Panorama Suizo 4/2022

19 Visto Cuando los niños ayudan a redescubrir a un artista El Centro Paul Klee de Berna alberga por primera vez una exposición sobre el famoso artista diseñada por niños. Este proyecto pionero arroja nuevas perspectivas sobre su obra. EVA HIRSCHI “Yo ya conocía a Paul Klee”, declara Angelina, orgullosa. “Fue gracias a mi abuela. Ella también pinta; no es una artista de verdad, pero casi…”. Esta niña de nueve años forma parte de un proyecto del Centro Paul Klee de Berna, donde por una vez se permitió a los niños montar una exposición sobre el famoso artista de la ciudad. En respuesta a un anuncio publicado por el museo, todos los miércoles por la tarde, durante siete meses, una docena de niños de entre ocho y doce años se reunieron allí para participar en talleres: seleccionaron los colores, las formas, los poemas, así como las obras y la arquitectura de la exposición; ellos mismos redactaron los textos. “Fue una experiencia muy emocionante”, afirma Martin Waldmeier. Normalmente, el comisario trabaja solo; pero esta vez trabajó en equipo desde el principio, manteniéndose deliberadamente en segundo plano para que los niños pudieran decidir por sí mismos. “Solo tuvimos que fijar algunos límites: por ejemplo, cuando pidieron una plataforma de tres metros desde la que se pudiera ver la exposición y en la que también hubiera máquinas expendedoras de bebidas y un salón de juegos”, explica Waldmeier, riendo. Sin embargo, el equipo accedió a su deseo de crear un lugar de encuentro, de calma y de chill, para decirlo con sus palabras. En el centro de la sala ahora hay una pequeña tarima con pufs de colores. Desde aquí se disfruta de una buena visión general de la exposición; se instalaron tabiques de colores que separan los distintos temas de la exposición, mientras que los poemas creados por los niños a partir de los títulos de los cuadros de Klee reemplazan los textos que suelen acompañar las pinturas. Una misteriosa imagen inaugural La exposición, titulada “Leuchtendes Geheimnis” [“Secreto luminoso”], comienza con un solo cuadro. “Me sorprendió mucho que eligieran esta obra”, dice Waldmeier. “Paul Klee a menudo pintaba pájaros o monigotes. Yo esperaba que los niños eligieran uno de sus cuadros divertidos”. No ocurrió así: escogieron "Fachada de cristal" de 1940, una de sus últimas obras. Una obra que guarda un secreto: en el dorso, puede verse otro cuadro. “Durante la guerra escaseaba el material. Por eso Klee utilizaba de vez en cuando la parte posterior de sus lienzos. Sin embargo, no terminó este cuadro, sino que lo recubrió con pintura rosa”, explica Katja Lang, del museo infantil Creaviva, que pertenece al Centro Paul Klee. Con el tiempo, esta pintura se descascarilló, dejando al descubierto el cuadro que había iniciado. Muestra una persona reclinada, y el título está escrito en el marco: "Mädchen stirbt und wird" ["Una chica muere y se convierte"]. Dice Lang: “Nos dimos a la tarea de buscar pistas; ¿qué significado podía tener ese cuadro?”. El personal del Centro Paul Klee acaba de descubrir que debió traUn taller en el Centro Paul Klee: los jóvenes comisarios seleccionan las obras del artista en el sótano. Foto Martin Waldmeier Panorama Suizo / Agosto de 2022 / Nº4

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