tarse ante las naciones recién constituidas como socios por encima de toda sospecha. Pero incluso en la política se está produciendo un cambio de paradigma. Así lo demuestran, según el Presidente del SAP, los numerosos debates, mociones e interpelaciones en el Parlamento de la Confederación, “aunque esto resulte desagradable y haga tambalear la imagen que Suiza tiene de sí misma como nación neutral, igualitaria, solidaria y humanitaria”. Un debate de amplitud mundial Muchos países europeos están sumergidos en un debate sobre el expolio de obras de arte durante la era colonial. Algunos se disculpan oficialmente, como los Países Bajos. Otros, como las monarquías belga y británica, se limitan a formular palabras de pesar. Y otros ya han pasado a la acción. Por ejemplo, a finales de 2022 Alemania empezó a devolver bronces a Nigeria. El reino de Benín, situado en la actual Nigeria, fue atacado por las tropas coloniales británicas en 1897; miles de objetos fueron saqueados del palacio del rey, vendidos en el mercado de arte, hasta acabar en manos de coleccionistas de (la llamada “investigación de procedencia”) se han centrado principalmente en el oro y las obras de arte robadas durante la Segunda Guerra Mundial. En 2002, un grupo de expertos encabezados por el historiador Jean-François Bergier presentó al Consejo Federal un extenso informe que ponía en evidencia la estrecha colaboración del sector económico suizo con el régimen nazi. Las obras de arte vendidas durante el nacionalsocialismo en Alemania (1933-1945) fueron a parar a colecciones privadas y públicas. Desde la óptica actual, es absolutamente necesario aclarar si se trata de piezas robadas por el régimen nazi. Este compromiso moral se hace patente, por ejemplo, en la exposición del Museo de Arte de Berna, que en 2014 aceptó el legado del coleccionista de arte Cornelius Gurlitt, que incluye obras de esa época. El caso Gurlitt marcó un antes y un después. A raíz de este precedente, el Consejo Federal decidió poner a disposición de los museos suizos 500 000 francos anuales para la investigación de procedencia. Con esto no se llega muy lejos, dice Joachim Sieber, Presidente del Grupo de Trabajo Suizo para la Investigación de Procedencia (SAP, por sus iniciales en alemán), pero al menos se ha dado un primer paso. La era colonial, en el punto de mira de los políticos El patrimonio cultural procedente del comercio colonial es otro “problemón” que deberá abordar la investigación suiza de procedencia. Esto puede parecer paradójico a primera vista, ya que Suiza nunca tuvo colonias. Pero Joachim Sieber lo tiene claro: “Suiza era y sigue siendo parte del entramado comercial (post)colonial europeo”. Precisamente por no haber sido nunca una potencia colonial, con la caída de los imperios coloniales y el final de la guerra en 1945, las empresas suizas pudieron presen6 Shep-en-Isis en su sarcófago de cristal. Cada noche, el personal se despide de ella colocando un paño blanco sobre su sarcófago, antes de cerrar las puertas de la biblioteca abacial. Foto Keystone Un bien patrimonial, objeto de disputa entre confederados Un impresionante globo terráqueo fue objeto de un robo cultural entre confederados: en 1712, durante la guerra de Toggenburgo, los zuriqueses se apoderaron de la esfera de 2,3 metros de altura perteneciente a la biblioteca abacial de San Galo, junto con valiosos manuscritos. Si bien un acuerdo de paz estipuló la devolución de numerosas piezas, los zuriqueses se quedaron con el globo. Casi 300 años más tarde, una disputa judicial estuvo a punto de llegar hasta el Tribunal Federal: en 1996, el gobierno de San Galo dio un ultimátum a los zuriqueses para la devolución del globo terráqueo. Gracias a la mediación de la Confederación pudo lograrse un compromiso satisfactorio para todos: si bien los zuriqueses pudieron conservar el original en el Museo Nacional de Zúrich, tuvieron que realizar una copia fiel para San Galo. Durante la entrega de la réplica en 2009, el Museo Nacional, la biblioteca abacial de San Galo y la Biblioteca Central de Zúrich acordaron, además, desarrollar una versión digital del globo. Desde diciembre de 2022, este globo digital creado en colaboración con la Escuela Superior de Artes de Zúrich es accesible al público (www.3dglobus.ch). De esta manera, San Galo y Zúrich parecen haber enterrado definitivamente el hacha de guerra. (DLA) Panorama Suizo / Marzo de 2023 / Nº2 6Tema Clave
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