mujeres tienden a abandonar la política en situaciones semejantes”, comenta Lukas Golder. El politólogo menciona, en particular, el caso de Geri Müller, ex alcalde de la ciudad de Baden (Argovia) y Consejero Nacional de los Verdes, quien en 2014 se vio salpicado por un escándalo de selfis en los que aparecía desnudo. El político argoviense renunció a presentarse de nuevo al Consejo Nacional y tres años más tarde fue excluido de la alcaldía de Baden. Hubo una falta moral, pero sin castigo penal. En otro caso de 2004, el Consejero de Estado soleurano Roberto Zanetti se vio envuelto en un caso de donaciones relacionadas con su campaña electoral, fondos que luego devolvió. No fue reelegido en 2005 y se apartó temporalmente de la vida política, para ser elegido al Consejo de Estado en 2010. Tampoco en este caso hubo condena alguna. Por su parte, Pierre Maudet renunció a su cargo en el Consejo de Estado, pero solo para volver a presentarse en mejor posición en los siguientes comicios. Entre la primera y segunda vuelta electoral en Ginebra, el Consejero de Estado ecologista Antonio Hodgers se indignó: “Cuando el pueblo decide otorgar el poder a alguien que ha sido condenado por corrupción, que ha mentido a todas las instituciones (…), ¿qué valor estamos dando a la ética en política?”, preguntó. Pero en las democracias deciden los electores. “La gente prefirió olvidar los errores y quedarse con lo positivo”, resume Pascal Sciarini. En el punto de mira de los votantes: la persona Lukas Golder señala que “los medios de comunicación se apresuran a emitir juicios morales, mientras que al electorado le importan más las personas, con la esperanza de que se rediman.” En su última campaña, Pierre Maudet desarrolló un lenguaje y actitudes que daban a entender que se preocupaba por la gente. “Lo conocí una vez”, cuenta Nenad Stojanovic, que lo considera capaz de empatizar sin mostrarse arrogante. El politólogo menciona también que existen auténticos admiradores de este político, “un hecho poco común en la política suiza”. Hay que recordar que, en su gestión de los funcionarios, Maudet llegó a mostrar un rostro brutal. ¿Hay más sombras que empañan su imagen? Pierre Maudet “sigue sin darse cuenta, ni siquiera parcialmente, del carácter delictivo de sus actos, alegando incertidumbre jurídica para eludir cualquier sanción”, declaró la CPAR. Por lo pronto, Pierre Maudet “no tiene más opción que colaborar eficazmente con sus compañeros del Consejo de Estado. Y quizá, dentro de cinco años, vuelva a recuperar toda su legitimidad”, vaticina Lukas Golder. Ylfete Fanaj, pionera lucernesa La elección de Ylfete Fanaj al Gobierno cantonal de Lucerna, a mediados de mayo, fue todo un acontecimiento, en más de un sentido. Con esta lucernesa de 41 años, el Partido Socialista reaparece, tras varios años de ausencia, en un ejecutivo hasta entonces exclusivamente masculino y cien por cien conservador. Además, Ylfete Fanaj es la primera consejera con raíces kosovares. Los kosovares, en especial los de habla albana, constituyen una de las comunidades extranjeras más numerosas en Suiza. Fanaj, nacida en Prizren, llegó a Suiza a los nueve años, a principios de los 90, cuando su padre fue a trabajar de temporero. La familia se estableció en la pequeña localidad lucernesa de Sursee. Fanaj cuenta que ese fue su hogar durante mucho tiempo, y que fue un lugar que la marcó. En Sursee adquirió la nacionalidad suiza al cumplir los veinte años. Aunque era una buena alumna de secundaria, Fanaj recibió 200 negativas antes de obtener una plaza de aprendiz comercial: una situación común entre los jóvenes de raíces balcánicas. A pesar de ello, esta trabajadora y joven mujer obtuvo el título de bachillerato profesional y estudió Trabajo Social. Fue nombrada responsable de integración del cantón de Nidwalden. La trayectoria política de Ylfete Fanaj en Lucerna empezó, como es típico en Suiza, en los escalafones más bajos: en el Parlamento Municipal, luego en el Parlamento Cantonal, donde llegó a ser Jefa de Fracción, y después Presidenta del Consejo. Ahora forma parte del Gobierno del cantón de Lucerna, que tiene fama de conservador. Su elección atrajo gran atención, tanto en Suiza como en Kosovo. “El cambio es posible”, declaró la propia Fanaj. A pesar de ser una auténtica pionera, esta mujer, que también es madre de un niño, se niega a considerar su elección como algo excepcional y prefiere subrayar que ahora el Gobierno cantonal de Lucerna es más bien “a imagen y semejanza de una sociedad plural”. SUSANNE WENGER Fotos Keystone Panorama Suizo / Agosto de 2023 / Nº4 27
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