Panorama Suizo 4/2022

En cambio, en los prósperos cantones urbanos de Basilea-Ciudad y Ginebra, esta tasa asciende apenas al 15 y 18 %, respectivamente. Aquí, al igual que en las grandes ciudades y cantones más adinerados como Zúrich y Zug, la mayoría de la gente vive en pisos de alquiler. Tesis n.º 4: Rentar: una “buena opción”, que suele ser más barata que poseer una vivienda propia El geógrafo político Michael Hermann ofrece una sorprendente hipótesis para explicar esta elevada proporción de inquilinos en un país tan próspero como Suiza. “Existe una confianza muy arraigada en que se puede vivir perfectamente en un piso sin ser su propietario”. En general, explica Hermann, “las actividades económicas de tipo comunitario o cooperativo gozan de mayor tradición en Suiza que en otros países”. Ejemplo de ello son las cadenas minoristas Migros y Coop, organizadas en forma de cooperativas; o, para tomar un ejemplo muy helvético, el uso compartido de las áreas de lavandería en los edificios plurifamiliares. Además, el alquiler es más barato que la propiedad; al menos vuelve a serlo desde hace poco, como señalan los economistas del banco Credit Suisse, en un estudio publicado recientemente: “El coste global de la vivienda en propiedad supera el coste de alquiler de un piso equiparable”. Sin embargo, se trata de un fenómeno reciente, debido al alza de los tipos de interés de los préstamos hiTesis n.º 6: Las asociaciones de inquilinos deberían tener mayor peso político Podría pensarse que en la democracia directa los inquilinos, por ser mayoría, no tendrían problemas para imponerse en las urnas. Pero nada más lejos de la realidad. El 9 de febrero de 2020, con un 57 % de votos en contra el pueblo rechazó claramente la iniciativa popular de la Asociación Suiza de Inquilinos (ASLOCA, por sus siglas en francés) a favor de “más viviendas asequibles”. La iniciativa exigía que al menos el diez por ciento de los nuevos edificios fueran de utilidad pública o de tipo cooperativo. La derrota en el referendo no es un caso aislado: al menos a nivel nacional, la ASLOCA nunca ha logrado que se aprobara una iniciativa popular. ¿Es Suiza una nación de arrendatarios que sueñan con tener una vivienda en propiedad y votan en consecuencia? Para la Asociación de Propietarios de Viviendas (HEV), esto es un hecho innegable. Esta asociación hace referencia a una encuesta realizada entre personas en busca de una vivienda, según la cual son en su mayoría las personas de mediana edad las que se interesan por adquirir una vivienda, “porque piensan a futuro”. Sin embargo, Natalie Imboden, Secretaria General de ASLOCA y Consejera Nacional de los Verdes también afirma: “El motivo por el cual los inquilinos sueñan con tener una vivienda propia, es que temen que se les rescinda el contrato de alquiler”. No obstante, sería erróneo creer que la ASLOCA lleva las de perder frente a la HEV. Porque, al fin y al cabo, tampotecarios. Anteriormente –en la fase de intereses bajos, que se mantenía desde 2008– ocurría lo contrario. Por tanto, esta evolución puede interpretarse como una vuelta a la normalidad. Tesis n.º 5: La vida del arrendatario es “movida” y, a veces, estresante En Suiza, mudarse es una actividad de lo más común, a la que año tras año se dedica una de cada diez personas. Pero lo importante no es cambiar de localidad de residencia, sino más bien de vivienda: en 2020, la distancia media de las mudanzas fue de tan solo 12,5 kilómetros. Sin embargo, en casi el 75 % de los casos la mudanza implicó un cambio en el tamaño de la vivienda. Evidentemente, muchas personas adaptan el tamaño de su piso a la evolución de su vida privada. Así, no es sorprendente que quienes vivan en edificios plurifamiliares se muden más del doble de veces que quienes viven en casas unifamiliares. Por tanto, el arrendatario suele tener una vida más “movida”: entre las personas de mediana edad no es inusual haber vivido en una docena de pisos o más. Pero la flexibilidad también tiene su lado negativo: en la mayoría de las ciudades, buscar un piso es casi un trabajo de tiempo completo; las viviendas buenas y baratas, obviamente muy escasas, suelen adjudicarse bajo mano. Quienes no cuentan con ingresos seguros o un amplio círculo de amistades tienen que vivir más lejos o en lugares poco atractivos. En la “Suiza de inquilinos” el deporte más popular es la mudanza, para la cual resultan muy valiosas las cajas vacías de bananas. Fotos Keystone Panorama Suizo / Agosto de 2022 / Nº4 6 Tema Clave

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