llos, lo cual representa un 43 % del total de las aves de corral en Suiza. ¿A qué se debe que una parte de los agricultores biológicos se opongan a la iniciativa? Christine Gerber, agricultora del Jura y socia de la organización Uniterre, tiene una idea al respecto: “Los hombres están atrapados en un sistema de lealtad hacia sus colegas y su educación, mientras que las mujeres damos a luz a los hijos. Tenemos nosotras la responsabilidad del futuro”, afirma Christine, cuya granja en Franches-Montagnes es un islote de neocampesinos. Aquí solo se come carne dos veces por semana. Christine declara estar a favor de reducir la producción de aves de corral y cerdos. En cambio, lamenta que se estén llevando a cabo proyectos para aumentar la producción lechera. “Cuántas más vacas hay, más estiércol producen. Pero el terreno ya está sobrecargado”, dice. En el caso de una sequía, optaría por reducir el número de animales en su granja. Subraya que es muy largo el plazo que la iniciativa prevé (25 años) para organizar la transición hacia una agricultura biológica. “Tendremos más granjas pequeñas, y eso será algo muy positivo”, dice esperanzada. Hay que actuar ahora, antes de que escasee el pienso Para Greenpeace, esta transición llegará tarde o temprano, debido a la escasez de cereales y pienso en un entorno sometido a una creciente presión. “Hay que ayudar a los agricultores que dependen de este sistema de producción y de los grandes distribuidores”, dice Alexandra Gavilano, quien opina que la aprobación de la iniciativa permitiría “sentar las bases políticas para abrir un fondo destinado a transformar la agricultura”. El Consejo Federal propuso un contraproyecto directo al texto de la iniciativa, solicitando que todos los animales de cría se beneficien de salidas periódicas; sin embargo, el Consejo Nacional rechazó esta propuesta. A favor: elevage-intensif.ch En contra: non-initiative-elevage-intensif.ch tes de su traslado al matadero. Para Noël Saucy, estas cifras deben relativizarse: “Las granjas con 18 000 pollos también disponen de invernaderos y pastos”, señala. ¿Acaso no apunta la iniciativa a que la Confederación proteja la agricultura suiza? Paradójicamente, Noël teme por su negocio. “Si la producción disminuye por la reducción del número de pollos permitidos en cada granja, nos harán competencia las aves de corral extranjeras, que se crían en condiciones mucho peores que en Suiza.” En la Unión Europea se permite una densidad de hasta 100 000 pollos por cada granja. Noël opina que sería problemático construir un mayor número de pequeñas granjas orgánicas, aunque este es precisamente el modelo por el que se ha decantado él mismo. Los promotores de la iniciativa creen, por el contrario, que estas pequeñas explotaciones serían beneficiosas para el bienestar animal. Un sistema de lealtad entre campesinos Si la iniciativa recibe el visto bueno de los electores, aproximadamente un 5 % de las explotaciones suizas se verán obligadas a modificar su método de cría. Greenpeace señala que 237 granjas poseen más de 12 000 poEn relación con el pienso, Alexandra Gavilano, especialista en alimentación de Greenpeace, llama la atención sobre la considerable carga medioambiental que suponen las importaciones de soja y cereales para los animales. Además de lamentar la reducción de “los impuestos a la importación del pienso desde que comenzó la guerra en Ucrania”, la activista llama a los suizos a disminuir su consumo de carne, leche y huevos: lo ideal sería que los vegetales sirvieran en primera instancia para alimentar a la población humana. La iniciativa contra la cría intensiva posee también una importante dimensión ética. “La dignidad del animal implica que este tenga derecho a no ser objeto de una explotación intensiva”, defienden los partidarios de la iniciativa. Subrayan que solo el 12 % de los animales de cría tienen acceso a un prado durante su vida y que hasta un 4 % muere anLas granjas convencionales pueden albergar hasta 18 000 gallinas por nave. Los animalistas critican esta densidad y sus consecuencias para el bienestar animal. Aquí, un criadero de pollos en Daillens (VD). Foto Keystone Un sello de bienestar animal: el código 0-CH-BIO identifica los huevos de granjas que cumplen los criterios de Bio-Suisse. Foto Stéphane Herzog Panorama Suizo / Agosto de 2022 / Nº4 27
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