SUSANNE WENGER La entrevista transcurre en un barrio residencial de Basilea, un muy caluroso día de otoño. La activista climática que nos recibe amablemente en su domicilio tiene el pelo cano y lleva medio siglo comprometiéndose por el medioambiente: Rosmarie Wydler-Wälti, maestra de guardería jubilada y asesora parental, abuela de ocho nietos. Ella y sus compañeras de lucha han demandado al Gobierno suizo porque consideran que no hace lo suficiente para luchar contra el calentamiento global. Esto viola sus derechos, afirman, y con ello están dando un nuevo giro al debate climático. Desde el salón de la casa unifamiliar en la que vive con su marido se ve un pequeño jardín. En un sofá se apilan libros sobre la crisis climática. Uno de ellos lleva por título How Women Can Save the Planet. “La casa es mi único pecado climático”, confiesa enseguida. “Es demasiado grande para dos personas, aunque cuenta con paneles solares”. Rosmarie siempre se ha esforzado por vivir de forma sostenible: solo compra lo necesario, hace siglos que no toma un avión y guarda “cada cordel, cada bolsita”. Reciclar en vez de desechar: así lo aprendió de sus padres, dice. ¿Está obligado el Estado a protegernos? Cuando sus hijos eran pequeños, Rosmarie ya participaba en el movimiento ecologista y feminista. También quedó marcada por el “traumático” año de 1986, con el desastre nuclear de Chernóbil y el gran incendio químico en Schweizerhalle, cerca de Basilea. “Los niños no podían salir, porque no sabíamos si el aire era tóxico”, recuerda. Rosmarie nunca ostentó ningún cargo político ni está afiliada a ningún partido. Pero cuando en 2016 se fundó la asociación “KlimaSeniorinnen” por iniciativa de la organización ecologista Greenpeace, Rosmarie se ofreció de inmediato para ocupar la copresidencia; la comparte con la ginebrina Anne Mahrer, de 75 años, quien fuera Consejera Nacional de los Verdes. Hoy, la asociación cuenta con unos 2 500 miembros, todas ellas mujeres de 64 a 90 años y más, unidas por la convicción de que Suiza debe hacer más para reducir los gases de efecto invernadero y alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre el Clima. Las jubiladas invocan la Constitución y la Convención Europea de “Protección climática insuficiente”: las abuelitas denuncian a Suiza ante los tribunales Una asociación de mujeres mayores llamada “KlimaSeniorinnen” ha presentado una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para que Suiza se comprometa a tomar medidas más drásticas contra el calentamiento global. Visitamos a su Copresidenta Rosmarie Wydler-Wälti, una abuelita rebelde de 73 años. Derechos Humanos. El Estado tiene un deber preventivo de protección, argumentan, y debe garantizar el derecho a la vida. Las olas de calor causadas por el calentamiento global, cada vez más frecuentes e intensas, representan una amenaza; y están provocando más enfermedades y un aumento de la mortalidad entre las personas mayores, especialmente las mujeres. Mortíferas olas de calor Existen pruebas estadísticas de que las mujeres mayores son más vulnerables al calor. Según un estudio reciente del Instituto Tropical y de Salud Pública Suizo, encargado por las Oficinas Federales de Salud Publica y Las “Klimaseniorinnen” Rosmarie Wydler- Wälti (izqda.) y Anne Mahrer durante una audiencia pública ante la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en marzo de este año. Foto Keystone Panorama Suizo / Diciembre de 2023 / Nº6 16 Semblanza
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