dad de las condiciones de vida. “Suiza se encuentra en el punto álgido de un proceso de deterioro de las condiciones sociales y económicas”, considera Hervé Durgnat, miembro de una comisión de expertos en materia de adicción para el cantón de Vaud. El consumo de crack en las calles suizas ha sorprendido a los profesionales. “Pensábamos que el consumo y mercadeo de crack a plena luz del día era una situación ajena a un país rico como Suiza”, admite este experto. Una parte de la población, que ya estaba en contacto con alguna droga o que recibe un tratamiento de sustitución, se ve ahora atraída por esta droga. “Acogemos a personas que están a punto de jubilarse, que con frecuencia están enfermas y que a veces viven en un hotel. ¿Qué perspectivas tienen?”, se pregunta Pascal Dupont. En Ginebra, los trabajadores sociales de “Quai 9” llevan botellas de agua y comida a los toxicómanos exhaustos que encuentran por las calles. Estos centros de acogida urgente les ofrecen un respiro y las instituciones acogen lo mejor que pueden a los usuarios del crack; sin embargo, las restricciones habituales (por ejemplo, la duración mínima de una estancia) son a veces demasiado estrictas para estas personas inestables. “Los políticos quieren evitar que surjan nuevos problemas derivados de la distribución controlada de drogas; pero también hay que pensar en los recursos médicos y psicosociales para apoyar a estas personas”, enfatiza Gérald Thévoz. Este especialista alude a un tratamiento basado en la prescripción médica de heroína. Y, de hecho, las autoridades de Zúrich, Berna y Lausana están examinando la posibilidad de regular la venta de cocaína. liciaca. Se ampliarán los locales de “Quai 9” y se contratará a más personal. Además, se ofrecerá a los usuarios más espacio para pasar la noche. La idea es ofrecer un respiro a los toxicómanos, algunos de los cuales no tienen derecho a ninguna ayuda social. Tal es el caso no solamente de los consumidores procedentes de Francia, sino también de las personas sin techo que viven en Ginebra, entre las que se encuentran hombres y mujeres de familias inmigrantes. En otros lugares de Suiza, el crack es un producto que el usuario elabora y, a veces, revende parcialmente. “En todos lados existe una enorme disponibilidad de cocaína”, destaca Frank Zobel. “Los lugares de venta y consumo varían según las condiciones sociales y geográficas”, añade Nicolas Cloux, Director de la fundación para toxicómanos “Le Tremplin”, en Friburgo. En este cantón, a diferencia de otros, las sustancias psicotrópicas de mayor consumo son medicamentos. “Si el crack prefabricado llega hasta aquí, nos beneficiaremos de la experiencia de Ginebra”, señala Nicolas Dietrich, delegado friburgués en materia de adicción. Este cantón, donde el crack ha hecho ya sus primeras incursiones, ha creado un grupo de trabajo enfocado en este producto. La precariedad como probable causa El éxito del crack en Suiza estaría relacionado, en parte, con la precarieEscena callejera en Ginebra. La presencia de adictos en el espacio público es cada vez más visible en las ciudades suizas. Foto Nils Ackermann, Lundi13 Thomas Herquel, de la asociación “Première ligne”, en su centro de trabajo: “Quai 9” de Ginebra, con aspecto de clínica. “Algunos drogadictos son agresivos”, afirma Herquel. Foto Nils Ackermann, Lundi13 Panorama Suizo / Enero de 2024 / Nº1 15
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