sala artesonada, en cuyas paredes se aprecian las fotos de dos investigadores extranjeros fallecidos en 1955 en una grieta, así como la de un guardia muerto por la caída de una piedra, en 1964. En el tercer piso se encuentran la cocina y un salón contiguo. En la cuarta planta está situada la biblioteca donde trabajan los investigadores. El apartamento de los guardias se ubica en el quinto piso. Desde la cama matrimonial se tiene una vista panorámica sobre el glaciar de Aletsch, que desciende hacia el Valais. Vacaciones en el valle Para Daniela y Erich, el trabajo transcurre en la montaña y el descanso en el valle: en Erstfeld, un pueblo del cantón de Uri situado en la extremidad norte del túnel ferroviario del San Gotardo. Cada quince días es el cambio de turno: otra pareja toma entonces el relevo. Durante nuestra visita, Daniela y Erich estaban preparándose para recibir a una nueva pareja. La pareja anterior había aguantado cuatro años y medio. “Este meteorológicas. Estas observaciones le serán de gran utilidad a la Oficina Federal de Meteorología y Climatología, para que elabore su pronóstico del tiempo. ¿Qué características tiene la nieve? ¿Está lloviendo –cosa que en veinte años no ha pasado nunca– o granizando? Los guardias también describen la visibilidad y la nubosidad. En el Jungfraujoch hay niebla durante cerca del 40% del tiempo. Para hacer el reporte de nubosidad se divide el horizonte en ocho sectores y se distinguen diez tipos de nubes. Los cirros, que se mueven a una altitud de 9 000 metros, son fáciles de reconocer. Para determinar la altura de las otras clases de nubes sirven de referencia las cumbres circundantes: el Jungfrau, la Kleine Scheidegg y el Schilthorn. Cuando el cielo está despejado, la vista llega hasta la cumbre del Feldberg (en Alemania) o hasta La Dôle, una cima situada a 150 kilómetros a vuelo de pájaro. “Es una tarea imprescindible. No hay excusas”, sentencia Erich, quien desde marzo, tras haberse roto la pierna en Noruega, se mueve por la estación con un patinete improvisado que le obsequió un empleado del ferrocarril del Jungfrau. Los guardias de la estación no solo se encargan del mantenimiento de las instalaciones y de algunas máquinas, sino también de la recepción de los investigadores que acuden a las instalaciones para realizar sus experimentos. En este laberinto de pasillos y niveles del Jungfraujoch nos cruzamos con un investigador zuriquense del Instituto Federal para la Investigación y la Prueba de Materiales; y en la Esfinge encontramos a un investigador belga que participa en una investigación experimental iniciada hace 50 años sobre los gases de la atmósfera. La parte habitada de la estación se construyó en la ladera de la montaña. Los distintos niveles de esta edificación se comunican por medio de un pequeño ascensor empotrado en la roca. En la planta baja se encuentran el taller de los guardias, tres laboratorios y un lavadero. El primer piso alberga diez pequeñas habitaciones al estilo chalé, donde se hospedan los investigadores; aquí tienen a su disposición una magnífica Izquierda: las tareas diarias a esta altura no se limitan a remover la nieve. También hay que observar el tiempo y registrar los datos meteorológicos. Panorama Suizo / Agosto de 2022 / Nº4 Arriba: Eric Furrer y Daniela Bissig en el Jungfraujoch. Deben estar perfectamente preparados para afrontar las inclemencias del tiempo, pues su lugar de trabajo está expuesto a la nieve, el hielo y las tormentas. Fotos Franziska Frutiger, www.franziskafrutiger.com 11
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