tomara la decisión de “reducir” la instalación y limitar su capacidad de acogida a 2 000 personas, que se alojarían en 24 horas. Con ello se dijo adiós al refugio-autopista. Manifestantes encerrados bajo tierra Desde su inauguración en 1976, el búnker de Sonnenberg solo se usó una vez: en diciembre de 2007, en ocasión de una manifestación de protesta contra el cierre de un sitio alternativo. La policía, que sigue en posesión de una planta en Sonnenberg, encerró a una decena de manifestantes en unas celdas acondicionadas para este fin. “Tal pareciera que quisieron poner a prueba las instalaciones”, comenta nuestra guía. Hace cuatro años, se colocaron 200 nuevas literas en una de las plantas de la Caverna para dar alojamiento a refugiados. Pero el proyecto pronto se abandonó. Desde que comenzó la guerra en Ucrania, la asociación ha recibido varias llamadas de personas que desean informarse sobre el refugio, algo inédito desde 2006. La gente acopia víveres y quiere saber dónde podría refugiarse. La asociación también recibe a operadores turísticos que incluyen en su recorrido una visita al búnker. ¿Por qué le tienen tanto miedo a un ataque en un país neutral?, preguntan los visitantes extranjeros. Otros se admiran de que Suiza haya tomado semejantes medidas para proteger a sus ciudadanos. Entre los suizos de la tercera edad, algunos admiten que esta obra les daba una sensación de seguridad, mientras que a los jóvenes la enormidad de las instalaciones les da una idea de cómo se percibía la amenaza nuclear en tiempos de la Guerra Fría. Zora Schelbert, que este año alcanzará la marca de mil visitas, tiene una percepción matizada de este refugio: “No quiero ridiculizar este sitio. Se hizo para ayudar a la gente, aunque tengo dudas en cuanto a su utilidad”, explica la guía. ficio es la "Caverna". En tiempos de guerra o de catástrofe, este cilindro de hormigón habría servido de cuartel general y centro de trabajo para 700 miembros del cuerpo de protección civil. Cada planta posee su función específica. El séptimo nivel abriga las instalaciones de energía y ventilación, con sus filtros biológicos, químicos y atómicos. La Caverna disponía de tres generadores diésel, entre los cuales uno de emergencia, con suficiente combustible para suministrar electricidad durante dos semanas. Esta planta también posee cabrestantes eléctricos que establecen una conexión vertical con la autopista. A través de unos pozos se habrían bajado a ambos túneles los equipos de supervivencia: catres, inodoros y grifos. Un tercio de la población de la ciudad se habría refugiado aquí. En Kiev y Járkov, los túneles profundos del metro son utilizados para protegerse de los bombardeos. En Lucerna, esta protección la habría brindado el tramo de autopista de 1,5 kilómetros. En 1987, la operación “Hormiga” evidenció lo poco realista que habría sido la implementación del proyecto. Su objetivo era instalar 10 000 literas en una semana en uno de los dos túneles. Sin embargo, las carretillas previstas para transportarlas se atrancaron en los pasillos. Más grave aún: una de las cuatro puertas de hormigón destinadas a sellar el túnel no se dejó cerrar. De ahí que en 2002 se Las 20 000 rayas pintadas en la interminable pared del túnel corresponden al número de personas para las que se planificaron las instalaciones. Foto Stéphane Herzog El búnker cuenta incluso con celdas de arresto. El núcleo de las instalaciones de protección civil de Sonnenberg lo constituye una caverna de siete plantas. Panorama Suizo / Julio de 2022 / Nº3 A la derecha, el parque infantil; a su izquierda, la discreta entrada que conduce a las entrañas del Sonnenberg. Foto Stéphane Herzog
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