Panorama Suizo 2/2023

El título es pegadizo; la portada apuesta por los tonos pastel. El contenido fluye como una corriente que, a pesar de algunos recovecos y turbulencias superficiales, avanza incansable en una misma dirección. “Gummy” es el sexto álbum de Anna Aaron desde 2011. Y como los dos anteriores, es fruto de una próspera colaboración con Bernard Trontin, el batería de los legendarios Young Gods. También participa el guitarrista Nicolas Büttiker. Nacida en Basilea hace 38 años, Anna grabó “Gummy” en su propio estudio y en un pequeño chalet alpino en el que ya había trabajado con Trontin en la obra ambiental “Moonwaves”. La colaboración de esta heterogénea pareja musical ha dado lugar a un álbum lleno de agradable calidez y, al mismo tiempo, de angustiosos sonidos de fondo. ¿O quizá a una mezcla de equilibrio y eclecticismo? En cualquier caso, resulta audaz y sorprendente en sus momentos experimentales. En “Gummy”, Anna Aaron, cuyo verdadero nombre es Cécile Meyer, canta su vida con su típica voz etérea y quebradiza, a veces solapada, multidimensional. En cuanto al tema, el álbum está dedicado a la separación. Habla de corazones rotos en fase de recuperación, tal y como la cantante explica en su página web: “Se trata del momento en que vuelves a conocer gente nueva y recuperas tu espacio emocional propio”. Estos temas se desarrollan sobre una base de sintetizadores, con el burbujeo del bajo y la fuerte presencia de la batería de Trontin. Con su latente voluptuosidad y su marcado ritmo, el electropop de “Gummy” recuerda a veces al trip hop de los años noventa, sin dejar de estar firmemente arraigado en su época. En otros pasajes, evoca la música electrónica de los comienzos. Esta combinación resulta espontánea y coherente. El álbum llega a su punto álgido en los pasajes instrumentales, en los que el pop se entrega a una compleja repetición hipnótica, como en muy largo “Birthday” o en la composición que cierra el álbum. Al escucharlos, de repente nos viene a la mente el Krautrock alemán de los años setenta. “Gummy” es una entretenida y armoniosa incursión en el universo musical de Anna Aaron y Bernard Trontin. Es un cosmos en constante movimiento, un torrente de sonido y ambiente, fruto de un sincero amor al pop más melodioso. MARKO LEHTINEN “¡Cero tolerancia a Bill Gates!”, “¡No a la vacunación obligatoria!” “¡Libertad! ¡Fin a la dictadura del covid!” Estas proclamas del mundo conspiracionista también se oyeron en 2020 y 2021 en las manifestaciones que se realizaron en Suiza para protestar contra las medidas sanitarias. Como en otros lugares, llamó la atención la composición variopinta de los manifestantes: junto a los Freiheitstrychler y miembros de la extrema derecha desfilaban viejos hippies, profesoras de yoga y una política local de la izquierda verde alternativa. La pandemia sacó a la luz un fenómeno que escapa a las clasificaciones políticas tradicionales. Muchos de los participantes en las protestas contra las medidas covid se consideran “inconformistas”. No solo discrepan en materia de política sanitaria, sino también sobre otros temas como la guerra de Ucrania o el cambio climático. Se oponen al “dominio de los medios masivos de comunicación”, a la ciencia establecida y a las élites siniestras que, según ellos, pretenden controlar a la gente, y meten en el mismo saco a las autoridades y a las multinacionales. Algunos afirman haber “cobrado conciencia”. ¿Qué es lo que está pasando en la sociedad? La socióloga literaria Carolin Amlinger y el sociólogo Oliver Nachtwey —ambos docentes en la Universidad de Basilea— empezaron a estudiar este fenómeno durante la pandemia. Para su obra “Gekränkte Freiheit” [“Libertad ofendida”], publicada a finales de 2022, encuestaron a más de mil personas del movimiento “inconformista” de Alemania y Suiza, y hablaron largo y tendido con varias docenas de ellas. Observaron las manifestaciones anticovid y “peinaron” las redes sociales. Su conclusión es que ha surgido un tipo de protesta radicalmente nuevo: el autoritarismo libertario. No es que los negacionistas o inconformistas anhelen tener líderes. “Muchos de ellos defienden posturas más bien antiautoritarias en sus vidas”, afirma el libro. Lo que se desvía hacia el autoritarismo es la libertad individual. Esta se postula como un valor absoluto, que se defiende con radicalidad y, a veces, con una agresividad nada liberal. Para ellos, la libertad es antes que nada un bien personal, cuya interdependencia con la sociedad niegan rotundamente. Por tanto, la libertad que reivindican es egocéntrica, impulsada por una sensación posmoderna de impotencia, analizan Amlinger y Nachtwey. El individuo posmoderno es “extremadamente propenso a ofenderse”. Pero, ¿qué puede hacerse para evitar que siga aumentando el número de personas que dan la espalda a la convivencia? La libertad debería concebirse y transmitirse como “algo profundamente social”: esto es lo que sugieren los autores en este muy instructivo libro. SUSANNE WENGER Un electropop etéreo, experimental y fluido “¡Libertad!”: un grito de reivindicación egocéntrica ANNA AARON “Gummy” Hummus Records, 2022 www.annaaaron.com CAROLIN AMLINGER, OLIVER NACHTWEY “Gekränkte Freiheit. Aspekte des libertären Autoritarismus” (en alemán), editorial Suhrkamp, 2022. 480 páginas, edición impresa: CHF 42,90.- / libro electrónico: CHF 30.- ASPEKTE DES LIBERTÄREN AUTORITARISMUS GEKRÄNKTE FREIHEIT CAROLIN AMLINGER OLIVER NACHTWEY SUHRKAMP Panorama Suizo / Marzo de 2023 / Nº2 21 Leído Oído

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