todo el mundo. Actualmente, Nigeria exige que sus bronces se reconozcan como arte expoliado. Lo que muchos ignoran es que también los museos suizos poseen unos cien objetos que podrían proceder de Benín. Bajo la dirección del Museo Rietberg de Zúrich y con el apoyo de la Oficina Federal de Cultura, ocho museos se han unido para formar la “Iniciativa Benín de Suiza”. Su objetivo es crear transparencia sobre las colecciones mediante la investigación y el diálogo con Nigeria, ya que el diálogo es un elemento clave para tratar el patrimonio cultural. Ya en 2017, cuando el Presidente de Francia anunció la devolución de bienes culturales, Bansoa Sigam, antropóloga y museóloga de Ginebra, subrayó en la Westschweizer Radio que entre el Norte y el Sur era necesaria una colaboración de igual a igual. La descolonización significa “afrontar nuestra historia con franqueza y hallar soluciones”. De ahí puede surgir también una dinámica que propicie una “escritura global y conjunta de la historia”, por la que aboga Bernhard C. Schär. Para este catedrático de la ETH, es un error estudiar y enseñar la historia europea de forma aislada. La historia, dice Schär, siempre es producto del intercambio entre pueblos y personas. La devolución no es la única solución Hoy por hoy se estima que más del 90 por ciento del patrimonio cultural africano de la época colonial no se encuentra en África, sino en Europa y los EE. UU. ¿Deberían devolverse todas estas obras? Joachim Sieber opina que no. La devolución, afirma, no es la única solución. Estos bienes culturales podrían, por ejemplo, devolverse y luego recomprarse, o prestarse a título permanente; también sería posible señalar, junto al objeto expuesto en el museo, el nombre de su propietario original. Para el Presidente del SAP, lo importante es que Según la Oficina Federal de Cultura, los bienes culturales son testigos palpables de la cultura y la historia, además de portadores de la identidad individual y colectiva. Son factores determinantes de la autopercepción y cohesión de una sociedad. De ahí que la protección del patrimonio cultural constituya actualmente una de las tareas prioritarias del Estado. se encuentre una solución mediante el diálogo y la colaboración con las sociedades de procedencia. Volviendo al ejemplo anterior, cabría la posibilidad de que el Gobierno egipcio no desease que se le devolviera la momia Shep-en-Isis y que optara por una solución de mutuo acuerdo con el Consejo Católico de San Galo. Hasta que llegue ese momento, Shep-en-Isis seguirá atrayendo a unos 150 000 visitantes anuales, y cada noche el personal de la biblioteca seguirá despidiéndose de ella con un pequeño ritual: cuando se cierran las puertas al público, el ataúd de cristal se cubre con un paño blanco y se pronuncia el nombre de Shep-en-Isis. Así es como se rinde tributo a la hija del sacerdote y se invoca la eternidad al más puro estilo egipcio. Suiza no está a salvo del robo de obras de arte Ni siquiera los países ricos, tales como Suiza, están a salvo del robo de obras de arte. Durante siglos, los monjes capuchinos de Friburgo cuidaron de su valiosa biblioteca, pero al parecer no siempre con la suficiente atención. Así, los frailes no se percataron de que durante la Segunda Guerra Mundial les robaron el “Narrenschiff” [“La nave de los locos”], del siglo XV. En 1945, esta extraordinaria obra que data de los albores de la imprenta apareció en manos de un comerciante neoyorquino y terminó, más adelante, en la Biblioteca del Congreso de Washington, una de las más grandes del mundo. En 1975, los capuchinos volvieron a ser víctimas de un robo: un ladrón que se hizo pasar por bibliotecario del Vaticano les arrebató unos veinte antiguos grabados, de gran valor para los bibliófilos. Hubo que esperar hasta principios del siglo XXI para que un empleado de la Biblioteca Cantonal y Universitaria de Friburgo (KUB) sacara a la luz dos hechos desconocidos hasta entonces: que el botín del robo de 1975 se había vendido en subasta en Múnich, en 1975 y 1976; y que “La nave de los locos” había ido a parar a Washington. A raíz de esto, la KUB encargó una investigación para localizar y recuperar la veintena de grabados hurtados. A finales de 2022, la Biblioteca del Congreso de Washington devolvió al cantón de Friburgo “La nave de los locos”. La obra se conserva ahora en la KUB de Friburgo y puede ser consultada por los investigadores. (DLA) Más sobre este tema (en los idiomas alemán y francés): revue.link/nefdesfous El “Narrenschiff” [“La nave de los locos”], obra del humanista Sebastian Brant publicada en 1494 en Basilea, es una sátira moralista ilustrada, en la que los locos representan los vicios humanos. Panorama Suizo / Marzo de 2023 / Nº2 7
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