El personaje de Titeuf apenas ha cambiado desde su primera aparición, en 1993. Titeuf sigue siendo el muchacho de diez años — aunque al principio tenía ocho— con un mechón rebelde en su cabeza de huevo. En cambio, el mundo que lo rodea ha cambiado por completo. En Suivez la mèche [“Sigan el mechón”], 18.º tomo de la serie, los juegos de infancia de Zep se han visto desplazados casi por completo por el smartphone. Antes “subíamos a los árboles, corríamos a toda prisa por las avenidas y llamábamos la atención de los viandantes haciendo el payaso”, cuenta la abuela de Titeuf a su nieto. Este mundo, que también era el de Zep, está ahora invadido por vehículos todoterreno y por gente que camina con la cabeza inclinada, sin apartar los ojos de la pantalla de su teléfono móvil. A Titeuf todavía no le han comprado uno, por sus malos resultados en matemáticas. En Suivez la mèche dominan dos temas: la destrucción del medio ambiente y el impacto de las pantallas. “Cuando sea grande, seré influencer y podré reparar las tonterías de los adultos (…) y reducir la huella de carbono”, resume Titeuf en la contraportada. Como todos los álbumes de Titeuf, este también expresa la visión infantil del mundo. Los chistes de Suivez la mèche abordan temas difíciles: por ejemplo, Manu, el amigo de Titeuf, se deja seducir en TikTok por una hermosa Emma. Pero, ¡ay!, detrás de esta imagen se esconde un “pedófilo en paños menores”, según descubren los dos amigos. “No te preocupes, yo soy tu amigo de verdad”, asegura Titeuf a Manu. El chico del mechón rebelde prácticamente ha renunciado a la idea de conquistar a Nadia; ahora se acerca a Ramatou, que es vegetariana. ¿Dejar de comer carne? Esto es un acto de rebeldía de los chicos contra la destrucción del medio ambiente por los grandes, comenta Zep. En cuestión de amores, el dibujante ginebrino propone a Titeuf otra opción: Thérèse. Esta chica, que vive un poco al margen del mundo, saca de quicio a nuestro héroe porque siempre da las respuestas equivocadas, aunque también despierta en él cierta curiosidad. En todo caso, Zep reconoce su debilidad por este personaje, sobre todo porque Thérèse no necesita followers. A los adultos puede que les guste Suivez la mèche. Zep también aborda cuestiones de género; por ejemplo, cuando Titeuf besa su propia imagen en el espejo para agarrar práctica, ¿quiere decir esto que es homosexual, autosexual o, incluso, doblesexual? Esta es la cuestión. El papel del padre se aborda en una escena hilarante, en la que el papá de Titeuf hace todo lo que le prohíbe hacer a su hijo. Zep no pudo salvar el mundo. El futuro está en manos de Titeuf. STÉPHANE HERZOG Zep deja en manos de Titeuf salvar el planeta artistas de calidad”. Pero ¿cómo podría remediarse esta situación? Es difícil responder, pero debemos buscar una fórmula para que la gente tome conciencia del fabuloso potencial que representan estos jóvenes talentos. “Quizá sería conveniente que los mismos artistas se encargaran de publicitar sus conciertos, como se hacía hace cien años. Y probablemente los jóvenes deban cuidar más su presentación”. Y sin duda tendrían mucho que aprender de la larga experiencia de la joven veterana Sol Gabetta. CHRISTIAN BERZINS ZEP “Titeuf 18 – Suivez la mèche” Zep, Ed. Glénat, 48 páginas, CHF 19,00. Panorama Suizo / Enero de 2024 / Nº1 23 Leído
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