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