Esta técnica puede usarse para elaborar planos de locales, ya sean espacios culturales o apartamentos, aunque también para revivir la acústica de lugares que han desaparecido. Por ejemplo, el “SE Musiclab” está devolviendo la vida a la ópera del palacio Esterháza, residencia veraniega de la familia principesca húngara Esterházy. Fue allí donde, en el siglo XVIII, el compositor Joseph Haydn interpretó varias de sus obras. Si bien la ópera quedó reducida a cenizas tras el incendio de 1779, sus planos se han conservado. “Tomándolos como base, podemos reconstruir la ópera y reproducir su acústica original”, explica el amante de la sinfonía, ansioso por escuchar los resultados. Un técnico de laboratorio de física se convierte en pionero del audio Strauss desea convertir su Musiclab en un espacio de desarrollo y producción, investigación y enseñanza, o destinarlo a eventos grupales. Precisamente en el ámbito de la psicoacústica (disciplina que estudia la manera como los humanos percibimos los sonidos) aún hay mucho por investigar, afirma Strauss. El centro de acústica, que se inauguró la pasada primavera, ya está atrayendo mucha atención. Según los expertos, es único en el mundo. Strauss dirige el Musiclab de forma privada, con el financiamiento de una sociedad anónima en la que él también participa, junto con otros cuatro accionistas de la región. Strauss sabe de lo que habla y, aunque parece dinámico y ambicioso, no deja de ser un hombre muy desenfadado. Su principal motivación es el afán de escuchar: “Incluso el simple sonido de una cuerda grave me parece una experiencia acústica extraordinariamente atractiva”. Al escucharlo, continúa, te sumerges en tu propio mundo. En su juventud, cuando trabajaba como técnico en un laboratorio de física, Jürgen Strauss fundó una empresa de audioelectrónica. Hoy por hoy, trata con una clientela internacional, además de impartir clases en varias universidades suizas. No solo se afana en crear el transductor acústico perfecto, sino que también transmite a sus alumnos nociones de filosofía e historia. En la entrada del Musiclab cuelga un cuadro de 1753, titulado “Dame à la serinette” [“Dama con un pájaro-órgano”]. Representa a una dama en un salón, que toca una melodía en un aparato musical mecánico, frente a un ave cantora en una jaula. “Esta imagen lo resume todo”, declara Strauss con entusiasmo: “cultura, naturaleza, relación hombre/máquina, interacciones mutuas. 270 años más tarde, con todo y nuestra avanzada tecnología, en el Musiclab seguimos planteándonos las mismas preguntas”. www.semusiclab.com revue.link/musiclab Arriba: Arcilla por fuera, y la más moderna tecnología de audio por dentro: el área central de audición del Musiclab. Foto: Roger Huber Panorama Suizo / Diciembre de 2022 / Nº6 30 Cultura
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