Estos enormes tubos dan una idea del caudal de agua que se extraerá del lago Lemán: 10 000 litros por segundo. Foto Keystone manda de frío en verano irá en aumento. En cambio, la demanda de calor disminuirá gracias al mejor aislamiento de las casas. Muchas centrales pequeñas En Suiza, la hidrotermia empezó a desarrollarse en los años 1930, cuando se construyeron pequeñas centrales para calentar algunos inmuebles. De estas centrales existen hoy centenares. Pero ahora se están desarrollando grandes proyectos en los centros urbanos situados a orillas de los lagos, especialmente en Zug y Zúrich. Gracias a las aguas extraídas de dos estaciones enterradas a 45 metros de profundidad, el lago de los Cuatro Cantones suministrará energía a 3 700 hogares en el centro de Lucerna. En Horw, 6 800 hogares serán abastecidos con energía proveniente del lago. Y en Biena, los primeros suministros de energía hidrotérmica están previstos para otoño de 2022. La ciudad proyecta 185 puntos de conexión, lo que permitirá reducir en un 80 % las emisiones de CO2. Para muchos, los recursos energéticos de los lagos suizos son una especie de oro azul. Las cifras dan vértigo. Según un artículo redactado en 2018 por el Instituto Eawag, el consumo energético total en Suiza se eleva a cerca de 850 petajulios anuales, o sea, 236 teravatio-horas (para comparación, la producción eléctrica de la central nuclear de Gösgen era, en 2017, de 7,9 teravatio-horas). La mitad de esta energía se usa para la calefacción de las casas y los procesos industriales que requieren gas y petróleo. Pero resulta que el lago Lemán podría generar, en teoría, casi un tercio de toda la energía que se consume cada año en Suiza, sin dejar de respetar la normativa legal que regula el uso de la hidrotermia. “La energía de los lagos cubrirá el 30% de nuestras necesidades caloríficas. Aproximadamente un edificio de cada tres situado en una región densamente poblada y lo suficientemente próxima a un lago se beneficiará de un sistema de calefacción conectado a una fuente de energía renovable, entre ellas la hidrotermia”, estima François Maréchal, Profesor de la EPFL y experto en sistemas energéticos. Para este investigador, la hidrotermia es “una súper fuente, de la que poco se habla”. Pero Suiza va a la vanguardia en este campo, comenta Martin Schmid. ¿Qué tan buena idea es verter el agua a los ríos? Queda por evaluar el impacto de estos procesos, puesto que el agua extraída se devuelve en parte a los cursos naturales de agua, a una temperatura ligeramente superior o inferior. Por ejemplo, el agua que se extrae a unos 6 grados centígrados del lago Lemán, se vierte luego a unos 3 grados al Ródano, cuya temperatura es de 1,5 grados. En verano, el agua extraída a unos 8 grados desde el fondo del lago, se vierte a unos 13 grados al agua fluvial, que posee una temperatura superficial de hasta 20 grados. Todos los estudios apuntan en una misma dirección: incluso si la totalidad de la demanda de calor y frío se cubriera en Suiza gracias a los lagos, el impacto en los ríos sería nulo o bajo, habida cuenta de la poca diferencia de temperatura entre las aguas bombeadas y las aguas vertidas. “Para modificar la temperatura del Lemán en un grado, se necesitarían cien estaciones como la de Vengeron”, explica Fabrice Malla. Suiza es un país donde existen reglas. Así, en una región donde viven truchas la temperatura de un curso de agua no puede variar más de 1,5 grados. “Si se tienen en cuenta las disposiciones legales como corresponde, la explotación hidrotérmica es, a priori, factible”, considera Nicolas Wüthrich, de Pro Natura. Sin embargo, hay que contar con otro problema: el calentamiento de los lagos, debido al cambio climático. En el lago Lemán, los inviernos suaves impiden desde hace diez años la circulación de las capas profundas que, por falta de oxígeno, corren el riesgo de muerte biológica. Este fenómeno supone un inconveniente para la producción hidrotérmica de frío. Además, el calor favorece el desarrollo de especies invasivas, como el pequeño mejillón quagga, cuyas larvas penetran en las tuberías de agua potable y las redes de hidrotermia, por lo que es necesario tratarlas con cloro. Otro motivo de preocupación es que el agua vertida lejos del punto de extracción pueda desplazar nutrientes y contaminantes, advierte Eawag. Una elevación de las temperaturas puede conducir a amenazar algunas especies, principalmente en los arroyos y ríos, alerta Pro Natura. El tímalo, por ejemplo, apenas sobrevive a temperaturas superiores a 25 grados. “De ahí que sea delicado verter a los ríos grandes cantidades de agua de refrigeración calentada.” Sin embargo, dotar los cursos de agua de riberas bien sombreadas ayudaría a mantener las temperaturas más bajas, propone Pro Natura. En invierno, el vertido de aguas procedentes de la calefacción hidrotérmica podría tener, teóricamente, un efecto beneficioso. “Sin embargo, cualquier intervención humana en los equilibrios naturales resulta siempre delicada”, advierte Nicolas Wüthrich. Emisores de calor Intercambiador de calor Bomba de calor Emisores de frío Estación de bombeo Ródano Lago 40m El proyecto de hidrotermia persigue dos objetivos. En invierno, una bomba de calor extraerá la energía del agua para calentar un edificio. En verano, será posible climatizarlo con agua fría procedente de las profundidades del lago. Panorama Suizo / Julio de 2022 / Nº3 15
RkJQdWJsaXNoZXIy MjYwNzMx