Panorama Suizo 5/2024

Las campanas de la catedral En la grabación del repique de la catedral de Berna, las distintas campanas tocan en el siguiente orden (intervalos en segundos): Campana de plata 0' Campana de oración 4' Campana del penitente 9' Campana de homilía 12' Campana de mediodía 17' Campana Mayor / Susanne 22' El sonido de la Campana Mayor apenas resulta audible: su bajo se integra tan armoniosamente en el conjunto del repique que, a pesar de su potencia, pasa desapercibido. revue.link/susanne “Entonces ya no es un repique”, exclama con entusiasmo el experto, “sino un canto continuo”. Una vez al año suenan todas las campanas En la catedral cuelgan siete campanas: tres en el campanario inferior y cuatro en el superior. Existen numerosas combinaciones para hacerlas sonar. Solo una vez al año suenan todas juntas, antes de la misa del primer día de Adviento. Lo que rige para cada campana, rige también para el conjunto. La fricción es inevitable. Los fundidores conocían algunas leyes: por ejemplo, cómo afectan al tono el diámetro o el grosor de las paredes de las campanas. Ocurre lo mismo que con las copas de vino, explica Matthias: “Cuanto más altas y finas son, más graves suenan”. Sin embargo, comenta, a menudo no salen exactamente como los fundidores habían imaginado. Así, en algunas iglesias las campanas no se DÖLF BARBEN Mirando la forma de Suiza en un mapa... ¿no cree que parece la campanita de recepción de un hotel? Da la sensación de que, si pulsas arriba, en el cantón de Schaffhausen, va a sonar el timbre. Puede que esta comparación no sea tan disparatada, porque Suiza es un país con mucho retintín. Dondequiera que uno vaya, ¡campanas y más campanas! Encontramos miles en las torres de catedrales, iglesias y capillas; y cientos de miles colgadas de los cuellos de reses, ovejas y cabras. Y, por si fuera poco, hasta las personas se pasean con campanas: como los Trychlergruppen de los desfiles tradicionales, que recientemente también se hacen oír en las manifestaciones callejeras. O como Schellen-Ursli, el héroe del libro ilustrado de Selina Chönz y Alois Carigiet, que está desesperado por tener la campana más grande en la fiesta del Chalandamarz, que celebra la llegada de la primavera en el cantón de los Grisones. Un sonido sin estridencias No cabe duda de que Suiza es el país de las campanas. Pero ¿qué hace que las campanas sean tan especiales? ¿Por qué no hay simples placas metálicas colgadas en las iglesias? Si alguien lo sabe, ese es Matthias Walter: historiador bernés especializado en arquitectura, Matthias Walter es uno de los expertos en campanas más solicitados de Suiza. “Si golpeas un tanque de petróleo con un martillo”, dice Matthias, “lo único que oirás será un golpe y un estruendo. Esa es la diferencia”. Nos encontramos con Matthias en el campanario inferior de la catedral de Berna, el lugar perfecto para hablar de campanas. Sobre nuestras cabezas cuelga la campana más grande de Suiza. Tiene 413 años, pesa casi diez toneladas, está afinada en la nota “mi” y se llama simplemente “Grosse Glocke” o “Susanne”. Matthias golpea la pared exterior con la palma de la mano. Se oye un ruido sordo y luego, poco a poco, un hermoso sonido: “Una chapa nunca producirá algo así”; tampoco una campana de hierro forjado. “Producirá un sonido, eso sí, pero no se le puede llamar música”, dice Matthias. Las campanas de iglesia, en cambio, son de fundición. Suelen ser de bronce, una mezcla de cobre y estaño. “Por eso cantan”. Lo decisivo son los bordes El principio de las campanas se conoce desde tiempos ancestrales. Sin embargo, no fue hasta la Edad Media cuando los fundidores inventaron su forma clásica, engrosada en el borde inferior. Ese es el secreto para obtener un sonido único y claramente perceptible, explica Matthias Walter. En realidad, una campana genera unos treinta tonos más, que apenas son perceptibles. Hay disonancias, sobre todo en los registros agudos. Estas, a su vez, generan el sonido característico. “A pesar de todas las fricciones, las campanas tienen un sonido maravilloso”, afirma. Como la Campana Mayor: tiene un sonido más bien aterciopelado, libre de estridencias. “Suena noble y serena”. Cada domingo, Susanne anuncia el oficio religioso, junto con otras campanas. En días festivos suena sola. Una cuestión de prestigio: Berna nunca fue sede episcopal, por lo que su iglesia y sus campanas debían ser especialmente impresionantes. Fotos (arriba y a la izquierda) Keystone ¿Más alto, más apartado, más rápido, más bonito? En busca de los récords suizos más originales. Hoy: la campana más grande de Suiza. Panorama Suizo / Octubre de 2024 / Nº5 17

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