competiciones. Hay que dedicar muchísimo trabajo a estos automóviles, pero es algo apasionante, comenta Matthias Rohrer. Este “entorno técnico altamente sofisticado” brinda a los estudiantes la oportunidad de poner en práctica sus conocimientos teóricos. En la tentativa de superar la mejor marca lograda hasta la fecha, la transmisión de fuerza también juega un papel clave. La principal dificultad radica en transmitir la fuerza del motor al suelo de la forma más eficiente posible. Sin dispositivos especiales, las ruedas patinarían, lo que generaría mucho humo y poca velocidad. La clave del éxito consistía en reducir al mínimo la masa del vehículo y aumentar al máximo la adherencia al suelo. Para aumentar este agarre, “hemos desarrollado un sistema innovador”, continúa Rohrer. Se trata de un dispositivo de succión instalado debajo del vehículo, justo encima de la carretera, “equiparable a un aspirador que al succionar queda pegado a la alfombra”. Aunque este aparato solo absorbe una pequeña parte de la potencia del motor, crea una presión de contacto de unos 180 kilos. Esta presión se suma al peso del vehículo y de la piloto. Esto duplica prácticamente la fuerza de fricción de los neumáticos. Lo importante es que el dispositivo de succión actúe desde el primer metro. Esto es esencial en una competición de cero a cien. No serviría de nada instalar alerones delanteros y traseros, como en la Fórmula 1, ya que estos solo generan presión a partir de cierta velocidad. Para mejorar aún más las prestaciones de su automóvil, los estudiantes integraron un sistema de control de tracción. Cuando una rueda amenaza con patinar, la potencia se ajusta de inmediato para evitarlo. “Esto nos permitió ir al límite”, comenta Rohrer. Por último, se procede a calentar los neumáticos antes del arranque para aumentar aún más su adherencia. Con esta obra maestra de la técnica se logró batir con creces el récord de aceleración. “Esperamos mantener el nuestro durante mucho tiempo”, dice Rohrer. Pasar de 0 a 100 km/h en 0,956 segundos es digno de admiración. Los coches de Fórmula 1, los autos eléctricos de carreras y los deportivos potentes requieren más de dos segundos para ello. Y sin embargo, hay vehículos aún más rápidos: los dragsters. Con sus motores de 10 000 CV y sus enormes ruedas traseras, logran esta aceleración en 0,6 segundos. Ahora dejemos volar la imaginación para hacernos una idea de lo extremas que son estas aceleraciones: ARRIBA: Montaje de los neumáticos precalentados. Bajo el vehículo se ve el dispositivo de succión. ABAJO: El récord es fruto de todo un trabajo en equipo. Fotos: ETH de Zúrich, Alessandro Della Bella ¿Qué pasaría si el “Mythen” no tuviera que frenar y pudiera seguir acelerando? Por ejemplo, durante el tiempo de lectura de este artículo. Tras 150 segundos, la piloto Kate Maggetti ya estaría viajando a una velocidad cercana a los 16 000 km/h y, suponiendo que hubiese partido de Ginebra, acabaría de salir de Suiza por St. Margrethen, a orillas del Lago de Constanza. Panorama Suizo / Diciembre de 2023 / Nº6 19
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