Panorama Suizo 2/2024

tros de altitud. Aunque desde hace unos cincuenta años el Instituto Ornitológico se preocupa cada vez más por las condiciones de vida de las aves, siempre se ha mantenido en lo posible al margen de la política, contentándose con proporcionar información técnica, explica el biólogo. Con una excepción: el Instituto apoya la iniciativa popular que se someterá a votación en 2024, para reclamar más tierras y recursos a favor de la biodiversidad. Sin embargo, para mejorar los hábitats de las aves, el Instituto trabaja ante todo sobre el terreno. Para ello, colabora con aquellos agricultores que producen respetando la naturaleza. ...en beneficio de las aves y liebres Por ejemplo, el Instituto ha contribuido a la creación de zonas de compensación ecológica premiadas en terrenos agrícolas de las regiones de Champagne (cantón de Ginebra) y Klettgau (cantón de Schaffhausen). En estas zonas, el número de alondras ha vuelto a aumentar y la liebre parda ha regresado”, declara Livio Rey. Este biólogo bernés lleva ocho años trabajando en el centro ornitológico. Su ave favorita es el halcón peregrino, que ostenta el récord de velocidad del reino animal: puede alcanzar los 200 kilómetros por hora en picado. Se encuentra en casi todo el mundo: “Eso es un factor de unificación”. El halcón peregrino también ejemplifica el éxito de la protección de especies. En los años sesenta estuvo al borde de la extinción debido al uso a gran escala del DDT. Un grupo ecologista internacional luchó contra este insecticida y consiguió prohibirlo, también en Suiza, en 1972. Desde entonces, el número de halcones peregrinos ha vuelto a aumentar. “Esta ave de presa es la prueba viviente de que nuestra lucha está dando sus frutos”, concluye Livio Rey. Como consecuencia, numerosas especies han desaparecido. Algunas, antaño muy comunes en la Meseta suiza, ahora se han extinguido, desde la perdiz pardilla hasta el hortelano, una especie de escribano. Solo en muy contadas ocasiones puede escucharse aún el jubiloso canto de la alondra. También sufren las aves que viven en humedales, es decir, cerca de cuerpos de agua o en pantanos; entre otras cosas, les están afectando nuestras actividades recreativas. “Las aves son un reflejo del medio ambiente”, resume el experto, “son un buen indicador de cómo lo tratamos”. Los conocimientos que hemos acumulado sobre estos cambios se basan también en los innumerables datos recabados por el Instituto Ornitológico Suizo. El seguimiento, es decir, el recuento del número de aves, es una de sus prioridades desde hace décadas. Más de dos mil voluntarios contribuyen a esta labor en toda Suiza, desde científicos jubilados hasta constructores de vías férreas. Colaborando con los agricultores... Investigar las migraciones de aves también sigue siendo una tarea sustancial del Instituto Ornitológico. Sin embargo, la tecnología ha evolucionado. Hoy en día, las aves migratorias ya no van equipadas solo con anillas; también llevan dispositivos de almacenamiento de datos tan ligeros como una pluma: los llamados geolocalizadores, que se sujetan a su cuerpo como si se tratara de una mochila. Proporcionan una “información impresionante”, afirma Rey. Por ejemplo, el vencejo real permanece doscientos días ininterrumpidamente en el aire. El carricero tordal, cuando emigra, puede ascender a 6 000 meEl halcón peregrino (aquí en su vertiginoso vuelo en picado) es un vivo ejemplo del éxito en la protección de especies. En los años sesenta estuvo al borde de la extinción debido a un insecticida. Sin embargo, una medida adoptada en 1972 aseguró su supervivencia. Foto Keystone www.vogelwarte.ch www.ornitho.ch Panorama Suizo / Marzo de 2024 / Nº2 11

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