Mientras que los agricultores solo representan un 2 % de la población activa, alrededor de una sexta parte de los parlamentarios de Berna proceden del sector agrícola. todos, aunque discrepen en otras cuestiones, divididos como están entre grandes explotaciones industriales, explotaciones ecológicas y explotaciones de montaña. Sin embargo, resulta sorprendente, al menos a primera vista, que los agricultores suizos manifiesten su descontento tomando las calles con sus relucientes tractores. Y es que, a diferencia de otros países, gozan de una considerable influencia en ese centro del poder político que es el Parlamento Federal. El lobby de los agricultores Aunque la agricultura desempeña un papel marginal en la economía suiza y genera tan solo el 0,6 % del producto interior bruto, este sector recibe apoyo y protección como ningún otro. Se le destinan miles de millones de francos. Baste citar dos cifras particularmente elocuentes: cada año, res del paisaje. Esta iniciativa ha sido calificada de “extrema” por la Unión Suiza de Campesinos. La contrapropuesta del Consejo Federal ya ha sido bloqueada en el Parlamento por el lobby de los agricultores, orquestado por Ritter. Una montaña de burocracia Sin embargo, a pesar de esta habilidad estratégica en el Parlamento Federal, los agricultores se ven sometidos a una presión cada vez mayor. Es difícil hacerse una idea global de su situación. Los problemas de una explotación de alto rendimiento totalmente mecanizada en la meseta central no son los mismos que los de una pequeña granja de montaña. De lo que no cabe duda, es que los agricultores trabajan de sol a sol y ganan poco. Según las encuestas, trabajan en promedio más de 50 horas semanales y ganan menos de 20 francos por hora. Así pues, muchas familias campesinas caminan por la cuerda floja: viven en la granja que tal vez compraron a buen precio a sus padres, y no pagan alquiler. Pero sus escasas ganancias no les permiten invertir: si tienen que renovar sus instalaciones, esto puede significar el cierre definitivo de su empresa. Su situación se agrava aún más por el hecho de que cada vez dedican más tiempo al papeleo, en lugar de dedicarlo a la agricultura. Incluso la que el lobby de los agricultores se ha consolidado a nivel nacional desde las últimas elecciones de otoño de 2023: esto resulta especialmente paradójico cuando se sabe que el número de explotaciones está en constante descenso. Mientras que los agricultores solo representan un 2 % de la población activa, alrededor de una sexta parte de los parlamentarios de Berna proceden del sector agrícola, es decir, son ellos mismos agricultores o representantes de agricultores. El Consejero Nacional Markus Ritter (Centro), Presidente de la Unión Suiza de Campesinos, es uno de los diputados más influyentes. En 2022 dio un golpe maestro al forjar una alianza con las principales asociaciones empresariales, con lo que se aseguró su apoyo en la lucha contra las iniciativas populares de izquierdas que desean obligar a los agricultores a adoptar prácticas más ecológicas. La próxima confrontación tendrá lugar el fin de semana electoral del 22 de septiembre de 2024, cuando se someta a votación la iniciativa sobre biodiversidad, promovida por los Verdes y los protecto2 800 millones de francos en subvenciones medioambientales se pagan directamente a los agricultores con cargo a las arcas públicas. Segundo dato: derechos de importación por valor de unos 3 000 millones de francos anuales protegen al sector agrícola suizo de la competencia extranjera. Entre otros motivos, este proteccionismo es posible debido a Ya se trate de remotas explotaciones familiares o de granjas industriales de engorde: por término medio, los agricultores suelen trabajar mucho y ganar poco. Fotos Keystone Consumidores exigentes: ¿están dispuestos también ellos a pagar precios justos? Foto Keystone Panorama Suizo / Julio de 2024 / Nº4 6 Tema Clave
RkJQdWJsaXNoZXIy MjYwNzMx